miércoles, 27 de septiembre de 2017

91. No, Anubis no es el dios de la muerte

El 23 de Septiembre salió publicado en el periódico La Vanguardia un texto escrito por Enric Juliana, su director adjunto, titulado "Anubis en Catalunya". Esto se debe a que este dios del antiguo Egipto ha sido la referencia escogida por la Guardia Civil para bautizar la operación policial que se ha desarrollado la semana pasada con relación a los preparativos del 1-O. Sin embargo, lejos de querer meterme en política, me ha llamado la atención una cosa: el artículo empieza con la frase "Anubis, el dios de la muerte en el Antiguo Egipto, ha sido la referencia...". Indagando en algún otro blog o periódico en el que se hablase de Anubis he visto que son muchos los que le presentan así. Y esto es un error. Vamos a ver por qué.

Anubis, el Dios egipcio de la muerte

Anubis no es el dios de la muerte, aunque está cerca. Sin embargo, ese título le corresponde a Osiris. El dios que nos ocupa es, a grandes rasgos, la divinidad del tránsito. Anubis era el guardián y maestro de las necrópolis, además de patrón de los embalsamadores. Se le representaba como un gran cánido negro tendido sobre su estómago, o como un hombre con cabeza de chacal. De hecho su nombre original, Inpu, significa "chacal". Es interesante observar que los chacales, una especie abundante en África, son animales omnívoros pero también pueden ser carroñeros de ser necesario. De hecho, se ha dicho que la asociación del chacal a Anubis es por la costumbre de aquellos de desenterrar las tumbas cuando tienen hambre. Imaginemos el problema si a Anubis le entra el hambre cuando está embalsamando a un difunto...

Estoy bromeando. En realidad, el motivo por el que se decidió encarnar a Anubis en un chacal es seguramente porque la mayor actividad de estos animales ocurre durante el crepúsculo. De acuerdo a las tradiciones espirituales de buena parte del mundo, es en este momento del día (junto con el amanecer) que el tránsito entre este mundo y el Más Allá es más fácil. Y es que, como hemos dicho, aparte de ser el guardián de las sepulturas, Anubis era el encargado de guiar a los muertos al Más Allá. Es decir, es un dios psicopompo, o transportador de almas. Los dioses psicopompos han sido fundamentales en todas las religiones, más aún en Egipto, donde toda la cosmovisión está destinada al momento de la muerte y el tránsito al Más Allá. El dios Anubis era quien preparaba al difunto para su viaje y quien, además, realizaba el Juicio.

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A pesar de que este momento se conoce como "Juicio de Osiris", en realidad eran varias las divinidades que tomaban parte en él. Y el primero era, por supuesto, Anubis. Después de la muerte de una persona, su cuerpo será momificado por el dios chacal. ¿Por qué? Los egipcios llamaban al cuerpo dyet, y para ellos era inerte, un simple trozo de materia. Sin embargo, servía de soporte físico para los demás elementos que componen al hombre, por lo que debía ser momificado para asegurar su incorruptibilidad. De esa manera se garantizaba que continuase existiendo, incluso después de la muerte. Tras la momificación y en un territorio conocido como la Duat, Anubis imponía sus manos a los difuntos para quitarles mágicamente el corazón (ib), considerado la sede de los pensamientos y las emociones. Acompañado de la encarnación espiritual del difunto, tal vez el denominado sahu (no he encontrado referencias claras para esto), Anubis colocaba el corazón del difunto en uno de los platillos de una balanza. En el otro platillo, situaba la pluma de Maat, la diosa primigenia de la Verdad y Justicia Universal. Entonces, un jurado compuesto por dioses formulaba preguntas al espíritu del difunto acerca de su conducta pasada, y dependiendo de las respuestas el corazón aumentaba o disminuía de peso. Thot, el dios de la sabiduría, la música, la magia, el tiempo y la escritura; anota los resultados como escriba y se los entrega a Osiris, que sentado en su trono está acompañado de Maat y de su esposa Isis.

Al final del juicio, Osiris dictaba sentencia. Si era positiva, el Ka (fuerza vital) y el Ba (fuerza anímica) podían ir a encontrarse con la momia, formar el Aj (el "ser benéfico") y vivir eternamente en los campos de Aaru (el Paraíso de la mitología egipcia). Por el contrario, si el veredicto era negativo, su Ib era arrojado a Ammyt, "la devoradora de los muertos" (una deidad con cabeza de cocodrilo, torso y melena de león y abdomen y piernas de hipopótamo), que acababa con él. Esto se denominaba "la segunda muerte" y suponía para el difunto el fin de su condición de inmortal, esa persona dejaba de existir para la historia de Egipto. Por eso, para los egipcios, no había nada en el universo más terrorífico que Ammyt.

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Pero regresemos al papel fundamental de Anubis en todo esto: el dios psicopompo. Él es quien va a recoger las almas de los difuntos para llevarlas ante Osiris y realizar el Juicio. Esta idea de un dios psicopompo, viajero entre los mundos de la vida y la muerte, será una constante a lo largo de toda la historia mítica. El "guía del submundo" encuentra su eco incluso en tradiciones literarias modernas, como puede ser el personaje de El Gato de Cheshire en Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll; o el gato negro de Coraline, escrito por Neil Gaiman. En la tradición grecolatina, el dios portador de las almas será Hermes/Mercurio. Esta misma idea de divinidad psicopompa y un Juicio pasará como un calco a la Europa medieval, donde podemos encontrar a San Miguel Arcángel pesando las almas para decidir sin van al Cielo o al Infierno. En caso de que no superen la prueba del ente alado, las almas serán enviadas a las fauces de un nuevo Ammyt, que recibió el nombre de Leviatán, la criatura bíblica que aparece en el Libro de Job.  

