sábado, 9 de mayo de 2020

NOS MUDAMOS


Hace ya unos meses que decidí crear mi propia página web, con toda la información sobre mí y sobre los cursos, presenciales y online, que doy. Pero escribo esta entrada porque en esa web también tengo un blog, que es donde estoy escribiendo ahora los artículos. Lo digo porque tengo amigos que cuando me publicitan en sus canales de Youtube o podcasts, refieren esta dirección como mi blog, y eso ya no es así. Si queréis seguir leyéndome, podéis hacerlo aquí 👇 


Os espero ;)

jueves, 13 de febrero de 2020

191. Visitas guiadas "El Circumpunto"

Hace tiempo había una página web donde los guías de turismo podíamos ofrecer nuestros servicios, era algo parecido a Beefeater (sí, como los alabarderos de la Torre de Londres de los que toma su nombre la famosa ginebra). Pero tal página cerró y nunca más se supo, así que he decidido tener aquí puestos siempre los servicios turísticos que ofrezco por si vivís o venís a Madrid y os interesa contratarme. Aquí vamos.

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MUSEO NACIONAL DEL PRADO

- El Arcanon o Canon de los Arcanos: un recorrido por una selección de las grandes obras maestras de la cultura pictórica europea analizando sus símbolos y, por tanto, el significado profundo de las mismas. ¿Por qué Velázquez utilizó tal disposición de los personajes en "Las Meninas"? ¿Hacia dónde está mirando el Niño Jesús que aparece en la "Sagrada Familia de la Perla" de Rafael? ¿Por qué Adán y Eva comparten escenario con el arcángel Gabriel y la Virgen María en "La Anunciación" de Fra Angélico? ¿A qué se debe tal explosión de personajes del Antiguo y del Nuevo Testamento en "La Gloria" de Tiziano? Estas y muchas más cuestiones son las que analizaremos a lo largo del recorrido.

- La sabiduría oculta en la pintura del Boscorecorrido monográfico por la obra de uno de los más grandes artistas que ha dado la Hª del Arte mundial: Jeroen van Aeken, más conocido como Hieronymus Bosch, el Bosco. Pocos artistas han sabido utilizar la simbología como él, y en esta ruta analizaremos las 6 obras del artista flamenco con las que cuenta el Museo. Veremos cómo el genio, a caballo entre la Edad Media y el Renacimiento, plasma en su pintura unos conocimientos y valores que hoy en día continúan sorprendiendo, enmarcados en la corriente de la devotio moderna.

- Viaje artístico a la mitología clásica: una ruta temática que no podía faltar en mi oferta. Durante los siglos XVI y XVII el interés por la mitología grecolatina se disparó en Europa, y los antiguos dioses y héroes pasaron a ser alegorías de conceptos abstractos que servían de guía a los gobernantes. Por ello se explica que contemos con tanta pintura mitológica realizada por Tiziano en la corte de Felipe II, el rey más católico de la cristiandad, sin que resulte contradictorio. Veremos a los dioses y a los héroes despojados de su poder de antaño, pero transmitiendo la misma fuerza y sentimientos que cuando fueron concebidos hace siglos. En esta ruta nos encontraremos con Caronte tal y como lo concibió Patinir, con el cruel Saturno inmortalizado por los pinceles de Rubens y Goya o con la diosa Diana y su ninfa Calisto, origen de nuestra heráldica madrileña.

- (Re)descubriendo a Jesús de Nazaretotra ruta temática, en este caso acerca de un componente simbólico, religioso e histórico: un recorrido sobre cómo ha ido evolucionando la concepción de Jesucristo a lo largo de la historia del arte. Es al mismo tiempo una de las mejores maneras de conocer el Museo, pues vamos a visitar desde lo más antiguo (las pinturas románicas de la ermita de la Vera Cruz de Maderuelo) hasta lo más moderno (la figura de Jesús en el arte decimonónico). Además de mostrar la evolución iconográfica e iconológica, comentaremos también los pasajes representados teniendo en cuenta las últimas investigaciones sobre el Jesús histórico. La ruta analizará las obras que tratan desde los comienzos de la vida de Jesús como “La Anunciación” del Greco hasta el mismo final de su vida terrena, con piezas como por ejemplo “La Ascensión” de Juan de Flandes.

- Myriam de Magdala, ¿el último tabú del cristianismo?: si tenemos una ruta sobre el nazareno no podíamos olvidarnos de ella. En esta visita hacemos un recorrido por las obras del museo que representan a María Magdalena para descubrir cómo los artistas han trabajado el que es probablemente el personaje más polémico de los Evangelios, sólo por detrás de Jesús. Así, veremos cómo la Magdalena aparece en las pinturas románicas de la Ermita de la Vera Cruz de Maderuelo, en un retablo medieval o en una pieza del siglo XVIII: hablaremos de su evolución iconográfica, de su concepción teológica y muchas cosas más.

- La escultura, la gran desconocida: todo el mundo dice que el Museo del Prado es una pinacoteca, y en cierto sentido tiene razón, pero sólo en un 70%. La institución cuenta también con una magnífica colección de escultura y de artes decorativas. Por eso en esta visita la protagonista va a ser la gran olvidada: escultura clásica y decimonónica será el objeto de nuestro estudio, siempre desde el punto de vista iconográfico y simbólico. Encontramos maravillas como las 8 estatuas de las Musas (de las que viene la palabra museo), la "Ariadna dormida", la Rotonda de los Dioses o un "Cristo yacente" absolutamente memorable. 

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MADRID TEMÁTICO

- Madrid mitológico: si el Museo del Prado tiene una gran colección de pintura mitológica, no es el único lugar donde podemos encontrar esta temática. Esta visita por la ciudad tiene como objetivo llamar la atención de los visitantes sobre aquellos pequeños y (no tan pequeños) detalles de carácter mitológico que distintos artistas han ido desperdigando por la ciudad. Relieves, fuentes, esculturas... Esto en la Antigüedad se hacía para mantener la ciudad bajo la protección de esas potencias. Así que, ¿quién protege Madrid? Te invito a descubrirlo en un paseo que va desde la Plaza de Puerta Cerrada hasta la misma Atocha.

