miércoles, 25 de mayo de 2016

38. El Libro Secreto de Juan. Parte III

¡Buenos días a todos! Seguimos aquí una semana más con la interpretación de El Libro Secreto de Juan. Antes de empezar quiero pedir disculpas por no haber publicado este fin de semana en El Blog de Bianor, pero he estado bastante ocupado ya que me he ido de viaje a Burgos y alrededores. Por otra parte, estoy muy contentos ya que por fin he recibido los ejemplares impresos de El Arte de los Illuminati, por lo que ya están a la venta por el módico precio de 11,95€. Pero ya está bien de hablar de mí. Seguimos donde lo dejamos:


<< Nuevamente, la Presciencia de la Mente perfecta, mediante la voluntad manifiesta del Espíritu invisible y la voluntad del generado por sí mismo, surgieron el humano perfecto, la primera revelación, la verdad. El Espíritu virgen dio al humano el nombre de Pigeradamas, y asignó a Pigeradamas el primer eón (reino) eterno del gran generado por sí mismo, Cristo, junto con la primera estrella, Armozel. También los poderes están allí. El Invisible dotó a Pigeradamas de una fuerza mental inconquistable. Pigeradamas glorificó y alabó al Espíritu invisible diciendo: "Todo ha sido hecho por ti, y a ti volverá. Yo te alabaré y glorificaré, y al generado por sí mismo, y a los eones eternos, y a los tres, Padre, Madre, Hijo, el poder perfecto." >>

Interesante. Tenemos aquí la creación del primer hombre, que como podemos ver no es Adán. Aunque bueno, en realidad no dicen que sea hombre ni mujer, sino que habla simplemente de ser humano. Quizá sea algo parecido a lo que ocurre en Génesis (1:27), cuando dice: "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó." Aquí no hay un Adán y una Eva (que aparecen después), sino un hombre y una mujer distintos. Se ha llegado a hablar también del mito del andrógino... sea como sea, el caso es que el tal Pigeradamas no vive en la Tierra ni en el Edén (porque no existen aún), sino que vive en el primer reino junto con el más importante de los ángeles, Armozel. Y se convierte así en el primer sacerdote del Espíritu invisible y de la auténtica Trinidad: el Padre, la Madre y el Hijo. Tiene además una "fuerza mental inconquistable". No se puede decir lo mismo del Adán del GénesisEn efecto, hay diferencias sustanciales entre Pigeradamas y Adán. Pero sigamos leyendo, porque hay aquí algo curioso.

<< Pigeradamas asignó a un hijo, Set, para el segundo eón (reino) eterno, junto con la segunda estrella, Oroiel. La familia de Set estaba destinada al tercer eón (reino) eterno, con la tercera estrella, Daveithai. Las almas de los santos estaban destinadas también allí. Las almas de aquellos que ignoraban la Plenitud divina estaban destinadas al cuarto eón (reino) eterno. No se arrepintieron de forma repentina, sino que siguieron ignorando por un tiempo y después se arrepintieron. Están junto a la cuarta estrella, Eleleth, y son criaturas que glorifican al Espíritu invisible.

Dice que Pigeradamas tuvo un hijo al que le asignó el segundo reino y al que llamó Set... pero en la Biblia, Set es el tercer hijo de Adán y Eva, que fue concebido para sustituir al asesinado Abel. ¿Se trata de una simple coincidencia? No lo sé. Es también destacable el hecho de que Set (cuyo nombre también existe en la mitología egipcia) viva en la segunda estrella de nombre Oroiel. En el Antiguo Egipto, Seth es una divinidad nacida de la unión del cielo y la tierra primigenios (algo parecido a lo que cuenta el Libro Secreto de Juan sobre la creación), y los egipcios creían que sus dioses provenían de Orión, que tiene cierta resonancia con Oroiel. ¿Estoy llevando muy lejos mis especulaciones? Tal vez. Pero es una posibilidad. Aunque esas estrellas no son cuerpos celestes como las entendemos nosotros, sino que son criaturas vivas semejantes a los ángeles. Por su parte, los distintos eones (reinos) son como las sephirot de la Cabala: distintas dimensiones de la Naturaleza, emanaciones de la divinidad que el ser humano puede alcanzar hasta llegar a la esencia pura de Dios. Por eso Pigeradamas, al haber sido creado directamente por Él, habita en el primer eón, el más cercano a su Naturaleza. El hijo de éste, Set, vive en el segundo. Su familia (además de los santos), habitarán el tercero; y así sucesivamente. Cuanto más alejado de Dios esté el reino que habitan las almas, más costará sentir su presencia. Es algo místico, que puede que no lleguemos a entender del todo. O puede que simplemente yo no sepa explicarlo bien. Para ser escritor, ya me vale. Confío en que sepáis perdonarme. De todas maneras, por si tenéis curiosidad por entender el sistema de eones (reinos) de los gnósticos, podéis consultar un ejemplar del Zohar. Ahí aparece reflejado muy bien en qué consisten las sephirot, ya que a fin de cuentas es el mismo sistema de emanaciones de Dios. Ahora seguimos, porque viene la parte fundamental de este texto:

<< Ahora Sofía, que es la Sabiduría del Pensamiento Posterior y que es la representación de un eón eterno, concibió un pensamiento. Esta idea la tuvo ella misma, y el Espíritu invisible y la Providencia también fueron reflejados en ella. Ella quería dar a luz a un ser como ella misma sin el consentimiento del Espíritu (el Espíritu no lo había aprobado), sin su amante, y sin su consideración. Su compañero no lo aprobó; ella no encontró a nadie que estuviese de acuerdo con ella, y consideró este asunto sin el permiso del Espíritu ni ningún conocimiento de lo que había decidido. No obstante, dio a luz a un hijo. Y, debido al poder inconquistable que habitaba en su interior, su pensamiento no resultó vano. Pues de ella salió algo que era imperfecto y aparentemente distinto a ella, pues ella lo había generado sin su amante. No tenía parecido ninguno con su Madre, y su forma era diferente.