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El dios Hermes en Grecia y Mercurio en Roma será quien acompañe a las almas de los difuntos al Hades, para que vivan también el Juicio correspondiente. En este caso, en lugar de Osiris, los jueces serán tres: Minos, Radamantis y Éaco. Uno juzgaba a los occidentales, otro a los orientales y el legendario rey de Creta sería el encargado de formular el veredicto final

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El arcángel Miguel cumplirá en la tradición cristiana el mismo papel que Anubis o Hermes en las tradiciones egipcia y griega. El pesaje de almas será un momento fundamental en la teología medieval, y el mismo demonio intentará que la balanza se incline a su favor... Debajo, el demonio-monstruo Leviatán. Sus fauces se identificaban con la puerta de acceso al Infierno y a la condena eterna
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Tanto el Gato de Cheshire de Alicia en el País de las Maravillas como El Gato de Coraline son guías del submundo, del inconsciente. Son los guardianes de la entrada al Inframundo, así como seres psicopompos, que guían a Alicia y a Coraline, respectivamente, y les indican el camino

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miércoles, 20 de septiembre de 2017

90. Cómo y por qué surgen las religiones

Ayer tuvo lugar la presentación en Espacio Ronda del curso titulado "Iniciación a la Mitología Comparada: de las Cosmogonías a los Apocalipsis", que empezaré a impartir el próximo 3 de Octubre. Tuvo una hora de duración y expliqué, primero, qué era la Mitología Comparada; para después pasar a dar información técnica sobre el curso (horarios, lugar de celebración, etc.) y que finalizó con unas diapositivas con imágenes que me sirvieron para ilustrar en qué va a consistir el curso. Lo podéis ver aquí:


El caso es que después de la presentación hubo un turno de preguntas, la verdad es que de lo más variadas. Pero hubo una en concreto que me llamó la atención, y que tiene que ver muy estrechamente con lo que estudio: las religiones. No recuerdo cuál fue exactamente la pregunta, pero quien me la hizo venía a querer saber cómo consideraba el desarrollo de las religiones y las tradiciones espirituales, y si realmente se puede hablar de religión cuando es evidente que todo aquello que conforma la religión nunca ha sido una sola cosa unificada, sino que estaba en constante cambio y evolución. No podía estar más de acuerdo.

A grandes rasgos, le di la razón en que la religión nunca ha sido un fenómeno único, sino que ha tenido y sigue teniendo numerosas manifestaciones e interpretaciones. También es verdad que en este curso nosotros partimos con ventaja, porque tratamos religiones que ya, a grandes rasgos, no existen. Sin embargo, su pregunta me hizo pensar en el motivo que lleva a los seres humanos a desarrollar la religión. En Espacio Ronda le di a ese hombre una respuesta concisa a su pregunta, pero me vais a permitir que aquí me extienda un poco más sobre el tema, que da para esto y para mucho más.

Las religiones, a mi entender, suelen surgir de una idea liberadora, de una revolución filosófica o social. Esa idea, que aún no es religión, le sirve al hombre como guía para aspirar a una sociedad mejor, para conocer el mundo con mayor profundidad para protegerse de la crueldad de los gobiernos. Tal vez sea ese el motivo por el que muchas religiones heredan el concepto de un salvador que viene a redimir a los hombres. En cualquier caso, normalmente las religiones se inician formando pequeñas comunidades, en las que los adeptos comparten bienes y conocimientos, que pueden ser mistéricas o iniciáticas, pero que en cualquier caso les sirve para preservarse de una sociedad hostil y desde las que van irradiando su idea y, a veces, su modo de vida.

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En poco tiempo, bien el poder establecido, si es capaz de adaptarse, o uno nuevo que surge gracias a esta idea, si el pensamiento es tan atrayente que consigue reunir a su alrededor a un buen número de seguidores; la acapara hasta hacerla propia y la desvirtúa según sus necesidades. A veces esa degradación es motivada incluso por sus propios seguidores, que, no comprendiendo la profundidad del pensamiento, se quedan sólo con la parafernalia de unos ritos o con la repetición de unos símbolos que ni siquiera llegan a comprender.

Es entonces cuando surgen los dirigentes, los oficiantes, los dogmas, las reglas, los rituales... el pecado. Para instituir convenientemente todo esto se recurre a la adulteración de la Historia y aparece, con carácter retroactivo, la figura de un dios, un héroe o un profeta que está en el origen de la idea y al que hay que seguir fervientemente y sin desvío. Poco a poco, la idea que estaba al servicio del hombre da paso a la religión, y es el hombre el que se pone al servicio de ella: ya no libera, sino que encorseta. La condición humana es excluida para dar paso a una servidumbre dedicada a divinidades caprichosas y a un clero que se proclama único conocedor de los deseos divinos. 

Tanto llegan a degradar las religiones a los hombres que los hacen nacer por antojo de los dioses de materias viles, tanto desprecian el cuerpo que muchas religiones lo tienen como algo detestable. ¡Se desprecia el cuerpo, única propiedad tangible del hombre! Incluso la posición en los rezos es de suplicante, de alguien que se postra ante un monarca caprichoso del que se pueden esperar todos los males.