- Madrid masónico: aunque Madrid tardó mucho tiempo en ser una de las grandes capitales europeas (hay quien diría que nunca lo ha sido del todo), es una ciudad discreta. Sus mayores monumentos no están tan a la vista, sino que se esconden disimuladamente y hay que descubrirlos. Lo que se plantea en esa ruta es exactamente eso: descubrir los lugares perdidos que esconden las calles de Madrid que tienen que ver con la masonería, una actividad muy en boga en la capital española hasta su prohibición por el dictador Franco el 9 de febrero de 1939 (Ley de Responsabilidades Políticas) y su represión el 1 de marzo de la masonería, el comunismo y demás sociedades clandestinas. Visitaremos lugares donde tenían lugar las "tenidas" (reuniones) y también decoración urbana claramente influida por la cosmovisión masónica. La masonería no es una sociedad secreta, sino una sociedad con secretos.  

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PARQUES Y JARDINES

- El Parque del Buen Retiro: si como yo no sois demasiado urbanitas y preferís la tranquilidad y el asombro de la naturaleza, esta puede ser una buena opción. Fiel al espíritu de El Circumpunto de dar a conocer la simbología plasmada en la ciudad, un paseo por el Retiro desvelará que es mucho más que un parque. Analizando esculturas, fuentes, árboles, monumentos y edificios repartidos por el museo descubriremos el rico lenguaje simbólico que a lo largo de los siglos ha ido adornando el famoso parque madrileño.

- El Capricho: otra interesante manera de descubrir la simbología masónica es visitar este parque, construido por la duquesa de Osuna entre 1787 y 1839. Es un parque relativamente pequeño pero con un trazado de edificios y esculturas muy interesante que otorga un rico contenido simbólico al lugar. Poco conocido y un poco alejado del centro, es un lugar que no dejo de recomendar porque, tal y como escribió en 1850 Pascual Madoz, es "una de las posesiones más hermosas y magníficas que hay en España, y la única quizá que puede competir con los Reales Sitios".

- El Laberinto iniciático de la Granja de San Ildefonso: si nos referimos a los Reales Sitios podemos introducir este en nuestra oferta de visitas guiadas sin ninguna duda. A pesar de lo enorme del espacio, lo que a nosotros nos interesa del lugar por estar preñado de simbología es el laberinto iniciático que la reina Isabel de Farnesio ordenó construir en el siglo XVIII cerca del palacio: una sucesión de esculturas que reflejan el Viaje del Héroe (tratado por Joseph Campbell en su libro homónimo) y que tienen como protagonista a Apolo, su familia y la terrible serpiente Pitón. Y puesto que el Viaje del Héroe es algo que todos tenemos que hacer tarde o temprano, te invito a acompañarme a este lugar para conocer cada uno de sus pasos. Hay que irse, eso sí, hasta la hermosa Segovia. Pero no pasa nada, tampoco está muy lejos.

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REAL SITIO DE SAN LORENZO DE EL ESCORIAL

- El alma de El Escorial: termino mi oferta de visitas guiadas con la joya de la corona. Ubicado en la sierra de Madrid, a 49 km. de la capital. El complejo es enorme, pero a mí me interesan sobre todo tres espacios: el Patio de los Reyes, la Basílica y la Biblioteca. O, como me gusta llamarlos, "el abrazo", "el corazón" y "el cerebro", respectivamente. Analizando el trazado arquitectónico, la pintura y la escultura de estos tres espacios, veremos que Felipe II era mucho más que el rey más católico de la cristiandad, y veremos por qué se ganó a pulso su título de "El Diablo de Mediodía".


Y hasta aquí mi oferta. Casi todas las rutas tienen una duración de aprox. 2h,
excepto la del Parque del Retiro que son 4h (con un descanso intermedio).
Si te interesa alguna, puedes contactar conmigo escribiéndome al mail
cesar.espinel@escueladeatencion.com

Ultreia!

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domingo, 2 de febrero de 2020

190. Fray Escoba. Una biografía de San Martín de Porres

Estaréis pensando que es un tema extraño el de la entrada de hoy. Pero todo tiene un por qué. Desde 2018, todos los años estoy siguiendo la tradición franciscana de los santos protectores. El día de fin de año se reúnen en la sala capitular del convento y se reparten fichas con personajes de su santoral privado, personajes sacados tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, que van asociados a una frase célebre y a una virtud. Por ejemplo, el año pasado me tocó Santa Isabel, cuya frase era "Mi alma canta a la grandeza del Señor" (el comienzo del Magnificat) y me ayudó a avanzar en la virtud de La Gratitud. Su historia es más que conocida, aunque no muy extensa: fue la madre de Juan el Bautista. Y este año me ha tocado San Martín de Porres, el célebre fray Escoba, un santo del siglo XVII. Su frase es "No hay trabajo pequeño para Dios", y me ayudará este año a avanzar en la virtud del Trabajo hecho con Amor. El caso es que su biografía me era desconocida por completo, ya que me interesan más otros santos, cuanto más antiguos mejor. Así que me dije, ya que me va a acompañar este año, ¿por qué no saber quién fue San Martín?

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Martín de Porres (o Porras) Velázquez nació en Lima, durante el virreinato de Perú, a finales de noviembre o principios de diciembre de 1579. Su padre era Juan de Porres, un noble burgalés y caballero de la Orden de Alcántara (una de las más importantes de España), y su madre era Ana Velázquez, una negra liberta natural de Panamá pero que residía en Lima. Juan de Porres no podía casarse con Ana Velázquez debido a la condición de ella, que era muy pobre, pero eso no impidió un concubinato o amancebamiento entre ambos (una relación marital de dos personas que no están unidas por lazos matrimoniales). Fruto de esta unión nació Martín y, dos años después, su hermana Juana. Martín fue bautizado el 9 de diciembre en la Iglesia de San Sebastián de Lima. Ana Velázquez dio a sus dos hijos una dedicada educación cristiana. Su padre estaba destinado en Guayaquil (Ecuador), y desde allí les mandaba dinero. Más tarde, viendo la situación en la que iban creciendo, sin padres ni maestros, decidió reconocerlos como hijos suyos ante la ley. Pero en su infancia y temprana adolescencia, Martín vivió la pobreza y limitaciones propias de la comunidad de raza negra en la que vivía. Y eso le iba a marcar para siempre.