>> Cuando Sofía vio lo que su deseo había generado, se transformó en una serpiente con la cara de un león. Sus ojos eran como relámpagos centelleantes. Lo arrojó lejos de ella, fuera de ese eón (reino), para que no lo viese ninguno de los Inmortales. Pues lo había generado ignorantemente. Lo rodeó con una nube brillante y colocó un trono en medio de la nube, para que nadie lo viese sino el Espíritu Santo, a quien llaman la Madre de los Vivientes. Ella puso a su hijo el nombre de Yaltabaoth. >>

Bueno... seguramente ya sabéis por dónde van los tiros. Para los gnósticos de la Iglesia de Juan y María Magdalena, el motor de las cosas buenas del mundo era el amor. No es que Sofía necesitase el permiso de nadie para concebir, sino que las buenas cosas surgen como fruto del amor. El Espíritu invisible, su amante, tenía que haber tomado parte en la creación para que hubiese salido algo bueno. Pero el hijo de Sofía no fue fruto del amor, sino del egoísmo. Ella quería dar a luz a un hijo sin la participación del Espíritu invisible... y claro, le salió rana. "Debido al poder inconquistable que habitaba en su interior, su pensamiento no resultó vano". ¿Una mujer que queda encinta sin haber conocido varón? ¿De qué nos suena eso? Pero claro, lo que surgió del interior de Sofía era imperfecto y distinto a su madre, pues ella "lo había generado sin su amante", es decir, sin la mediación del amor. Y al ver lo que había creado, ¿se convirtió en una serpiente con cabeza de león? Este simbolismo hace referencia a la representación iconográfica tan extendida en el mundo antiguo del Demiurgo. En la filosofía gnóstica es la entidad que, sin ser necesariamente creadora, es impulsora del universo. También es considerado un semidiós creador del mundo y autor del universo según la filosofía idealista de Platón y en la mística de los neoplatónicos. Sea como fuere, Sofía está avergonzada de su creación y lo expulsa lejos de ese reino, para que ninguno de los Inmortales tenga noticia de su existencia. Lo coloca en un trono sobre una nube, con la finalidad de que sólo lo vea el Espíritu Santo, la Madre de todos los vivientes. ¿Por qué? Por el amor. El amor de una madre es, para los gnósticos, el sentimiento más poderoso del mundo, es amor incondicional. Por eso, a pesar de que ninguna de las Potencias puede aceptar la existencia de ese hijo de Sofía, el Espíritu Santo es la Madre de todos ellos, y como tal les ama sea cual sea su condición. Es curioso que Sofía coloque a su hijo sobre una nube... porque el Dios del Antiguo Testamento se aparece casi siempre a su pueblo sobre una nube. Exacto, el Libro Secreto de Juan está hablando de Yahveh/Jehovah. Solamente que para ellos, su nombre secreto es Yaltabaoth.

Una de las representaciones del Demiurgo es un cuerpo de serpiente con cabeza de león. En la imagen, una deidad con esta iconografía encontrada en una gema gnóstica, en La Antigüedad explicada y representada en figuras, de Bernard de Montfaucon, la cual puede tratarse de una representación del Demiurgo

Es toda una revelación. Para los gnósticos Yahveh no solamente no fue el principio de todo, sino que además es un hijo ilícito de una de las grandes Potencias, que por haber sido concebido sin amor tuvo que ser expulsado de los eones. Y esa falta de amor en su concepción se dejará notar en todos los eventos posteriores. Dice:

<< Éste es el primer gobernante, que recibió de su Madre un gran poder. Luego él la abandonó, yéndose lejos de los eones (reinos) en donde había nacido. Era fuerte, y creó para sí mismo otros eones mediante una llama brillante de fuego que aún existe. Se unió con la Estupidez que hay en él, y generó sus propias autoridades. El nombre de la primera es Athoth, a quien las distintas generaciones de seres humanos llaman el segador. La segunda es Harmas, que es el ojo celoso. La tercera es Kalila-Oumbri. La cuarta es Yabel. La quinta es Adonaiou, a quien llaman Sabaoth. La sexta es Caín, a quien las distintas generaciones de seres humanos llaman el sol. La séptima es Abel. La octava es Abrisene. La novena es Yobel. La décima es Armoupiael. La undécima es Melcheir-Adonein. La duodécima es Belial, que está por encima de la profundidades del infierno. Yaltabaoth nombró siete reyes (uno por cada esfera del cielo) para que gobernasen sobre los siete cielos, y cinco para que gobernasen en las profundidades del infierno. Compartió su fuego con ellos, mas no se deshizo de ninguna parte del poder de la luz que había cogido de su Madre. Pues es un ser de oscuridad ignorante. >>

Me encanta esta parte. En primer lugar, recibe un gran poder de su Madre, lo que en el Antiguo Testamento es la omnipotencia de Dios. Se va lejos, abandonando los eones de las Potestades, y empieza a crear otros reinos para él... que imagino es el universo del que habla el Génesis: la luz y la oscuridad, los cielos y la tierra, la tierra y las aguas... Me resulta curiosa la profusión de nombres propios. Athoth, el segador (que no tengo ni idea de a quién se refiere), Harmas, Kalili-Oumbri... la mayor parte de los nombres no significan nada para mí. Oumbri puede hacer referencia a la umbría, a la sombra, por lo que Kalili-Oumbri podría ser la Luz-Oscuridad, pero es solamente una hipótesis. También aparecen Abel y Caín, identificado éste último con el sol. La undécima potestad de este "Dios" se llama Melcheir, que puede sonar bastante a Melchor. Tenemos por ahí también a Adonaiou, que se parece mucho al "Adonai" con el que los hebreos se referían a su dios... En fin, sólo tengo conjeturas para este fragmento. Lo que sí es curioso es que sean 12 el número de potestades, como 12 fueron los apóstoles de Jesús. Y que Yaltabaoth/Yahveh haya decidido nombrar reyes a siete de ellos para que gobiernen los cielos (pues siete son los arcángeles según la Biblia) mientras que cinco se queden a gobernar el infierno, trabajando para él (ya que cinco son los príncipes del inframundo). Una curiosa coincidencia, ¿verdad? Ahora bien, es destacable cómo afrontan los gnósticos la figura de Yahveh: primero dicen que para crear estas potestades se unió con la Estupidez (es decir, dicen que es una criatura estúpida), y al final del versículo dicen que es un ser de oscuridad ignorante a pesar de haber recibido la luz de su Madre. Vamos, que para los gnósticos, Yahveh no solamente es ignorante sino también estúpido. Le ponen a caer de un burro. Pero lo más importante es que para ellos, ese dios del Antiguo Testamento no es dios. Es esta criatura que nos están describiendo, que sólo da uso de un poder recibido de su Madre... pero que quiere para él solo. Por eso está obsesionado con que los seres humanos le adoren a él. Fijaos, éste es mi pasaje favorito del texto, y con él terminamos por hoy.