Por si no son pocos los padecimientos de este mundo, inventaron el Infierno para castigar a perpetuidad a los que no quieren someterse a los designios de cada religión. De hecho, cada religión va a preservar el orden establecido en su ámbito, de ahí que sea pecado cualquier tipo de rebelión al poder y el castigo por oponerse sea eterno. Pero como cada religión tiene su propio Infierno, vemos aquí un problema: una de dos, o ese Infierno es sólo para sus seguidores o es universal. Si es universal iremos todos al infierno de otras religiones en las que no creemos, si es particular para los adeptos de cada una en concreto, bastará entonces con no creer en ninguna para no condenarse. 

Las religiones reveladas son las que tienen su origen en una revelación de su propio dios. Las universalistas son las que no se conforman con guiar a sus adeptos sino que quieren, y pretenden obligar a ello, que todos los seres humanos sigan sus reglas. Las dos religiones que nos tocan más de cerca son el cristianismo y el islam, y ambas son reveladas y universalistas. Los cristianos irán al infierno de los musulmanes, por infieles, y los musulmanes al de los cristianos, también por infieles. Por lo que parece, no hay solución. Tal vez lo mejor sea regresar a las ideas que originaron las religiones, todas ellas centradas en el desarrollo del ser humano (en muchos niveles) antes de que sus representantes se aliasen con el poder, impusiesen el dogma y nos condenasen a todos...

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miércoles, 13 de septiembre de 2017

89. El simbolismo de "The Matrix". Parte I

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"Matrix es la película más filosófica que se haya hecho nunca: cada paso de su vertiginoso argumento puede ser puesto en conexión con algún problema filosófico. Si el mundo que conocemos no es más que un sueño virtual nuestro, ¿convierte eso al sueño en realidad? Si tuviéramos la posibilidad de salir de ese mundo soñado para regresar a otro más real pero menos agradable - tomar la pastilla roja - ¿sería un fracaso moral no hacerlo? ¿Por qué los seres humanos son más valiosos que [eventuales futuros] mecanismos electrónicos inteligentes? ¿Puede vivir la mente sin el cuerpo o el cuerpo sin la mente?
- William Irvin


Se ha hablado mucho sobre Matrix, y por supuesto sobre toda la filosofía que esconde. Hace no mucho vi de nuevo la primera película de la trilogía, y caí en la cuenta de cosas que no había sabido ver al principio. Esta semana estoy aquí para compartir con vosotros esas analogías que hace la película no sólo con la filosofía sino también con la simbología, la mitología, la religión, el mundo onírico y mil cosas más (al final todo es lo mismo). Y empezamos con Neo. Su nombre, el nombre que le pusieron sus padres, es Thomas A. Anderson. Y ni siquiera esto es casualidad. Thomas es Tomás, el apóstol de Jesucristo, al que la tradición ha criticado por su incredulidad. Es el apóstol que no creyó a los demás cuando le dijeron que Jesús había resucitado, y siguió sin creerlo hasta que el propio Jesús se le apareció y le dijo que metiese el dedo en la llaga de su costado. Tomás se arrojó al suelo, reconociendo a Jesús e implorando su perdón. Ése era Tomás "el incrédulo". Sin embargo, el hecho de que nuestro protagonista se llame Tomás torna esa incredulidad a su favor: él ya sospecha que algo va mal en el mundo que vive, no cree que sea real. La incredulidad de Tomás le llevó a convertirse en la Edad Media en uno de los santos más venerados, debido a que fue el único de los apóstoles que tocó a Cristo resucitado. Es decir, fue el único que accedió con sus sentidos a la divinidad materializada. 


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"La incredulidad de santo Tomás", representada por Caravaggio en 1602 y conservada hoy en el Palacio de Sanssouci, Potsdam (Alemania). Este momento convirtió a Tomás en uno de los santos más venerados en la Edad Media, desarrollándose incluso una secta con su nombre 

Pero hay más. Aparte de su incredulidad natural que le lleva a dudar del mundo que le rodea, el protagonista de la cinta tiene un segundo nombre que no se revela, pero que empieza por A. Él es el alfa, aquel con el que empieza la liberación. Se trata de su primer carácter crístico. Pero ni siquiera el hecho de que sus nombres sean Thomas y A. es coincidencia: el apóstol Tomás recibió el nombre de Dimos, que en griego significa "gemelo". Tomás era el hermano gemelo de Jesús, y en la figura de Neo comparte su gloria. Y por último, el apellido: Anderson. Un término anglosajón que se divide en dos, Ander y son. Los apellidos terminados en -son aparecen con extraordinaria frecuencia en el mundo anglosajón, y equivalen a los -ez hispanos. Significa "hijo de". Thor, el dios nórdico del rayo, se apellida Odinson, es decir, hijo de Odín. Y Anderson es "hijo de Andrés". El nombre Andrés proviene de andros, que en griego significa "hombre". De manera que el protagonista de Matrix, de acuerdo a la etimología de su nombre, se llama El Alfa Tomás, el Hijo del Hombre. Dos epítetos crísticos unidos al nombre del hermano gemelo indrédulo de Jesús. No podía ser menos para El Elegido.