Martín se formó como auxiliar práctico, barbero y herborista. Con 15 años, y por invitación de Fray Juan de Lorenzana (un famoso dominico y teólogo), entró en la Orden de Santo Domingo en calidad de "donado", es decir, como terciario por ser hijo ilegítimo. Esto se traducía en que recibía alojamiento y a cambio se ocupaba de muchos trabajos como criado. Así, realizando las tareas más humildes, vivió nueve años. En 1603 fue admitido como hermano en la Orden, a pesar de la oposición de su padre, y en 1606 se convirtió en fraile de pleno derecho, realizando los votos de pobreza, castidad y obediencia. El futuro santo era frugal, abstinente y vegetariano. Dormía solo dos o tres horas, mayoritariamente por las tardes. Usó siempre un sencillo hábito de cordellate blanco con una larga capa de color negro. Una vez que el Prior le obligó a recibir un hábito nuevo y otro fraile lo felicitó, Martín le respondió: "pues con este me han de enterrar", y efectivamente así ocurrió.

Se cuenta que de entre todas las virtudes que poseía Martín de Porres sobresalía la humildad, siempre puso a los demás por delante de sus propias necesidades. Se cuenta que en una ocasión el convento pasaba por serios apuros económicos y el Prior se vio en la necesidad de vender ciertos objetos valiosos para salir del bache. Viendo esto, Martín de Porres se ofreció a ser vendido como esclavo para poder remediar la crisis. El Prior, conmovido, rechazó su ayuda. Martín también marchaba por las calles de Lima enseñando la fe cristiana a los negros, indios y gente rústica que quería acercarse a escucharlo. La situación de pobreza y abandono moral que estos padecían preocupaba mucho a Martín, así que con la ayuda de varios ricos de la ciudad fundó el Asilo y Escuela de Santa Cruz para reunir a todos los huérfanos, limosneros y gente pobre a la que ayudar a salir de su penosa situación. La personalidad carismática de Martín hacía que fuese buscado por personas de todos los estamentos sociales: altos dignatarios del Gobierno y la Iglesia, gentes sencillas, ricos, pobres, todos encontraban en Martín alivio para sus necesidades físicas, materiales o espirituales. Su entera disposición hizo que fuera visto como un hombre santo. Aunque él trataba de pasar desapercibido, su fama de santo se extendía cada día más. Muchos enfermos, lo primero que decían cuando se sentían graves era: "Que venga el santo hermano Martín". Y él no podía negar nunca la ayuda a alguien que lo necesitaba.

Con casi sesenta años, Martín cayó enfermo y anunció que le había llegado la hora de encontrarse con el Señor. Esta noticia causó una profunda conmoción en Lima, y era tal su fama que incluso el virrey Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla fue a su lecho a besarle la mano y a pedirle que velara por él desde el Cielo. Martín solicitó a sus compungidos hermanos que entonasen el Credo en voz alta y, mientras lo hacían, falleció. Eran las 9 de la noche del 3 de noviembre de 1693 en la Ciudad de los Reyes, capital del Virreinato de Perú. Toda la ciudad le dio el último adiós de forma multitudinaria, donde se mezclaron gentes de todas las clases sociales. Altas autoridades civiles y religiosas lo llevaron en hombros hasta la cripta mientras las campanas doblaban en su nombre, y la devoción popular se mostró tan excesiva que las autoridades tuvieron que realizar un entierro rápido. Actualmente sus restos descansan en la Basílica y Convento de Santo Domingo de Lima, junto con los restos de San Juan Macías y Santa Rosa de Lima en un altar conocido como "de los santos peruanos".

Son muchos y muy variados los milagros que se cuentan de él: bilocación (sin salir de Lima, se le vio en México, África, China y Japón), control sobre la naturaleza (las plantas que sembraba germinaban antes de tiempo y toda clase de animales le obedecía, siendo capaz de hacer comer del mismo plato en perfecta armonía a un perro, un gato y un ratón), la sanación (con dos vendas y vino curó a un niño que se había partido las dos piernas), levitación, trances extáticos y videncia.

Aunque en 1660 el arzobispo de Lima empezó el proceso para su beatificación, y a pesar de su biografía ejemplar y de la gran devoción que despertaba en mulatos, indios y negros, la sociedad colonial no lo llevó a los altares. Hubo que esperar a 1837, cuando fue beatificado por el papa Gregorio XVI, franqueando las barreras de una anticuada y prejuiciosa mentalidad. Finalmente el papa Juan XXIII, que sentía gran devoción por Martín de Porres, lo canonizó en la Ciudad del Vaticano el 6 de mayo de 1962 ante una multitud de más de cuarenta mil personas, nombrándolo "Santo Patrono de la Justicia Social". Exaltó las virtudes del desde ese momento santo peruano con las siguientes palabras:

"Martín excusaba las faltas de otro. Perdonó las más amargas injurias,
convencido de que él merecía peores castigos por sus pecados. Procuró
de todo corazón animar a los acomplejados por las propias culpas, 
confortó a los enfermos, proveía de ropas, alimentos y medicinas a los pobres,
ayudó a campesinos, a negros y mulatos tenidos entonces como esclavos.
La gente le llama 'Martín, el bueno'

Y hasta aquí la historia de San Martín de Porres, el santo que me va a acompañar este año. Si queréis sumaros a esta práctica, escribidme a cesar.espinel@escueladeatencion.com y os enviaré vuestro santo.

Ultreia!

domingo, 12 de enero de 2020

189. La Mano de los Misterios de Sabazios




La Mano Sabazia, realizada en bronce y fechada en época romana (siglo I), es un elemento característico de la religión mistérica del dios Sabazio o, más conocido en su forma castellanizada, Sabacio. A este dios se le consideraba hijo de la diosa madre Cibeles, y era una divinidad redentora de origen tracio (región europea de los Balcanes formada por las actuales Bulgaria, Grecia y Turquía), cuyo culto penetró en Grecia a finales del siglo V a.C. a través de Frigia, siguiendo las rutas de caravanas de comerciantes. Durante el siglo IV a. C. se afianza su culto, y durante el helenismo alcanza su máxima expansión, llegando hasta Roma en el siglo II a.C. a través de las colonias griegas de la Magna Grecia (Italia), aunque con una incidencia minoritaria, que no puede compararse a la de otros dioses orientales. Por ello, los testimonios escritos o físicos de Sabazios son relativamente escasos. En Grecia su genealogía cambió y se convirtió en descendiente de Zeus y Perséfone, diosa del inframundo, ya que era un dios que salvaba las almas de sus fieles. Asimismo fue asimilado a distintos dioses: a Dionisos, en tanto que dios agrario y de éxtasis; a Hermes, por ser la divinidad que conducía a las almas hacia el Hades; y a Zeus, cuyo rayo Sabazios también manejaba. Este dios, aparentemente cabeza de una religión monoteísta, fue asociado por los romanos con Baco/Dionisio y con Júpiter. Incluso los judíos habitantes de Asia Menor desde el 200 a.C. deportados allí por Antíoco el Grande lo asociaron con su dios YHWH, como demuestra la similitud fonética, en griego, entre el término tracio Sabazio y el epíteto para el dios de los judíos Adonai Sebaoth, "el Señor de los Ejércitos". He encontrado también referencias a la misma similitud fonética con la del día de la semana Shabat, sagrado para los judíos, pero a este respecto tengo mis dudas.