<< Cuando la luz se mezcló con las tinieblas, las tinieblas se hicieron más brillantes. Cuando las tinieblas se mezclaron con la luz, la luz se oscureció. Lo que resultó de esto no fue ni luz ni tinieblas, sino más bien penumbra. Este rey de la penumbra tiene tres nombres: El primero es Yaltabaoth. El segundo es Saklas. El tercero es Samael. Su maldad es debida a la Estupidez que hay en él. Ya que dijo: "Yo soy Dios, y no hay otro Dios fuera de mí", puesto que no sabía de dónde había venido su propia fuerza. >>

Esa luz y esas tinieblas se pueden interpretar como la propia naturaleza de este "dios". Recordemos que se dice "el poder de la luz que había cogido de su Madre"  y que es un ser "de oscuridad". Es decir, podría ser luz, pero se ha unido con la Estupidez. Podría ser tinieblas, pero ha nacido de la Madre, que es luz. De manera que es una figura de medias tintas, no es ni lo uno ni lo otro. Por eso el título de "Rey de la Penumbra" le viene que ni pintado. Y curiosa naturaleza la de sus tres nombres. En el Antiguo Testamento, Dios tiene también tres nombres: Yahveh, Jehovah, Elohim. ¿Son los mismos a los que se refieren los gnósticos? No lo sé. Tanto Yaltabaoth como Saklas son nombres que hacen referencia en la tradición gnóstica al Demiurgo. Pero Samael tiene al menos dos significados. En la tradición judía es el Ángel de la Fuerza, regente del Quinto Cielo, uno de los siete regentes del mundo servido por millones de ángeles... pero que al rebelarse contra Dios al principio de los tiempos perdió su lugar en la Casa del Padre. Es decir, los judíos identifican a Samael con Lucifer. Sin embargo, en El Libro Secreto de Juan nos lo presenta como otro de los nombres del Demiurgo, que en este contexto significaría "el dios ciego". Tenga el nombre que tenga, para los gnósticos es evidente: es un dios cruel y estúpido. Pues tal y como dicen los gnósticos, "su maldad es debida a la Estupidez que hay en él". No hace falta que recuerde a nuestros lectores la crueldad de la que hace gala Yahveh en el Antiguo Testamento. Sin olvidar el mensaje de la última frase: es estúpido al decir que no hay más Dios que él (obsesivo monoteísmo veterotestamentario), puesto que no sabe de dónde ha venido su propia fuerza. Es decir, de su Madre. Por supuesto, hay muchas cosas que se nos escapan, ya que no hemos sido iniciados en el gnosticismo del siglo II d.C. y por lo tanto desconocemos la simbología de muchos de los términos que aparecen aquí. Sin embargo, creo que hemos hecho un buen trabajo explicativo en general. La semana que viene seguiremos con nuestro amigo Yaltabaoth y con su creación del mundo, relatada en el Génesis pero vista a través de los ojos de un gnóstico. Espero que os esté gustando este análisis de El Libro Secreto de Juan, un documento que estudió el mismísimo Leonardo Da Vinci. Nada más que decir, sólo desearos buena semana y hasta la próxima. ¡Gracias por estar aquí con nosotros!

  

miércoles, 18 de mayo de 2016

37. El Libro Secreto de Juan. Parte II

¡Feliz miércoles, lectores! Espero que hayáis pasado un buen puente de San Isidro. Retomamos este miércoles el tema que dejamos a medias la semana pasada: la interpretación del Libro Secreto de Juan. Como ya dijimos en la entrada anterior, es un texto que fue escrito por una comunidad de gnósticos, donde Jesús se aparecía a Juan después de haber ascendido a los cielos y le revelaba las verdades de lo que la Filosofía Perenne llama "la divina Base" o "la Naturaleza de las cosas". Empezamos y seguimos, entonces, con la creación de las potencias superiores. Vimos en la entrada anterior que Barbelo (lo que sería la Sophia griega y el Sagrado Femenino) junto con el Espíritu de Dios crea la Omnisciencia. Y dice:

<< Y ella pidió de nuevo que le fuera dada la Inmortalidad, y el Espíritu estuvo de acuerdo. En este momento apareció la Inmortalidad y se colocó cerca del Pensamiento y la Presciencia. Glorificó al Invisible y a Barbelo, porque por ella habían nacido.

>>Barbelo pidió que se le diera la Vida Eterna, y el Espíritu Invisible estuvo de acuerdo. En el momento en que el Espíritu estuvo de acuerdo, apareció la Vida Eterna, y se pusieron juntas, glorificando al invisible Espíritu y a Barbelo, porque por ella habían nacido.

>> Ella pidió de nuevo que se le concediera la Verdad, y el Espíritu Invisible estuvo de acuerdo. Y cuando La Verdad apareció, se colocaron juntos y glorificaron al buen Espíritu invisible y a Barbelo, porque por ella habían nacido.

>> Estos son los cinco eones (reinos) del Padre: la primera Humanidad, la imagen del Espíritu invisible, O sea, la Providencia, Barbelo, Pensamiento, junto con Presciencia, Inmortalidad, Vida Eterna y Verdad.