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Sin embargo, el nombre que utilizará durante la película será Neo ("nuevo", en latín), su nickname o nombre de usuario que utiliza en Internet como pirata informático. Él es el Mesías, el arquetipo de Salvador que existe en todas las mitologías... pero no lo sabe. Cuando Morpheus se pone en contacto con él por teléfono le dice que siga al conejo blanco. Efectivamente, Neo debe emprender un viaje similar al de Alicia, un viaje a su propio subconsciente, para poder despertar. Neo se puede clasificar dentro de los llamados "héroes culturales", es decir, aquellos héroes míticos que luchan contra el orden establecido, contra el status quo, para obtener algún tipo de beneficio para la Humanidad. En este caso, para Neo y sus amigos es mucho más importante la realidad (ya que representa la Verdad) que el mundo ficticio de la Matrix. El héroe cultural es capaz de realizar increíbles proezas físicas e intelectuales, proezas que sólo pueden ser realizadas por él (moverse tan rápido como un agente de la Matrix, por ejemplo). El Elegido es, por definición, inimitable. Cuando realiza el viaje detrás del conejo blanco y se encuentra con Morpheus, elige tomar la pastilla roja y así poder vivir lo que se llama el Despertar del Iniciado. De hecho hay una escena, cuando Neo está tendido en la camilla de la nave Nabucodonosor, en la que le pregunta a Morpheus por qué le duelen tanto los ojos. Éste le contesta: "porque nunca los habías usado". Todos aquellos que viven en la Matrix, en el mundo irreal y ficticio, están "dormidos" y "ciegos". Sólo aquellos que viven el Despertar a todos los niveles (físico, emocional, mental y espiritual) son capaces de ver. Y si se puede ver, se puede conocer. El Elegido sabe, conoce y actúa en consecuencia. Es capaz de dar la vida por su misión. Pero su participación activa tiene un precio, en el caso de Neo, la ceguera como precio de su visión absoluta. Se trata de un costo análogo al de Odín en la mitología nórdica, que para obtener el conocimiento de las runas y por lo tanto los secretos del Universo, tuvo que sacrificar su ojo. Pero claro, Neo no puede hacer este viaje solo: antes de que Morpheus se convierta en su mentor debe seguir a otro guía...

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La co-protagonista recibe el nombre de Trinity, y será ella quien preparará a Neo para su encuentro con Morpheus. Ella es la que se encuentra al final del camino del conejo blanco (recordemos que Neo ha estado siguiendo a la novia de un amigo suyo, que tiene un conejo blanco tatuado). Están en una discoteca cuando Trinity y Neo se conocen. Más tarde será también ella la que extraiga el parásito que los agentes han insertado en Neo. Es decir, ella es tanto la que predispone la liberación de Neo como su compañera y posterior amante. Su nombre, Trinity ("trinidad"), indica que posiblemente simboliza al Espíritu Santo. Asimismo hace referencia a las trinidades místicas de la Antigüedad como las Gorgonas, las Moiras o las Gracias. Ahora bien, el Espíritu Santo es, a priori, algo imposible de representar. Dentro de la tradición hebrea existe el "aliento" de Dios, el Espíritu de Dios que flotaba al principio sobre las aguas de la Creación y con el que el Hacedor dio vida a Adán. Este "espíritu de Dios" es designado con el término hebreo ruach, que significa "viento". Sin embargo, es más probable que para el personaje de Trinity se hayan inspirado en el Espíritu Santo de la tradición cristiana, el cual adopta la forma de una paloma. No es casualidad que Trinity sea una mujer, ya que la paloma/Espíritu Santo es también el principio activo femenino de la divinidad que apoya al héroe durante las tribulaciones de su misión. Trinity es la tercera parte de la tríada protagonista, ocupando al mismo tiempo el papel de madre (como guía y protectora) y esposa (compañera). Es al tiempo la encarnación de la Virgen María y María Magdalena, pues ambas forman parte del Espíritu Santo en tanto que deidad femenina. De hecho, en la escena en la que ella y Neo se conocen, él le dice "creía que eras un hombre", a lo que ella responde "todos lo creen". Esto responde a la creencia en la tradición cristiana de que el Espíritu Santo tiene género masculino, o como mucho neutro. Las críticas que hacían las escuelas heréticas a la Iglesia Católica en la Edad Media tenían mucho que ver con la falta de una divinidad femenina. Fue sólo a partir de Bernardo de Claraval que la Virgen María empezó a ocupar ese puesto. Pero si Trinity es la madre/esposa y Neo es el hijo/esposo, falta el Padre. Y ese puesto de la tríada lo ocupa, cómo no, el maestro Morpheus.

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Del griego morphé, "forma", Morpheus era el dios de los sueños en la mitología griega y hermano de Thanatos, la muerte. En la película es quien abre las puertas al mundo onírico de la Matrix. Encarna el arquetipo del chamán, maestro, sabio y mentor, del druida, del hombre iniciado en los Misterios cuya misión es guiar al héroe en su periplo. Morpheus actúa como padre/líder, siendo además capitán de la nave Nabucodonosor. Él es el Elegido antes del Elegido, de igual manera que Mufasa es el Rey antes que Simba. Ambos son la misma cosa, los Grandes Iniciados, pero uno debe caer para que el otro surja. Morpheus está dispuesto a dar su vida por la supervivencia de Neo (enfrentándose a los agentes permitiendo a éste escapar), de igual manera que Juan el Bautista se apaga para dar paso a la llama de Jesús. La correspondencia es evidente. Morpheus es, también, el Gato de Cheshire para Alicia. Cuando Neo llega a su presencia, Morpheus le dice que debe sentirse en ese momento como Alicia cayendo por el hueco del árbol. Él ha sido quien ha liberado a los miembros de su tripulación de la Matrix, y quien pone las cosas en perspectiva para Neo. Para cumplir el arquetipo exacto, Morpheus debía morir para que Neo pudiese acceder a todo su potencial oculto. Sin embargo, los directores deciden salvarle. Es un personaje muy querido, es razonable. Sin embargo, está apunto de dar la vida por culpa de la traición de uno de sus hombres...