La religión sabazia era un monoteísmo con un fuerte componente místico, y el mito y el culto mistérico de Sabacio hunden sus raíces en el subsuelo telúrico. Lo demuestra su condición de dios de la vegetación así como el empleo de tierra, de salvado y de una serpiente en el rito iniciático, trazos de una prehistoria religiosa totémica vinculada con la agriculturaEl culto a Sabazios era mistérico y se practicaba de noche. El conocimiento y revelación del dios estaban reservados a los iniciados que, según parece, eran cubiertos con tierra, para ser desenterrados posteriormente en alusión a la resurrección. La serpiente, símbolo del poder de las profundidades y del propio dios, podía haber jugado un importante papel en el ritual, asociada a diversos cultos mistéricos. Según parece, la iniciación en los misterios y ritos de Sabazios aseguraba una rica vida de ultratumba, a la que se accedía a través de un juicio final. Sabazios se configura como un dios de la luz y de las tinieblas, de la vida y de la muerte, santo y salvador, dador de vida eterna. En la caverna donde están situados la mujer y el niño podría verse una referencia ctónica y una alusión al carácter fecundador del dios. La piña es un símbolo de regeneración muy frecuente en ambientes funerarios romanos y representa el poder regenerador del dios. El arbusto que se encuentra junto al ánfora no resulta fácil de identificar. Puede tratarse de una vid, motivo frecuente en la iconografía sabazia, que daba lugar a actos litúrgicos en cierta medida semejantes a los existentes en el cristianismo posterior, puesto que incluían procesiones, purificaciones catárticas y consumo de vino.... lo que podría explicar también la presencia del par de címbalos o instrumentos musicales similares. El lagarto, muy frecuente en ambientes funerarios, renace en primavera después de permanecer oculto durante el invierno, como la serpiente. Es un símbolo ctónico y regenerador que se utilizaba también con sentido apotropaico, es decir, que aleja el mal e invoca el bien. El mismo efecto se produce con la rana, compartido con el posible escarabajo, de gran poder protector en el antiguo Egipto. El caduceo de Hermes-Mercurio participa en la iconografía sabazia en su calidad de conductor de almas en el tránsito de la muerte. 

La pieza que nos ocupa es un exvoto que representa una mano derecha, de tamaño algo menor que el natural. 
La mano presenta los dedos gordo, índice y corazón extendidos, y los anular y meñique plegados sobre la palma, en la posición clásica de la bendición latina. Sobre el extremo del dedo gordo se aparece una protuberancia de forma más o menos redondeada que corresponde a una piña. Una serpiente recorre el dorso de la mano hasta la unión de los dedos anular y meñique, desde donde se elevan exentas la parte superior del cuerpo y la cabeza, que describen un trazado sinuoso y ascendente. La cabeza, barbada, presenta la boca abierta y dentada. Sobre la base del dedo índice se sienta un personaje barbado en altorrelieve, al que faltan el brazo derecho y el izquierdo desde la mitad del antebrazo. Viste túnica corta, ceñida en la cintura, que llega hasta por encima de las rodillas, calzón largo y gorro frigio. Los pies descansan sobre una cabeza de carnero en altorrelieve. La superficie de la mano aparece cubierta de otros motivos en relieve, algunos de los cuales se pueden identificar. En la palma, un cuchillo, un bípode o ara flameante y una figura femenina recostada con un niño en brazos dentro de una cueva. A la izquierda, una jarra dispuesta sobre una mesa y a la derecha, un ánfora de grandes asas, sobre cuya boca hay un objeto puntiagudo, quizás una tapadera. En el dorso, un arbusto de tronco curvo, del que salen varias ramas a la izquierda y a la derecha, con pequeños frutos redondeados; un lagarto; un palo o bastón recto; una rana; un escarabajo; un caduceo y otros objetos no identificados.

La localización y excavación de esta Mano se realizó en el curso de las actuaciones arqueológicas de urgencia para el proyecto de Ampliación de la Dársena de Escombreras entre los años 1997 y 2002. Se documentaron y extrajeron miles de materiales arqueológicos procedentes de diversos naufragios de mercantes de época romana, identificándose seis pecios: cinco romanos fechados entre los siglos III a.C. y VI d.C. y uno medieval datado entre los siglos XII y XIII. La Mano en concreto, hallada el 27 de agosto de 2001, formaba parte del cargamento del pecio Escombreras 4, barco procedente de la Bética que se hundió a finales del siglo I d.C. cuando transportaba, con destino a Carthago Nova, grandes cantidades de vino en ánforas y un lote más reducido de ánforas de aceite. 

Este exvoto que se utilizaba como estandarte en las procesiones y ritos dedicados al dios Sabacio. Se le atribuía el poder de proteger a las mujeres en el parto, por lo que no es de extrañar la representación de una mujer amamantando a un niño dentro de una cueva. La serpiente es el símbolo de la renovación anual de la vida. La cabeza de carnero, el cuchillo y el ara llameante aluden al sacrificio ritual. Estas ceremonias de sacrificio incluirían el consumo comunitario de vino, de ahí la presencia del ánfora y de la jarra. 