>> Este es el eón andrógino de los Cinco, que es el eón de los Diez, que es el Padre. >>


Por lo que parece, es un relato de la Creación. Un Génesis distinto al que conocemos, donde el Espíritu Invisible (el Padre) y Barbelo (la Madre) crean las potencias celestiales que hacen a la Divinidad ser lo que es. Son la dualidad cósmica de los principios masculino y femenino juntos en la Unidad y creando sus características principales. Es decir, se están haciendo a sí mismos. Es interesante cómo resalta al final de cada versículo la glorificación a Barbelo, "porque de ella habían nacido", lo que refiere la importancia que para los gnósticos tenía el Sagrado Femenino. Una importancia que languideció notablemente con la llegada al poder de la Iglesia de Roma. Al menos, es muy probable que sea así. Y atención porque el siguiente pasaje era muy importante para los gnósticos. Dice que

<< El Padre miró profundamente a Barbelo con la luz pura y brillante que rodea al Espíritu Invisible. Barbelo concibió, y el Padre produjo un rayo de luz que era semejante a la luz bendita, pero no era tan brillante. Este rayo de luz era el Hijo único del Padre común que había nacido, y la única descendencia y el Hijo único del Padre, la luz pura.

>> El Espíritu virgen invisible se puso contento por la luz que fue producida, que salió primero del poder primero, la Providencia, o Barbelo. El Padre la ungió de bondad hasta que fue perfecta y completamente buena, pues el Padre la ungió con la bondad del Espíritu invisible. El Hijo permaneció en presencia del Padre mientras duraba la unción. Cuando el Hijo recibió esto del Espíritu, enseguida glorificó al Espíritu Santo y a la Providencia perfecta, ya que a través de ella había nacido.

>> El Hijo pidió que se le diera Mente como compañera para trabajar, y el Espíritu invisible estuvo de acuerdo. Cuando el Espíritu estuvo de acuerdo, apareció la Mente, se colocó cerca de Cristo y glorificó a Cristo y a Barbelo.

>> Todos estos seres, no obstante, llegaron a la existencia en silencio. >>  

Tenemos aquí el nacimiento de la Trinidad. Que la divinidad sea uno y trino no es algo que sea atributivo sólo al cristianismo: el Génesis de la tradición védica de la India nos habla también de la trinidad divina de Brahma, Vishnu y Shiva entendidos como creación, mantenimiento u orden y destrucción o transformación. De la misma manera, el Padre y la Madre del Libro Secreto de Juan conciben al Hijo, que es luz. Y después de aparecer el Hijo, el Padre unge a la Madre. Para los gnósticos, el matrimonio se establecía tras la ceremonia de la unción. Así que se puede decir que el Espíritu Invisible y Barbelo se "casaron" después de tener al Hijo. Un hijo que, por cierto, pide Mente para trabajar. ¿Recuerdan los lectores lo que representaba el fruto del Jardín del Edén? Es el intelecto. Y al Espíritu-Padre le parece bien que su Hijo disponga de Mente. Y ésta (reflejo del Conocimiento primordial) se sitúa en Barbelo-Madre y en Cristo-Hijo. Porque Cristo significa literalmente "el ungido". ¿Y quién unge a Cristo cuando se ha encarnado en nuestro mundo? María Magdalena. Por eso, para los gnósticos de la Iglesia de Juan y María Magdalena, ésta última tuvo un matrimonio místico con Jesús. Y aún hay otra cosa: todos estos seres llegan a la existencia en silencio. Porque para los místicos, el silencio es el mayor atributo de la divinidad.


Este lienzo de Velázquez, titulado "La Coronación de la Virgen", podría representar muy bien lo que los gnósticos entendían por Trinidad: el Padre, la Madre y el Hijo

Seguimos:

<< La Mente anhelaba crear algo por medio del verbo del Espíritu invisible. Su Voluntad se manifestó realmente y apareció con la Mente, entretanto la luz la glorificaba. El Verbo siguió a la Voluntad. Porque Cristo, el divino generado por sí mismo, lo creó todo por medio del Verbo. La Vida Eterna, la Voluntad, la Mente y la Presciencia hicieron una unión y glorificaron al Espíritu invisible y a Barbelo, porque por ella habían nacido.

>> El Espíritu santo perfeccionó al Hijo divino y creado por sí mismo del Espíritu y Barbelo. Entonces el Hijo logró ponerse delante del poderoso e invisible Espíritu virgen como el Dios, Cristo, generado por sí mismo, a quien el Espíritu había dado honra con grandes aclamaciones. Este Hijo nació a través de la Providencia. El Espíritu virgen invisible puso a este Dios verdadero, generado por sí mismo, sobre todas las cosas e hizo que toda autoridad y la verdad interior estuvieran bajo su dominio. Entonces el Hijo pudo comprender el universo que es llamado por un nombre mayor al de todos los nombres, porque ese nombre será dicho solamente a los que son dignos de él. >>


Aquí aparece por primera vez el "Verbo". Es lo que los griegos llamaban el logos divino, la Suprema Inteligencia en forma de palabra. Dios crea el mundo a base de hablar. Las oraciones hacen a los fieles conectar con la divinidad. En todo el universo religioso, las palabras cumplen un papel importantísimo. Y el Verbo es la Palabra. El Evangelio de Juan (el que está en la Biblia) dice "el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros". Ese Verbo es, a mi modo de ver, inefable. Pero el Espíritu y Barbelo conciben a Cristo, que a su vez es generado por sí mismo, y que es Verbo. Porque todos ellos conforman la Unidad cósmica, a pesar de ser tres. Y el Cristo recibe toda la real Naturaleza de las cosas, y fue entonces cuando pudo comprender el verdadero nombre del universo... entendiendo por universo lo que los gnósticos entendían por Dios. Porque muy a menudo en las tradiciones religiosas de Oriente Medio se habla del "verdadero nombre de Dios", que sólo será revelado a los que son dignos de él. Se dice que en la Mesa del rey Salomón, en el Templo de Jerusalén, estaba grabado este nombre secreto de Dios. Se decía que la Mesa de Salomón era un espejo en el que se reflejaba el tiempo pasado y futuro, pero para que funcionase había que pronunciar el verdadero nombre de Dios. Y el Libro Secreto de Juan dice que, evidentemente, el Cristo conocía ese nombre. Y ojo, que cuando decimos "el Cristo" no es necesariamente sinónimo de "Jesús". Será Jesús para los cristianos, pero será Krishna para los hindúes o Mitra para los persas. El Cristo es el ungido, y cada tradición tiene el suyo, o incluso varios (los llamados avatares, encarnaciones de Dios en la Tierra). Pero eso es otro tema, y tenemos que terminar aquí. Veamos qué dice el siguiente versículo:

<< Ahora de la luz, Cristo, y de la Imperecedera Eternidad, por la gracia del Espíritu, vinieron las cuatro estrellas que proceden del Dios generado por sí mismo. Él miró en torno suyo e hizo que las estrellas se pusieran delante de él. Tres son los seres presentes: Voluntad, Pensamiento y Vida. Cuatro son los poderes: Comprensión, Gracia, Percepción y Reflexión. La Gracia habita en el eterno eón (reino) de la estrella Armozel, que es el primer ángel. Estos tres eones (reinos) están también allí: Gracia, Verdad y Forma. La segunda estrella se llama Oroiel, y se la ha nombrado por encima del segundo eón (reino) eterno. Estos tres eones (reinos) están también allí: Pensamiento posterior, Percepción y Memoria. La tercera estrella se llama Daveithai, y se la ha nombrado por encima del tercer eón (reino) eterno. Estos tres eones (reinos) también están allí: Comprensión, Amor e Idea. El cuarto eón (reino) eterno ha sido establecido para la cuarta estrella, Eleleth. También están allí estos tres eones (reinos): Perfección, Paz y Sofía. Éstas son las cuatro estrellas que se hallan ante el Dios generado por sí mismo, y los doce eones eternos que se encuentran delante del gran Hijo, Cristo generado por sí mismo por la voluntad y la gracia el Espíritu invisible. Los doce eones pertenecen al Hijo del generado por sí mismo y de esta manera todo fue establecido por la voluntad del Espíritu Santo a través del generado por sí mismo. >>


Pues, para terminar ya con esta entrada, hablar un poco de la importancia de las estrellas en las civilizaciones antiguas. Sin ir más lejos, los antiguos egipcios (tradición espiritual de la que bebe abundantemente el cristianismo) consideraban que sus dioses habían venido de las estrellas, y que era a ellas a donde iba el alma de los faraones tras la muerte, en espera de su reencarnación. Se habla mucho en el Libro Secreto de Juan de eones (reinos) y de términos como Voluntad, Gracia, Pensamiento, Amor, Idea... debo advertir a los lectores que, en este caso, no podemos hacer una lectura clara: los distintos exégetas del texto le han dado significados diferentes a cada uno de estos términos, ya que el original copto admite muchas traducciones de estos términos. Con todo, suponemos que se refiere a los conceptos que habitan en lo que Platón llama el "Mundo de las Ideas", una idea muy cercana a las sephirot de la Cábala judía: distintas emanaciones de la Divinidad, reflejadas en esas estrellas a las que llaman ángeles. Es una creencia muy ligada al misticismo característico de los gnósticos: cuando el fiel va alcanzando las distintas dimensiones (reflejadas en el propio ser humano) y aprehende de verdad lo que implica la Memoria, la Percepción, la Verdad, el Amor... y lo aplica a su vida diaria, puede ir evolucionando su estado espiritual hasta llegar al Primer Poder, al Espíritu generado por sí mismo. Pues el fin de la Humanidad no es otro (según los gnósticos) que alcanzar el poder unitivo de Dios. Que es justo lo que proclaman los sabios de la Filosofía Perenne. Muy bien, esto ha sido todo por hoy. Os agradezco que me hayáis acompañado en este segundo análisis del Libro Secreto de Juan y esperamos veros el próximo miércoles. ¡Ciao!

   

miércoles, 11 de mayo de 2016

36. El Libro Secreto de Juan. Parte I

Muy buenos días, lectores. Esta semana estamos de enhorabuena, porque hemos alcanzado la cifra de 1500 visitas. ¡Muchas gracias a todos! Os quedo muy agradecidos por el interés que mostráis en este blog. También tengo otra buena noticia: la portada oficial para El Arte de los Illuminati. Ciencia & Creencia ya es de dominio público. Dentro de poco tendremos el libro entre nosotros.



Eso sí, os informamos de que esta imagen tiene el copyrigth de la Editorial Círculo Rojo, así que no la vayáis comerciando por ahí si no queréis tener una citación en los Tribunales... ¡y bien, empezamos con el tema que nos ocupa, que tengo muchas ganas de hablar de ello! Verás, mi buen lector, el llamado Libro Secreto de Juan también recibe el nombre de Evangelio Secreto de Juan, y es uno de los manuscritos descubiertos en Nag Hammadi. Forma parte de los conocidos Evangelios Gnósticos, de los que ya hemos hablado (concretamente aquí). Este texto (hay pruebas que ejemplares del mismo llegaron a Europa en el siglo XV) defiende que el dios que aparece en el Antiguo Testamento (Yahveh/Jehovah/Elohim) en realidad no es Dios. ¿Cómo es eso? Bueno, el Libro Secreto de Juan narra una aparición de Jesucristo a su discípulo Juan poco después de su resurrección y ascensión a los cielos. Dice que en un momento de duda, Juan se retira a un lugar apartado y empieza a hacerse preguntas sobre el verdadero mensaje de Jesús. Y


<< En el mismo instante en que pensaba acerca de esto, he aquí que se abrieron los cielos, toda la creación bajo el cielo fue iluminada y el mundo tembló. Entonces tuve miedo y, de repente, vi dentro de la luz un niño de pie junto a mí. Y, según miraba, él se convirtió en una persona mayor. De nuevo volvió a cambiar su forma y se convirtió en un sirviente. No es que hubiese varias personas delante de mí, sino que había una figura con varias formas dentro de la luz. Estas formas diferentes fueron haciéndose visibles una después de otra hasta parecer tres formas.