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Cypher (o Cifra) representa la figura del traidor, del Judas, de quien opera en contra de los intereses del héroe pero cuyos actos acaban siendo fundamentales para la culminación de su empresa. Su nombre indica su deseo de regresar a la Matrix, ya que no le importa ser un número en lugar de una persona. Es decir, no le preocupa perder su libertad individual si puede satisfacer sus deseos. En la película le vemos tratando con el Agente Smith para volver al mundo de la Matrix. Cifra es un personaje interesante en tanto que se arrepiente de haber tomado la pastilla roja (es decir, de haber tenido el Despertar). La Verdad no le satisface, y lo que más desea es regresar al mundo ficticio e irreal en el que vivía antes, que para él es más real que cualquier otra cosa. De acuerdo al Mito de la Caverna que nos cuenta Platón (cuya interpretación podéis leer aquí) Cifra representa al esclavo que, habiendo sido liberado de la caverna junto a sus compañeros y habiendo visto el mundo exterior, prefiere regresar al interior de la gruta, a seguir viviendo en un mundo de sombras por ser, sencillamente, más agradable. A cambio de que la Matrix le proporcione una vida de lujo y riquezas, Cifra se compromete a entregarles a Morpheus, ya que es el único que posee los códigos de acceso a Sión, la última ciudad humana en el mundo real, el bastión de resistencia contra la Matrix. Cifra traicionará a sus compañeros para conseguir sus propósitos, pero morirá en el intento y sus actos tendrán como consecuencia el Despertar definitivo de Neo. Por eso es un personaje fundamental, al igual que Judas: sin él, la crucifixión no habría tenido lugar, y por lo tanto tampoco la resurrección ni la salvación de las almas. Pero hablemos del Agente Smith y hablemos de Sión.

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El Agente Smith es un personaje complejo, pero que no está libre de interpretación. De entrada su nombre nos indica su relación con la Matrix, pues Smith es uno de los apellidos más frecuentes en EEUU. En la película, "Smith" denota serialidad, estandarización, uniformidad... es decir, todos iguales, sin creatividad, sin voces disonantes. Es la policía de la Matrix, y en cierta medida nos recuerda a las Arpías, Erinias y Furias griegas que Zeus enviaba a la tierra a castigar a los mortales por la orestia, es decir, un crimen injusto. En la primera película el Agente Smith opera oficialmente para la Matrix, pero cuando es derrotado por Neo y su función de "policía" se ve revocada, huye a la Matrix para operar de forma independiente, convirtiéndose en un virus que planea controlarla. Sin embargo, antes de ser derrotado, tiene una conversación con Morpheus en la que le revela que está harto de trabajar para la Matrix. Quiere aniquilar Sión para que su trabajo ya no sea necesario. Es decir, quiere tener otra vida en Matrix, igual que Cifra, pero porque no le gusta lo que es dentro de la Matrix. A Cifra no le gustaba lo que es fuera de ella. El caso es que el Agente Smith acaba convertido en un exiliado, pero también en un opositor al Salvador, algo que en demonología hebrea encontramos bajo el nombre de Shaitan. Y Smith, al igual que el Demonio, también quiere destruir Sión.

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Sión es el nombre de la ciudad subterránea donde viven (o sobreviven) aquellos humanos que ya no están conectados a la Matrix. Es una ciudad de "liberados", de gente "despierta". Su nombre está vinculado con el término hebreo sion que significa "colina", pero que se suele utilizar para referirse a Jerusalén. Originalmente aparece en el Tanaj, lo que para los cristianos es el Antiguo Testamento, como una fortaleza en las tierras de Palestina capturada por el rey David. Es la Jerusalén que espera al Elegido, al Mesías y Salvador que revele la Verdad al mundo. Esto se traduce en el fin del reinado de terror de las máquinas y la liberación de la Matrix de todos los seres humanos, instaurando el Cielo en la Tierra, la Jerusalén Celeste sobre la Jerusalén terrena. Pero ante esto surgen algunas preguntas de carácter ético y moral. Por ejemplo, ¿todos quieren ser liberados? Cifra nos demuestra que no. Pero aún más importante: aunque tengamos la posibilidad de liberarles, ¿debemos hacerlo? ¿Debemos "sacarles"? Porque, ¿qué es, al final, Matrix?  