El pecio Escombreras 4 frecuentaría las líneas del tráfico bético hacia Italia y los puertos de la Narbonense que enlazaban con el limes, por lo que existían posibilidades de contacto con círculos sabazistas. Pinedo Reyes y Alonso Campoy (2003) señalan que la presencia de esta pieza en un barco en trayecto del Estrecho a Carthago Nova concuerda con el ambiente costero de otros hallazgos de objetos sabazios en Hispania como las dos manos sabazias del Museo Arqueológico Nacional, procedentes de la colección del Marqués de Salamanca. Asimismo, concluyen que la difusión del culto por el extremo Occidente se llevó a cabo exclusivamente a través de las líneas marítimas de altura.

Junto con otros cultos mistéricos como los de Mitra o Isis, el de Sabazios representa esas primeras aceptaciones del henoteísmo (semi-politeísta) o monoteísmo que culminará con la aceptación global del cristianismo. En el occidente romano el culto a Sabazios no llegó a alcanzar nunca los niveles de institucionalización de Oriente y los Balcanes, donde existieron diversos templos de Sabazios que contaban con sacerdotes, esclavos e incluso palomares y árboles sagrados.

Existen dos tipos de exvotos conocidos relacionados con esta divinidad, por un lado, relieves con la imagen y el nombre del dios (menos habituales) y, por otra parte, pequeñas esculturas con forma de mano en actitud de bendecir, en las que se incluyen diversos elementos iconográficos. En este último caso se conocen manos votivas de Sabazios, fechadas en el siglo I a.C. como el Busto de Sabazios coronado con una cesta de frutas, procedente de Pompeya y la Mano votiva de Sabazios, procedente de Herculano, ambos conservados en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles; la Mano votiva de Sabazios del Museo Arqueológico Nacional de Florencia y la del Museo Nacional Romano de las Termas de Diocleciano, procedente de Isola Farnese (Roma), de los siglos II-III d.C.



miércoles, 16 de octubre de 2019

188. El Apocalipsis mal

No se me ocurre mejor final para El Arca que una entrada dedicada al apocalipsis. Sí, este blog cierra sus puertas hasta nuevo aviso por razones que explicaré este viernes en El Circumpunto (y que podéis ver aquí). Pero os lo resumo: falta de tiempo. Este año me he metido en muchos proyectos que me exigen la totalidad de mi tiempo y, aunque me encanta escribir y grabar vídeos, voy a tener que dejarlo de lado. Pero, como digo, podéis seguir leyéndome en facebook (César R. Espinel) o en instagram (cesarodes), donde no voy a dejar de subir cositas interesantes. El caso es que sí, por el momento tengo que dejar Blogger y Youtube aparcados. Y al igual que he hecho en mi canal, que he grabado un vídeo de despedida, no quería dejar esto sin una última entrada. Y va a tratar, como bien dice el título, del Apocalipsis. Del malo, porque, como sabe todo aquel que haya leído un poco de mitología, los apocalipsis terminan bien. En este caso vamos a hablar de uno que aún no se ha realizado pero que parecemos abocados a él. Me atrevo a decir que es una profecía sobre el apocalipsis de un hombre que no comparte nada de la imaginería de los profetas: Edward F. Edinger (1922-1998), médico psiquiatra y analista junguiano. Muy lejos del lenguaje mítico tradicional, Edinger analiza una situación muy actual, sobre la necesidad que tiene nuestra sociedad humana, hoy, de reelaborar su mito y de vivirlo. Porque si no, estamos abocados al fin de nuestro mundo. El señor Edinger dice:


"La historia y la antropología nos enseñan que la sociedad humana no puede sobrevivir mucho tiempo si sus miembros no participan psicológicamente de un mito vivo común. Este mito proporciona al individuo una razón de ser. Ante las preguntas claves sobre la existencia humana, proporciona respuestas que satisfacen incluso a los miembros más evolucionados y selectivos de la sociedad. Y si esa minoría creativa y racional está en armonía con el mito dominante, las otras capas de la sociedad la seguirán, e incluso es posible que no tengan que enfrentarse directamente con la decisiva cuestión del significado de la vida. 

A cualquier persona reflexiva le parece evidente que la sociedad occidental ya no dispone de un mito viable y funcional. Es indudable que todas las culturas del mundo se van aproximando, en mayor o menor grado, a ese estado carencial (...) Se pierde el significado; en su lugar, se reactivan los contenidos primitivos y atávicos. Desaparece la diferenciación entre los valores y éstos son sustituidos por motivaciones elementales como el poder y el placer; cuando no es así, el individuo queda expuesto al vacío y a la desesperación. Con la pérdida de la conciencia de una realidad transpersonal (Dios), el caos interno y externo de los deseos personales en pugna se adueña de todo. La pérdida de un mito común trae consigo una situación verdaderamente apocalíptica. En este estado se encuentra el hombre moderno."

Ahí lo dejo. Ha sido un placer teneros como lectores. El que quiera entender, que entienda.

Ultreia!

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miércoles, 9 de octubre de 2019

187. Judaísmo en el siglo XXI

A menudo quedo tan fascinado por las culturas y religiones antiguas que me olvido de que algunas de ellas siguen existiendo hoy y que han experimentado un desarrollo. Por eso, y para celebrar que he empezado por fin a estudiar hebreo en serio, hoy vengo a hablaros del judaísmo del siglo XXI. Antes de empezar, conviene saber que todo el judaísmo que existe hoy en día (de hecho se empieza a hablar de religiones judías) son manifestaciones del judaísmo rabínico, un término para designar al judaísmo fariseo. Los fariseos fueron los únicos de las cuatro grandes ramas del judaísmo que sobrevivieron a la destrucción de Jerusalén por las tropas romanas en el 70 d.C. La figura central del fariseísmo eran los rabbí, los maestros, y por eso todo el judaísmo actual se basa en el rabinato.

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La bandera azul y blanca (los colores del talit, el chal o manto de oración) con el Magen David es una de las insignias del Estado de Israel, aunque se ha atribuido erróneamente al judaísmo

Aunque vaya a hablar del judaísmo moderno, creo sensato empezar por los principios que se han mantenido inalterados a lo largo de la historia de esta religión abrahámica, históricamente la más antigua. Primero es importante saber que no existe ninguna figura ni organismo que sistematice ni fije el contenido dogmático del judaísmo por lo que, en esencia, todas las escuelas, lecturas e interpretaciones son igualmente válidas. Ahora bien, esas lecturas e interpretaciones se hacen en base a la Torá ("Ley"), lo que en griego se llamó Pentateuco y que conforma los cinco primeros libros del Antiguo Testamento de los cristianos: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. A su vez, la Torá es la primera parte de las tres que componen el Tanaj, las Sagradas Escrituras del judaísmo, a las que se atribuye inspiración divina.