Él me dijo: "Juan, Juan, ¿por qué dudas? ¿Por qué temes? ¿No te es familiar esta figura? Entonces, ¡no temas! Yo estoy siempre contigo. Yo soy el Padre, Yo soy la Madre, Yo soy el Hijo, Yo soy el inmaculado e incorruptible. He venido a hablarte de aquello que es, que era, y que ha de venir, para que entiendas lo que es invisible y lo que es visible; y para instruirte sobre el Hombre perfecto. Levanta, pues, ahora tu cabeza, para que entiendas lo que voy a decirte hoy, y para que puedas contar estas cosas a tus amigos espirituales, que son de la raza inquebrantable del Hombre perfecto. >>


En primer lugar vemos que Dios se aparece ante Juan de muy distintas formas y al final se queda en tres, que entendemos que es la Trinidad. Pero sorprende que diga que él es el Padre, el Hijo y la Madre, en lugar del Espíritu Santo, ¿verdad? Recordad que, como ya hemos visto alguna vez por aquí, la paloma que representa al Espíritu Santo es un símbolo de la Diosa, es decir, de la Madre. Este texto está dirigido a los seguidores de la Iglesia de Juan y María Magdalena, por eso se escribe que Dios le va a ilustrar para que pueda difundirlo entre sus "amigos espirituales". En efecto, el Libro Secreto de Juan es un texto destinado a los seguidores de la Iglesia de Juan, en contraposición de la Iglesia de Pedro. Y en función de esto, leemos:


<< En el momento que le pregunté si podría entender esto, él me contestó: "El Uno es soberano y no tiene nada por encima de él. Él es Dios y Padre de todos, el Uno Invisible que está por encima de todo, que no perece, que es una Luz tan pura que ningún ojo puede llegar a ver. >>


Comienza aquí a describir a Dios, que es algo diferente al de la Iglesia de Roma. ¿En qué sentido? Bueno, hace referencia a Dios como el Uno, que en realidad no difiere demasiado de la visión de la Iglesia. Pero habla de él como una Unidad, que es Padre de todos... lo que le quita validez a la afirmación de Jesús de los evangelios sinópticos de que él es "Hijo de Dios". Para los gnósticos, los hijos de Dios somos todos. Además, de acuerdo a este texto Dios es invisible, una luz tan pura que nadie puede ver. Es decir, que no tiene forma. Por lo tanto no puede ser el dios del Antiguo Testamento, que se paseaba por el Jardín del Edén. Se acerca más al Sol del que habla Platón en su mito de la caverna. Seguimos por este camino:

<< Él es el invisible Espíritu. No debería ser considerado como un dios, o algo similar. Pues es mayor que un dios, pues nada tiene sobre él y ningún señor le gobierna. Él no existe en el interior de nada que sea inferior a él, pues todo existe solamente dentro de él. Él es eterno, ya que no necesita nada. Pues es absolutamente completo. Jamás ha carecido de nada para estar completo. Más bien siempre ha sido totalmente completo en la luz. Él es ilimitado, pues nada hay ante él que lo limite. Es insondable, pues no hay nada ante él que lo pueda sondear. Él es inconmensurable, pues no hay nada ante él que lo pueda medir. Es inobservable, pues no hay nada ante él que lo pueda observar. Él es eterno, y existe por los siglos de los siglos. Él es impronunciable, pues nada podría comprenderlo para pronunciarlo. Es innombrable, pues no hay nada ante él que pueda darle un nombre. >>


Creo que queda bastante claro. Tal y como defienden los expositores de la Filosofía Perenne, todo lo que podamos decir de Dios, no es Dios. Esto, para que Juan y sus seguidores lo entiendan, creo que está muy cerca de la máxima alquímica de "Todo es Uno y Uno es Todo". Continuamos:

<< Él es la luz inconmensurable, pura, santa inmaculada. Es inexpresable, y, en su incorruptibilidad, es perfecto. Pues no es que sea parte de la perfección, o de la bienaventuranza, o de la divinidad: es mucho más grande. No es corpóreo ni incorpóreo. No es grande ni pequeño. Es imposible expresar: "¿cuánto es?" o "¿De qué tipo es?", ya que nadie puede entenderlo. No es solo una entre las muchas cosas de la existencia: Él es mucho más grande. En realidad, no es que sea el mayor, sino que como es en sí mismo, no es una parte de los mundos o del tiempo, pues todas las cosas que son parte de un mundo fueron hechas una vez por otra cosa. No se le asignó tiempo, en tanto que no recibe ninguna cosa de nadie. Eso sería un préstamo. El que primero existe no necesita nada del postrero. Por el contrario, el postrero levanta su mirada hacia el primero por su luz. >>


Más de lo mismo. La verdad, no se me ocurre mejor definición para Dios que "el que es". Como le dijo a Moisés en el Sinaí. Es una explicación bastante detallada de lo que es Dios, que es, porque lo que no es, no es Dios. Eso sí, me parece curiosa la última frase que dice que el postrero levanta su mirada hacia Él por su luz: en las representaciones del arte, las figuras que alzan la mirada al cielo suelen ser los iluminados.

"San Juan escribiendo el Apocalipsis"
de Valentin de Boulogne. Museo de Brujas, Bélgica

 
"San Juan en Patmos", de El Bosco. Conservado en Berlín

Es imposible definir a Dios, pero en el Libro Secreto de Juan se acercan bastante. El caso es que se le representa como una figura inefable, que no existe nada fuera de él. Veamos cómo sigue:

<< Pues la perfección es majestuosa: es pura e inconmensurablemente grande. Él es el Mundo que produce un mundo, la Vida que produce vida, el Bendito que otorga bienaventuranza, el Conocimiento que regala conocimiento, el Benigno que regala bondad, la Misericordia que regala misericordia y redención, la Gracia que otorga gracia. No es que sea así realmente, sino que da luz inconmensurable e incomprensible. >>

Continúa la definición de Dios. Quizá estemos cansando un poco a nuestros lectores, pero hay algo en este último párrafo que hay que dejar claro: Dios es luz. Y por eso esas grandes catedrales con hermosas vidrieras en sus flancos que se empezaron a levantar en Europa en el siglo XIII: Dios pasó de ser una entidad temible y poderosa (Románico) a ser luz y bondad (gótico). Es así, al menos, como nos lo enseñan, ¿verdad? Para los gnósticos de la Iglesia de Juan, Dios es luz, que significa todo lo que acaba de decir. Ahora bien, cambiamos el tono:

<< ¿Qué he de deciros acerca de él? Su eón (reino) es eterno y no perecerá nunca: es tranquilo, es silencioso, está en reposo, y está ante todas las cosas. Él es la cabeza de todos los eones, y los sostiene por su bondad. No obstante, no sabríamos las cosas inefables, no comprenderíamos lo que es inconmensurable, si no fuera por uno que ha venido del Padre y nos ha revelado estas cosas. Porque el Perfecto se observa a sí mismo en la luz que hay a su alrededor. Es el manantial del agua de vida que crea todos los eones de todas las clases. Él mira su imagen, la observa en el manantial del espíritu y se enamora del agua luminosa. Este es el manantial de agua pura, luminosa, que está a su alrededor. >>


Tenemos aquí cosas nuevas: sigue hablando de Dios como luz, pero también mete un manantial de agua. Y el agua, si recordamos, es otro de los símbolos de la Diosa. Dando las gracias por la venida de Cristo y la transmisión de su sabiduría, encontramos que, dentro de Dios (es decir, dentro de la Unidad) se encuentra Él, que es Luz; y Ella, que es agua. Sólo así se explica que diga:

<< Él es el Pensamiento en actividad, y aquella que apareció delante del Padre en luz brillante salió. Ella es el poder primero: precedió a todo y salió de la mente del Padre como el Pensamiento que precede a todo. Su luz es semejante a la luz del Padre. Como la potencia perfecta, ella es loa imagen del perfecto e invisible Espíritu virgen. Ella es el poder primero, la gloria, Barbelo, la gloria perfecta entre los eones, la gloria de la revelación. Ella glorificó y alabó al Espíritu virgen, pues había salido por mediación del Espíritu. Ella es el primer Pensamiento, la imagen del Espíritu. Ella se convirtió en el vientre universal, porque ella es anterior a todo, la Madre-Padre de todo, el primer hombre, el Espíritu Santo, el triple varón, el triple poder, el andrógino con tres nombres, el eón eterno entre los seres invisibles, el primero en salir. >>


De la Unidad hemos pasado a la dualidad, con un Él y una Ella. Un Padre y una Madre. Habla de un Espíritu virgen... que puede ser tanto el Espíritu Santo como la Virgen María, en ambos casos símbolos de la Magna Mater. Dice que es el primer Pensamiento que brotó de su mente, lo que recuerda al mito de Atenea, nacida de la cabeza de su padre Zeus.


Y Atenea se convierte en la diosa de la Sabiduría. Pero esta figura femenina, que el Libro Secreto de Juan denomina Barbelo, también es la madre cósmica de todo lo que existe. El vientre universal, la primigenia Magna Mater. Como el Padre, es una idea-espíritu. Y será a partir de ella que nacerá el culto a todas las vírgenes, diosas y santas de la historia de la Humanidad. Sin embargo, aquí, Ella es el principio femenino de todo lo que existe en la Unidad. Es el Ying. Y, junto con el Yang, crea:

<< (Ella) solicitó Presciencia al Espíritu virgen invisible - Barbelo -, y el Espíritu acordó dársela. Entonces apareció la Presciencia y se colocó al lado de la Providencia. La Presciencia procede del Pensamiento del Espíritu virgen invisible. Glorificó al Espíritu y a Barbelo, el poder perfecto, pues habían nacido a través de ella. >>


Es decir, que ahora el Espíritu (Él) y Barbelo (Ella) se dedican a crear cosas del mundo. Y lo primero que crean es la Presciencia, la cual - he tenido que buscar el significado, no os creáis - es el conocimiento de las cosas futuras. Lo que nosotros llamamos clarividencia o precognición, vaya. Sin embargo, no es éste un atributo de los hombres, sino de Dios... de modo que de esa primera unión entre el Espíritu y Barbelo nace la Omnisciencia. Vamos muy bien, desentrañando poco a poco el mensaje del Libro Secreto de Juan. Sin embargo, por hoy lo vamos a dejar aquí y continuaremos la semana que viene. En este tiempo os invito a que veáis si podéis sacar algo más de este texto. Si es así, en los comentarios podéis dejar vuestras interpretaciones. Muchas gracias a todos, ¡nos vemos el próximo miércoles!

miércoles, 4 de mayo de 2016

35. En el nombre de Dios

Guten morgen!, compañeros lectores. La entrada de hoy es algo peculiar, porque surge a raíz de una pregunta que me hicieron el lunes mis compañeros de trabajo. Estaban discutiendo no sé a cuento de qué la etimología de la palabra "Dios", y uno de los compañeros de información me dijo: "a ti que te interesan estas cosas, la palabra "dios" viene del griego, ¿verdad?" Y así es, aunque es un poco más complejo. En español, al igual que en las otras lenguas romances, la palabra "dios" viene directamente del latín deus, "deidad, dios". El término latino deriva a su vez del indoeuropeo deiwos, de la raíz deiw- ("brillar, ser blanco"), de la que deriva asimismo el término griego Ζεύς (Zeus). De hecho, la palabra española "dios" es idéntica en pronunciación a la griega Διός (Diós), forma genitiva de Zeus (el principal dios del panteón de la mitología griega). Otro de los compañeros me preguntó por los nombres de Dios en la Biblia, Jehová y Yahvé, que qué diferencia había entre uno y otro. Para no alargarme en la explicación, les dije que eran más o menos lo mismo, pero que se olvidan de un tercer nombre: Elohim, que tiene género plural. Es decir, el tercer nombre de Dios es "los dioses". Me dijeron que era un seminarista frustrado, y algo de razón tenían. Así que yo, como buen seminarista frustrado, he decidido explicar en esta entrada algo tan curioso como es el nombre (o mejor dicho, nombres) de Dios. En primer lugar, la palabra "Yahveh" está formada por las consonantes del Tetragramaton YHVH o YHWH (Yod Hey Vav Hey), con las vocales incorporadas en el texto masorético de una palabra distinta, Adonai (Señor) o HaShem (Omnipotente).