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Matrix proviene de matriz, de madre. Es un mundo ficticio donde los humanos que han sido "conectados" tienen una experiencia simulada de vida. En este sentido, la Matrix es una "falsa realidad" que requiere la aceptación, consciente o inconsciente, de sus habitantes. Esta idea está fuertemente vinculada, como hemos dicho, con el Mito de la Caverna; y se acerca también a la concepción budista del mundo ilusorio que nos rodea. De acuerdo a la filosofía oriental, la misma idea del Yo (es decir, la identidad individual) es una ilusión que nos extravía del verdadero sentido del Ser. Neo busca liberarse o, dicho de otra manera, trascender, pero no sabe cómo. Trinity contacta con él en el interior de la Matrix y le prepara para su encuentro con el chamán y mentor, Morpheus. Es él quien le ofrece la liberación y el Despertar. Después le cuidan y educan en el mundo real haciendo uso del mundo ficticio. Ésta es la filosofía del Buda: vive en el mundo sin pertenecer al mundo. Neo, Morpheus, Trinity y los demás usan la Matrix, pero no pertenecen a ella. Sólo pertenecen a la Verdad, y cuando Neo entiende esto (que por cierto, lo hace siendo asesinado y resucitando), sus poderes están más allá de los de cualquiera. Ve el mundo como realmente es, y lo usa para sus fines: la Iluminación de los demás. De nuevo aparece aquí la historia de Buda. Una vez alcanzado el Nirvana, regresa para ofrecerlo a los demás. Es el baluarte de la ética, y es la respuesta a las preguntas anteriores: no se trata de liberar a los demás por la fuerza, sino de ofrecer la liberación y respetar la libertad individual. Tuya es la elección de tomar la pastilla roja o la azul. Por eso es el Elegido, y por eso la Matrix no puede dominarle. 

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miércoles, 6 de septiembre de 2017

88. La herejía de María Magdalena

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Pocos personajes hay más controvertidos que aquella que fue llamada "la Magdalena", figura clave del cristianismo primitivo que ha despertado infinidad de teorías en torno a su persona, a pesar de que su presencia en los Evangelios es más bien escasa. Ya nos hemos referido a ella en alguna ocasión, pero nunca hemos contado su historia. O, al menos, la historia que recorrió Europa como la pólvora y que fue aceptada como verdadera por un gran número de comunidades cristianas. Ni siquiera sabemos si María Magdalena existió pero, una vez más, no seremos historiadores. Seremos como aquellos cristianos de los siglos II y III que, al escuchar las peripecias de la Magdalena, las compartieron con su comunidad. Y así fueron muchos los que, escuchando y contando de nuevo lo que se decía sobre ella y su destino, esperaban un milagro: la supervivencia de la estirpe de Cristo y la reinstauración de su linaje en el trono de David...

María Magdalena era la esposa de Jesús. Esto lo han tenido claro muchas comunidades cristianas durante siglos, y no se debe precisamente al azar. En aquella época era normal que un judío varón, ya en la treintena, estuviese casado. De hecho era tarea del padre, en este caso José, el buscar una doncella como futura esposa de su hijo. Si Jesús no hubiese estado casado, los Evangelios habrían dado una explicación para tal rareza, y por supuesto los fariseos también habrían utilizado eso en su contra. Incluso Pablo en sus epístolas, al defender la castidad, habría nombrado el ejemplo de Jesús como su prueba más convincente. Pero no lo hizo. Si Jesús hubiese permanecido soltero, célibe, habría tenido eco de alguna manera en la sociedad judía de aquel tiempo. Algunos autores han intentado defender esta circunstancia diciendo que Jesús era célibe porque pertenecía a la secta de los esenios. En efecto, los esenios tenían prohibido el matrimonio y sólo crecía su secta gracias a los jóvenes y niños que las madres les entregaban para que les criasen y educasen en sus cuevas, sirviendo a la comunidad. Es posible que Jesús, de niño, se educase con los esenios; pero no fue uno de ellos. La prueba está en que los esenios eran altamente elitistas, y si por algo es conocido Jesús es por hacerse acompañar siempre de mendigos, prostitutas, enfermos y miembros de las capas más bajas de la sociedad. Un esenio jamás habría hecho algo así. Los esenios tampoco bebían alcohol, mientras que Jesús disfrutó del vino en varias ocasiones, como en las bodas de Caná. Así que descartando la tesis esenia y al no encontrar explicación de otra forma, debemos asumir que Jesús estuvo casado. Pero, ¿por qué con María Magdalena? 


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María Magdalena recibe un trato especial por parte de Jesús. A pesar de su poca presencia en los evangelios canónicos, aparece en ellos más veces que la mismísima Virgen María, y siempre en momentos importantes. María Magdalena es María de Betania, la hermana de Marta y Lázaro, amigo de siempre de Jesús a quien éste resucitó. Fue ahí cuando María conoce a Jesús, y queda embelesada escuchando sus palabras. También es ella la que vive la liberación espiritual plena, cuando Jesús le extrae los "siete demonios" (que se traducen como los miedos, los defectos y los impedimentos que nos ponemos a nosotros mismos para la autorealización). También María está a los pies de la cruz durante la Crucifixión, la única junto con Juan que asiste a Jesús en sus últimos momentos. Es ella también la que encuentra la tumba vacía y la que vive la primera manifestación de Jesús resucitado. Pero el momento más importante e íntimo de ambos se da, sin duda, en la casa de Simón el fariseo. María Magdalena unge los pies de Jesús con un caro perfume y los seca con sus cabellos. Este momento convierte a Jesús en el Cristo, que significa "el ungido". En la tradición religiosa del Mediterráneo, la unción del dios se lleva a cabo por manos de la diosa. Éste es el momento en el que tiene lugar el matrimonio místico de Jesús con María de Betania, llamada la Magdalena.