En la práctica religiosa, la tradición oral también desempeña un papel importantísimo (de hecho se conoce como "Torá oral"). Según la tradición, de los 40 días que permaneció Moisés en la cima del monte Sinaí, en 1 día recibió la Torá escrita y en los 39 restantes recibió la Torá hablada. Ésta última fue conservada junto con la primera desde su época y la de los profetas, desembocando en una transcripción que dio origen a la Mishná, que posteriormente sería la base del Talmud, el enorme cuerpo exegético del judaísmo, desarrollado hasta el día de hoy por los estudiosos. El conjunto de leyes extraídas de estos textos forman la ley judía o Halajá.

La clave de fe que comparten todos los judíos del mundo, independientemente de la rama a la que pertenezcan, es la creencia en un Dios omnisciente, omnipotente y providente, que creó el universo y eligió al pueblo judío como el depositario de su Ley contenida en los Diez Mandamientos y los preceptos rituales contenidos en el tercer y cuarto libro de la Torá. En consecuencia, las normas derivadas de estos textos y la tradición oral surgida a su alrededor constituyen la guía de vida de los judíos, aunque la observancia de éstas varía mucho de unos grupos o ramas a otros.

Podríamos hablar de más cosas: el rabinato, las sinagogas, la presencia de las mujeres, el hebreo... pero no quiero hacer esto demasiado largo. Vamos ya con las ramas del judaísmo que existen hoy en día. Existen tres grandes corrientes del judaísmo: el ultraortodoxo, el ortodoxo y el reformista; y otros cuatro menores: conservador, caraíta, humanista secular y reconstruccionista. Por supuesto, dentro de cada uno de ellos surgen muchas divisiones y grupos, pero vamos a centrarnos en los más importantes.

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- Judaísmo ultraortodoxo. Algunos expertos lo clasifican dentro del judaísmo ortodoxo. Se denominan a sí mismos haredíes, "los que tiemblan ante Dios", y presenta dos diferencias doctrinales fundamentales respecto al judaísmo ortodoxo: una práctica de la Ley especialmente devota y un gran distanciamiento del movimiento sionista. A su vez, el judaísmo ultraortodoxo o haredí está dividido en dos grandes grupos:

              - Jasidismo: creado en Polonia a finales del siglo XVIII, su fundador fue el rabino Israel ben Eliezer (también conocido como Baal Shem Tov) cuyos seguidores crearon un judaísmo más alegre y menos académico. Actualmente están divididos a su vez en múltiples "escuelas", pero están repartidos por más de 1000 ciudades en 80 países y constituyen la organización judía más extendida del mundo. 

              - Mitnagdismo: sus seguidores, llamados mitnagdím ("oponentes"), rechazan algunas posturas del jasidismo, en especial su estudio intensivo de la parte oculta de la Torá. Es un movimiento más unificado.


- Judaísmo reformista. De origen ashkenazí (alemán), es llamado también judaísmo progresista, pues defiende la autonomía individual en lo relativo a la interpretación de los preceptos religiosos (mitzvot). Sus principios, que no pretenden ser dogmáticos, consisten en la existencia, singularidad y unidad, eternidad y naturaleza espiritual de Dios; que la Torá fue inspirada por Él, que la ciencia debe ser parte de la guía para un reformismo sistemático que tenga como objetivo al ser humano (basado en el racionalismo de Mosé ben Maimón, Maimónides); que los tres pilares del judaísmo son Dios, la Torá e Israel; y que la llegada de la era mesiánica es responsabilidad de todos, judíos y no judíos. 

            - Para los reformistas, sólo el Tanaj es de inspiración divina: la Mishná y la Guemará (el Talmud) o la Halajá no son sino un conjunto de opiniones y reflexiones alrededor de la Torá, pero que no tienen carácter divino, aunque son igualmente consultadas. Sólo la Torá escrita es "documento vivo" o revelación progresiva. 

            - Rechazan la segregación sexual y luchan por los derechos de las mujeres. En las sinagogas reformistas hombres y mujeres rezan juntos, y el reformismo fue el primer movimiento (aunque no el único) en comenzar la ordenación de mujeres rabinas.

            - No existe integrismo en su interpretación de los preceptos religiosos. Se considera que tales preceptos fueron escritos por personas influidas por su sociedad y por lo tanto no deben interpretarse literalmente, sino adecuados al contexto.

            - Firme compromiso con la justicia social y la reparación del mundo (Tikún Olam)

            - Consideran al Mesías como símbolo de una sociedad idílica (Era Mesiánica) en la que se cumplen los principios de paz y fraternidad, no como una persona individual que instaurará dicho orden. 


- Judaísmo ortodoxo. Se distingue del reformista por su adhesión rigurosa a la Halajá, aunque permite cierta variación en la práctica. Afirma que la festividad de pésaj, el shabat (sábado) y todos los preceptos de la Torá (tanto la escrita como la oral), fueron entregadas por Dios a Moisés hace más de 3.000 años en el Sinaí. Creen que Moisés a su vez enseñó estas leyes a todo el pueblo israelita, que como una sola entidad aceptó cumplirlas antes de saber en qué consisten o el porqué de cada una de ellas, con una disposición única de entidad indivisible. De acuerdo a su actitud hacia la cultura contemporánea, el judaísmo ortodoxo se divide informalmente en: 

             - Judaísmo ortodoxo moderno, que busca adecuar hasta algún punto sus prácticas y estudios a la situación social contemporánea (aunque es firme con respecto a la Halajá).

             - Sionismo religioso, que liga el judaísmo ortodoxo con el sionismo. 

             - Judaísmo haredí, que hemos mencionado al principio y que rechaza toda innovación que sus líderes consideren contraria al espíritu de la Torá. 

El judaísmo ortodoxo es el único reconocido por el estado de Israel, aunque lo practica solo una minoría. No se acepta como judío a aquel que se haya convertido al judaísmo por otras reglas que las de la Halajá, y el rabino ortodoxo es el único que puede celebrar un matrimonio en Israel (y no casará a judío con no judío). 