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Un apunte necesario: el texto masorético es la versión hebraica de la Biblia usada oficialmente por los judíos, y fue compuesta, editada y difundida por judíos masoretas (escribas de las Sagradas Escrituras) entre el siglo I y X d.C. El famoso Tetragramaton se puede ver en muchos lugares. Cuáles fueron las vocales originales es una cuestión de especulación, porque debido a una interpretación de textos tales como Éxodo 20,7 o Levítico 24,11; donde Dios se presenta como "Yo soy el que soy" , su nombre llegó a ser considerado demasiado sagrado para pronunciarlo.
  

El propio Dios Yahvé dijo:


<< Muera irremediablemente el que blasfeme en nombre del Señor, 
acabará con él a pedradas todo el pueblo, ora sea ciudadano o 
bien extranjero, quien blasfeme el nombre de su Señor, muera sin remedio. >>

Levítico 24:16


Los escribas, al encontrar su nombre escrito, lo pronunciaron como Adonai y vocalizaron las consonantes YHVH con las vocales correspondientes a dicha palabra. Los traductores del hebreo, ignorando lo que habían hecho los escribas, leyeron la palabra y la transcribieron tal y como aparecía escrita, y tomaron los signos de las vocales como elementos intrínsecos del nombre de Dios en lugar de como un mero recordatorio para que no se pronunciara, que es lo que era en realidad. El resultado de este malentendido ha sido el término "Jehová" o "Yahvé". Los textos que nos han llegado de los primeros padres de la Iglesia en griego demuestran que las formas Yavé y Yaó son tradicionales, así como las formas abreviadas del hebreo en las palabras "Yah" (Salmos 68:4, por ejemplo) y "Yahú" o "Jahú", como nombres propios. Indica que en origen el nombre se pronunciaba Yawé o Yahvé. En su sentido etimológico, es la tercera persona del singular, imperfecto, del verbo havá (o hayá), que significa "ser". Los antiguos intérpretes explican el verbo de forma abstracta y metafísica: el "Yo soy el que soy" o "Yo soy el que es", es decir, lo que existe de forma absoluta, en lugar de tomarlo literalmente. De manera que Jehová y Yahvé son prácticamente lo mismo, fruto de una especulación que los autores posteriores hicieron de los escritos de los escribas judíos. Ahora bien, nos queda por contemplar el tercer nombre de Dios, el cual está envuelto en polémica. Como ya se ha dicho, es una palabra plural. Muchos eruditos judíos y eclesiásticos defienden que se trata del plural mayestático, o el superlativo, de Dios (en hebreo, El). El término "Elohim" ha sido explicado como ese plural derivado de El. Muchos estudiosos discuten acerca del alcance de la "lucha" en la que se vio envuelto el patriarca Jacob: el nombre Israel (Isra-El) significa "el que lucha contra El", según el libro del Génesis:



<< Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con 
Elohim (Dios) y los hombres, y has vencido. >>

Génesis 32:28


Existen dos hipótesis encontradas respecto a Elohim. La primera es la del plural mayestático, que es como traduce la Biblia este pasaje del Génesis. Según esta hipótesis, el estrato elohísta es relativamente moderno (siglo VIII a.C.) respecto al yahvista (siglo X a.C.), ya que en sus escritos se observa una mayor elaboración teológica. Destaca la relación exclusiva entre el Dios de Israel y el pueblo que pertenece a ese Dios. Por otra parte, nos encontramos con la hipótesis del plural "dioses". Los antiguos semitas creían que el mundo estaba rodeado, penetrado y gobernado por Elohim, incontables seres activos, análogos a los espíritus de los nativos (más o menos como los midiclorianos del universo Star Wars). Referente a la hipótesis de la palabra "Elohim" como el plural "dioses", según los partidarios de la hipótesis del plural mayestático, sería difícil de mantener en un texto como el del Pentateuco, que representaría una apología contra el politeísmo. La palabra "Elohim" es un título, no un nombre personal. En los textos hebreos, cuando se refieren al Dios de Israel, es acompañado por el artículo indefinido ha, "el, la, los, las". De esta manera, Ha Elohim se traduce literalmente como "los Dioses". No obstante, es interpretado como "el Dios". Pero el hebreo bíblico tiene la característica de expresar en plural no únicamente la multiplicidad, sino también la magnitud, la extensión o hasta la dignidad. Se trataría simplemente de lo que se conoce en gramática como pluralis excellentiae o pluralis maiestatis,una forma de plural abstracto, que resume las características variadas inherentes al concepto. De tal manera que este plural es cuantitativo, usado para denotar la ilimitada grandeza. Este plural implica la infinita plenitud de Fuerza y Poder que descansa en el ser divino, de igual manera que la pluralidad de Dios desde la creación hasta el fin de los tiempos, según el Apocalipsis. No obstante, y ya para terminar, el plural Elohim es peculiar en el Antiguo Testamento. Aparece sólo en hebreo antiguo y no en ninguna otra lengua semítica. Es a lo largo del AT el nombre general de Dios, y de hecho es usado con especial énfasis en los salmos Elohísticos, llamados así por su uso. Pero añadiendo algo más a los misterios que rodean al uso de todos los nombres de Dios en el Antiguo Testamento, tenemos que Elohim puede ser usado también para designar a dioses paganos e incluso es usado una vez para nombrar una manifestación sobrenatural de terror en Samuel 28:13.

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El término hebreo Elohim

Hasta aquí las explicaciones sobre los distintos nombres de Dios. Para la próxima entrada me gustaría que hablásemos un poco, a raíz del tema que hemos tratado hoy, sobre uno de los evangelios gnósticos con los que estoy trabajando actualmente: El Libro Secreto de JuanY quizá alguno de vosotros se pregunte: ¿qué tiene que ver un evangelio gnóstico con Yahvé/Jehová/Elohim? Pues mucho, curiosamente. Si tenéis curiosidad, tendréis que esperar hasta el próximo miércoles... pero os adelanto una cosa: ¿qué ocurriría si el propio Jesús dijese que el Dios que aparece en el Antiguo Testamento no es Dios? Ahí lo dejo.
    
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