Es difícil discernir, al menos históricamente, si todas las Marías que aparecen en los evangelios son la misma María Magdalena. Fue el papa Gregorio Magno quien decidió que así fuese, pero no hay pruebas de ello. Aún así pensemos por un momento que, efectivamente, Jesús y María son un matrimonio (más pruebas las encontramos en los evangelios apócrifos). María de Betania será conocida como María Magdalena de igual modo que Jesús es conocido como el Hijo de David: es un título regio. Durante mucho tiempo se ha creído que el término "Magdalena" se explicaba por la proveniencia de María de la ciudad portuaria de Magdala... el problema es que en el siglo I d.C., tal ciudad no se llamaba así. Fue primero Karen Armstrong y después Margaret Starbird quienes identificaron "Magdalena" como un término hebreo que significa "la torre del rebaño". Como hemos dicho, es un título regio asociado a la Casa de David (aunque el linaje de María Magdalena pertenecía a la Tribu de Benjamín y no a la de Judá, su matrimonio con Jesús le permite formar parte de ésta y de la Casa de David). Al casarse con Jesús se convierte en la Reina que debía poner en el trono al nuevo Hijo de David.


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Algunos artistas, como Veronés, creían en la validez del matrimonio entre Jesús y María Magdalena. En la imagen, una pintura conservada en la Galería de la Academia de Venecia, que ha sido descrita como una Última Cena "muy libremente tratada". Tan libremente, que no tenemos más que mirar quiénes ocupan el centro de la composición en lo que parece ser, más que una cena frugal... un banquete nupcial

Por supuesto, María Magdalena no era prostituta. Esa idea que tenemos sobre ella fue una confusión que produjo en el siglo XIII el libro más importante para la iconografía cristiana: La Leyenda Dorada. Su autor, Jacobo de la Vorágine, obispo de Génova, confundió a María Magdalena con María Egipcíaca, mujer que sí fue prostituta y sí marchó a hacer penitencia al desierto, pero nunca conoció a Jesús. Así pues, ¿qué tenemos? Un matrimonio judío más, algo de lo más normal en la época. El problema es que quienes lo formaban no eran tan normales: el mensaje que transmitía Jesús amenazaba el status quo. Y ya sabemos qué piensa y qué hace el poder con los revolucionarios. Así que los romanos, que ostentaban el poder político; y la secta de los fariseos, que manejaban el poder religioso y que habían sido criticados con vehemencia por Jesús, le ejecutaron. 

Tras la muerte de Jesús, sus apóstoles fundaron diversas escuelas. Sin embargo, las más relevantes fueron tres. Pedro marchó a Roma, y junto a Pablo fundó la Iglesia de Roma, que se convertiría en la Iglesia Católica de Occidente. A día de hoy es la iglesia oficial, y la que más seguidores cuenta en el mundo. Santiago el Mayor, hermano de Jesús, se quedó de forma clandestina en Galilea, y luchó contra los intentos de divinización de su hermano. Él fue el fundador de la Iglesia de Jerusalén, y fue finalmente decapitado por orden de Herodes. Por último, Juan, María Magdalena y María la madre de Jesús marcharon a Éfeso, donde fundaron la última de las grandes iglesias. Seguramente fue en Éfeso donde María Magdalena dio a luz a su hija: Sara.


Pero la Magdalena no se quedaría mucho tiempo en Éfeso, con Juan y su suegra. Temiendo las represalias de Roma contra todos los seguidores de su marido, un grupo de discípulos de Éfeso encabezados por Nicodemo cogió a la Magdalena y se dirigió a Alejandría, donde la tolerancia religiosa era mucho mayor. Recordemos que Jesús nunca pretendió fundar una nueva religión, sino que su mensaje era una revisión del judaísmo de la época. En Alejandría podían haberse quedado a salvo María y los seguidores, pero Nicodemo sabía que era demasiado arriesgado, pues Egipto seguía siendo territorio romano y no querían correr riesgos. Así que pasado el tiempo compró una embarcación y se hicieron a la mar, buscando tierras más seguras donde María Magdalena y el fruto de su vientre pudiesen estar a salvo. Y así llegaron a Marsella.

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En la iglesia de San Francisco de Asís el pintor Giotto representó en un fresco la llegada a Marsella de María Magdalena, su hija y varios seguidores de Jesús en una embarcación, guiados por dos ángeles

María Magdalena se dedicó el resto de su vida a predicar el mensaje de Jesús por la zona sureña de Francia, y eso explica la profunda devoción a la santa en esa región. Tanto es así que existe una localidad llamada Saintes-Maries-de-la-Mer, es decir, las Santas Marías del Mar, referida seguramente a María Magdalena y a María Cleofás, la hermana de la Virgen. Por eso no hay consenso en si Sara nació en Éfeso o en Marsella, pero una cosa es segura: estuvo en Marsella, ya que en la misma localidad existe una figura que recibe el nombre de Santa Sara del Mar. Es la santa patrona del pueblo gitano, y su efigie es una talla negra. Por eso recibe también el nombre de Sara Kali (Sara la Negra). Su culto está vinculado evidentemente con las diosas negras de la fertilidad, durante la época pagana, pero no es descartable el hecho de que se inspire en el personaje real de Sara. De hecho, su negritud puede ser considerada también como una referencia a la depuesta princesa davídica de Jerusalén: "Más brillante que la nieve su princesa, más blanca que la leche... ahora su apariencia es más negra que el hollín, no son reconocidas en las calles." Estos versos se encuentran en el Libro de las Lamentaciones (4:7-8), ya que el nombre de "Sara" significa princesa en hebreo. Sin embargo, la tez morena de su piel también puede hacer referencia a su necesidad de ocultarse. 