Aquellos estudiosos que no aceptan el judaísmo haredí o ultraortodoxo como una corriente separada del judaísmo ortodoxo consideran la existencia de un tercer movimiento:

- Judaísmo conservador. También llamado tradicionalista o masortí (del hebreo masóret, "tradición"), es un movimiento fundado en Estados Unidos a través de la fusión de ideas reformistas y ortodoxas. Los conservadores enfatizan que los judíos constituyen una nación (Am Israel), pero que ésta no puede identificarse en su totalidad con el Estado de Israel. Tampoco siguen la Halajá en su totalidad, sino que se inclinan hacia interpretaciones más abiertas al mundo moderno.


Y nos quedan los últimos tres grupos, mucho más humildes:

- Judaísmo caraíta. Reciben su nombre en el siglo VIII y proviene del hebreo qaraim, "lectores" (también se designa a esta rama como Bené mikrá, "seguidores de la Escritura", en oposición a los Bené mishná, "seguidores de la tradición"), pues consideran que el Tanaj es la máxima autoridad. Este movimiento proclama el derecho de todo judío a estudiar las Escrituras hebreas de modo libre, sin tener en cuenta ninguna interpretación rabínica ni el Talmud.

- Judaísmo humanista secular. Los judíos seculares son aquellos que pertenecen al pueblo judío por ascendencia familiar, en concordancia con las leyes del judaísmo, pero se esfuerzan poco o nada por practicar el judaísmo. La mayoría de los judíos seculares son indiferentes al judaísmo, el cual forma parte de su identidad, pero en una cantidad relativamente pequeña. Esto último los diferencia de los judíos humanistas seculares, ya que el judaísmo humanista secular es una corriente que ve al hombre como centro del mundo y de la vida judía, a diferencia de las otras corrientes que subrayan la centralidad de Dios. Para los judíos humanistas seculares la religión y sus leyes no necesariamente deben regir el comportamiento del individuo. Esta corriente destaca los valores humanistas universales, que se basan históricamente en las fuentes judías. Los distintos libros del judaísmo son remarcados como fuentes de inspiración para los conceptos de libertad, justicia, justicia social, solidaridad, respeto y ayuda al prójimo, tolerancia, etc. Y es que esta corriente, al igual que la reformista, es uno de los intentos de compatibilizar el judaísmo con las identidades seculares y nacionalistas que surgieron como consecuencia de la Revolución francesa.

- Judaísmo reconstruccionista. Se trata de la rama del judaísmo progresista más tardíamente individualizada y también la que cuenta con menos seguidores oficiales. Fundada en 1968 en los Estados Unidos por el rabino Mordecai Kaplan, esta corriente entiende el judaísmo como una civilización que evoluciona progresivamente. La Halajá no es considerada obligatoria, pero es tratada como un remanente cultural valioso que debe ser mantenido a menos que exista una razón para hacer lo contrario. El movimiento enfatiza las visiones positivas con respecto al modernismo y propone un enfoque de la tradición judía, cuyo objetivo es la toma de decisiones comunales a través de un proceso de educación y destilación de valores de las fuentes tradicionales judías. Algunos autores lo incluyen dentro del judaísmo conservador.


Y hasta aquí las ramas del judaísmo actual. No son todas las que existen ni hay conformidad en su clasificación, pero a día de hoy 14.3 millones de judíos que existen en el mundo están adscritos a alguna de estas ramas o sus subdivisiones. Y esta entrada me ha servido, aparte de para demostrar que nada es blanco o negro como tan a menudo pretenden hacernos creer, para enseñar que el judaísmo, como toda religión, es algo vivo. Y, como bien dice mi amiga Laila Rattab, "la religión, la fe, la espiritualidad no es algo que te inyecta un erudito". Y los judíos, todos ellos, lo saben.


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miércoles, 25 de septiembre de 2019

186. Animismo y fetichismo en el universo de Tolkien

Este año en Escuela de Atención voy a seguir ofreciendo el curso titulado El Pensamiento Simbólico, en formato presencial y online, donde una vez al mes analizamos la simbología y mitología de algunas de las representaciones simbólico-artísticas más importantes de la humanidad: el Santo Grial, las Vírgenes Negras, el significado de las figuras de las pinturas del Bosco... y también hay espacio para la mitología moderna. El año pasado nos dedicamos a Star Wars, Harry Potter, Juego de Tronos, Matrix y algunas películas de Disney; y algunos alumnos me preguntaron por una gran ausencia. Así que sí, este año hablaré de El Señor de los Anillos. De momento, para ir abriendo boca, os dejo este texto de xataka.com con algunas pinceladas...

Animismo y fetichismo en el universo Tolkien, las armas infalibles para conquistar nuestra mente

Árboles en movimiento, piedras videntes que aportan habilidades sobrehumanas, decididos anillos con voluntad propia... El animismo (atribución de principios vitales a objetos) y el fetichismo (objetos que otorgan poderes al portador) están muy presentes en la Tierra Media de Tolkien y definen, como otros relatos de fantasía épica, este universo. Desde El Hobbit a El Silmarillion, pasando por la trilogía más conocida de este mundo (El Señor de los Anillos), Tolkien construyó todo un universo coherente y atractivo en el que no nos sorprendía ver águilas hablando con personas o dagas reaccionando al entorno. Y con ello afianzó las bases de todo un género literario: la fantasía, tal y como se la conoce hoy.

El Anillo Único tiene su propia personalidad

El Anillo Único, Anillo de Poder o el Daño de Isildur son las formas con las que se conoce al anillo dentro y fuera del universo de la Tierra Media. Quizá esta sobrenominación, que Tolkien usa con frecuencia, es la que confiere peso al objeto redondo y brillante capaz de multitud de dones y tormentos. Este anillo posee unos cuantos, pues es a la vez sortija y talismán. Puede hacer desaparecer a su poseedor, levantar determinados velos que ocultan la realidad, hacer que su portador entienda otras lenguas, controlar otros anillos, amplificar poderes que ya tuviese el anfitrión, controlar a algunas criaturas fantásticas como los Nazgûl, leer la mente de quienes llevan otros anillos, o disfrutar de la longevidad. Fetichismo en estado puro. Pero el anillo de poder, que aparece por primera vez en El Hobbit (allá en la Inglaterra de 1937) cuando salta al dedo de un joven Bilbo Bolsón, también tiene voluntad propia y busca reunirse con su dueño original y creador: Sauron. Así, es capaz de ajustarse a cualquier dedo, cambiar de poseedor e incluso escapar si hace falta. El animismo también está presente en el objeto más importante que diseñó Tolkien para su mundo; y la leyenda nacida en El Hobbit y continuada en la trilogía El Señor de los Anillos (1954) obtuvo aún más relevancia con la publicación póstuma de El Silmarillion en 1977. Han corrido ríos de tinta y aún no se sabe de dónde sacó Tolkien la idea de su anillo. Pudo haber salido de las óperas de Wagner Der Ring des Nibelungen, aunque Tolkien descartó la posibilidad en una carta a su editor; o del anillo Vyne de la época romana, que fue relacionado con una maldición. Sea como fuere, destaca cómo este autor supo combinar los elementos de su época para crear una de las sagas de mayor relevancia, ahora reeditada por Minotauro. 

Espadas con +3 de ataque y +2 de defensa

Dardo es uno de los objetos más característicos de El Señor de los Anillos. Esta daga élfica que Frodo emplea como una espada corta (lo suficiente como para que un hobbit la empuñe con facilidad) fue encontrada por Bilbo como ya ocurriese con el Anillo, y ambos fueron entregados a Frodo en su primera aventura, siguiendo cierto paralelismo entre ellos. Resalta porque es capaz de atravesar la piel de los trolls y cambiar de color ante la presencia de orcos en las inmediaciones, habilidades ampliadas que vienen francamente bien a los jóvenes hobbits. Esto recuerda el fetichismo de los juegos de rol y videojuegos RPG actuales, en que los jugadores van adquiriendo determinada indumentaria por el camino que les ayuda a prepararse. Es lo que llamamos “equipamiento” y que se consolidó dos décadas después de la publicación de El Señor de los Anillos en el juego de mesa "Dragones y Mazmorras" (1974), otras novelas épicas e incluso videojuegos clave como "Diablo" (1996). La adaptación del fetichismo y los objetos de poder ha seguido un avance gradual desde el misticismo y las creencias religiosas al ocio, pero no hubiese sido lo que es sin Tolkien y sus libros.

Cuando los árboles piden ayuda contra la codicia

También son característicos de la Tierra Media los árboles que hablan y sus pastores también vegetales: los ents. Más épico aún que la escena de la segunda película de El Señor de los Anillos es el capítulo del libro en que los ents levantan el Bosque Negro para luchar contra la avanzadilla de Sauron en la fortaleza de Isengard. Árboles luchando por su derecho a existir. Tiempo antes Saruman había empezado a talar de forma indiscriminada las orillas de estos bosques, convirtiendo los pulmones naturales en colinas de cenizas, en una obvia llamada a los efectos de la Segunda Revolución Industrial en la que se había criado Tolkien desde los tres años. A menudo animismo e industrialización se observan como fuerzas opuestas. Por un lado está la naturaleza prístina y en equilibrio, y por el otro el avance imparable de la fuerza del hombre (hoy diríamos ser humano, pero es la palabra que usaba Tolkien para la raza humana). Y son irreconciliables. El anillo y su poder, en este caso, representan la codicia del hombre, que había infectado la mente del mago. De haberse publicado en la actualidad, es posible que El Señor de los Anillos fuese entendida como una novela adaptada a la descarbonización y en defensa de la naturaleza, y es que el respeto a la misma está representado en todas las novelas de Tolkien.

Las teclas que Tolkien supo tocar en su universo

Las historias de la Tierra Media fueron éxitos de ventas durante décadas mucho antes de las películas conocidas y sus adaptaciones libreras. Incluso hubo películas previas como la versión de El Hobbit de 1966 (que dura 12 minutos) o la de 1977 (cuya visual e incluso temática recuerdan notablemente a "David el gnomo"). Pero nada ha superado a los libros y sus historias, de las que a menudo se han recordado fragmentos al ser el tiempo de metraje limitado como es el capítulo de Tom Bombadil que solo recordarán los lectores. Los libros de Tolkien tienen un algo característico que, con una fantástica combinación de animismo y fetichismo, han sabido conformar un espacio mágico. La magia, palabra que hemos evitado hasta ahora para definir el modo en que estos objetos y seres actúan con voluntad humana, está muy presente en el legendarium del autor. A lo largo de varias cartas, como esta a Milton Waldman, Tolkien da algunas claves sobre el uso de la alegoría combinada con la magia en sus relatos y novelas, e incluso hace referencia a los cuentos de hadas. Lo más llamativo es que él mismo admite no saber de dónde surgen algunas de sus ideas, por lo que es difícil hablar de un éxito consciente. Digamos, simplemente, que era un genio. Uno de estos casos es “la recuperación de los Silmarilli”, una de las historias de El Silmarillion, que Tolkien presupone tiene que ver con la idea escandinava del Ragnarök (aunque no está muy seguro). 

Tolkien nos hace sentir niños de nuevo

Arriba hemos hablado de “ríos de tinta”, y podríamos ejemplificar la expresión con textos de análisis académicos como el que Jaume Albero Poveda redactó en 2006 en su ensayo ‘Una tierra encantada: magia y significado en la ficción de J.R.R.Tolkien’. En él analiza las supersticiones del naturismo o animismo en la obra de Tolkien. Un paseo por Google Scholar nos devuelve miles de resultados. Los estudios sobre pensamiento mágico y misticismo coinciden en que en una cultura predominantemente racional se relega la magia a la infancia. El Ratoncito Pérez, los Reyes Magos, Papá Noel, son construcciones que sabemos falsas. Las olvidamos a medida que maduramos, a veces con cierta resistencia que pasa a formar parte de la ficción. Los libros de fantasía y sus relacionados, con El Señor de los Anillos a la cabeza, nos trasladan de nuevo a un mundo mágico en el que los objetos genuinamente inteligentes y no tecnológicos hacen uso de un poder invisible para potenciar a los buenos en su lucha contra los malos. Porque la batalla entre el bien y el mal siempre ha sido un punto a favor en una buena historia. 

Quizá abrimos sus páginas para volver a experimentar la sensación de que la magia existe. Para atesorar un poco de certidumbre. También es posible que releamos las novelas de Tolkien para regresar a tiempos más tranquilos en los que lo más grave que podía pasarnos era que el Anillo Único no fuese destruido. Refugiados en una historia que nos acompaña incluso cuando cerramos el libro.

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