 Santa Sara del Mar es la Patrona del pueblo gitano, su culto milenario ... 

Sea como fuere, la leyenda dice que vino de Egipto en una barca sin remos en la que se encontraba María Magdalena. Mientras algunas versiones decían que era una esclava, otras la identificaban como la hija de María Magdalena que habría tenido con Jesús. Sara, "princesa", era la hija del Rey de los judíos. El caso es que tanto María Magdalena como Sara predicaron el mensaje de Jesús por la región de la Provenza, hasta que la joven se casó con un franco. Esto ocurrió entre finales del siglo I y principios del siglo II. Mucho tiempo más tarde, ya en el siglo V, el rey franco llamado Clodión tuvo un hijo con su esposa, la princesa Basina de los Turingios (un pueblo germano). Este niño se llamó Meroveo, y fue el origen de la dinastía de los reyes Merovingios. Desde que este hombre asumió el trono de los francos se extendió la leyenda de que toda su dinastía tenía una procedencia divina... que había venido por mar.

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La tradición cuenta que la madre de Meroveo, Basina, se había unido a un monstruo marino denominado el Quinotauro, y que de esa unión nació el primer rey Merovingio. Tal vez esta leyenda tenga su poso de verdad, y la criatura marina sea una metáfora del origen marítimo de la sangre merovingia. Y es que los Merovingios fueron considerados reyes y sacerdotes, se les suponía la personificación de la Gracia de Dios en la tierra, siendo considerados figuras similares a Jesús. Pero quizá fuese al revés, y esta consideración que se tenía sobre los Merovingios les llevó a buscar y crear vínculos de unión, utilizando como nexo al Quinotauro y a María Magdalena. Quién sabe. Lo que sí es cierto es que los Merovingios eran considerados reyes desde su nacimiento, y a los 12 años recibían el título de Rey sin necesidad de una ceremonia de coronación. 

Los Merovingios eran reyes, sí, pero no gobernaban. Dejaron el gobierno en manos de los llamados Mayordomos de Palacio (lo que serían los validos en España), y por eso recibieron el sobrenombre de Reyes Vagos. Pero también corría la voz de que todos los miembros de la dinastía Merovingia se dedicaban al estudio de las Ciencias Ocultas, lo que les valió el sobrenombre de Reyes Brujos o Taumaturgos. Todos ellos eran reyes melenudos, ya que creían que su poder residía en el pelo (como Sansón) y jamás se lo cortaban.

Ya hemos dicho que, a pesar del respeto que inspiraban los reyes Merovingios y las leyendas y rumores que corrían acerca de su linaje divino, el auténtico poder real estaba en manos de sus Mayordomos. Y fue en el año 750, reinando Childerico III, cuando su Mayordomo de Palacio, llamado Pipino, envió una delegación franca a entrevistarse con el papa Zacarías. Pipino solicitaba su autorización para poner fin al decadente reino Merovingio y ocupar el trono de Childerico. Zacarías aceptó y declaró "debe ser Rey el que ejerce la realidad del poder". En noviembre de 751, Pipino depone a Childerico III y se hace coronar por San Bonifacio, siendo proclamado por una asamblea de obispos, nobles y leudes (Grandes del reino). Childerico III es detenido, le cortan sus largos cabellos (eliminando así su símbolo de poder) y se le encierra en el monasterio de San Bertin, cerca de Saint-Omer, donde muere. Sus hijos serán pasados a cuchillo y Pipino recibirá el sobrenombre de "el Breve", por el poco tiempo que pasó en el trono. Este Pipino fue el abuelo del hombre conocido como Carlomagno, fundador de la dinastía de los Carolingios y patrón protector de Francia y de la cristiandad.

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Resulta curioso, porque la tradición dice que un hijo de Childarico sobrevivió, protegido por los guardias del rey, y que sería ocultado y educado a los ojos de los Carolingios y del mundo por los miembros de la organización conocida como el Priorato de Sión... pero ésa es otra historia. No deja tampoco de ser curioso los símbolos sagrados de los Merovingios, a saber, las abejas y el oso. Las abejas, de acuerdo a la filosofía totémica, son el símbolo de la fertilidad y la sexualidad. Son animales que representan al sol y todo su poder, son símbolos de la luz (Jesús decía "yo soy la luz del mundo"). Para los egipcios era un símbolo de realeza, en Grecia se las usaba para referirse a los Misterios Eleusinos, y los celtas la asociaron a la sabiduría oculta. Todo ello las convierte en el mejor de los símbolos para representar a la dinastía Merovingia. 

Pero también el oso era una figura totémica importante para los Merovingios. De hecho, es muy interesante comprobar el significado del nombre del Rey Arturo (Arthur), contemporáneo de los Merovingios, pues responde a las iniciales de ARTH y UR. En la antigua lengua céltica arth significa "oso", mientras que ursus significa también "oso" en latín. ¿Por qué el oso? El oso es el animal del amor. Un amor que une y conecta a todos los seres vivos. El del amor es el tótem más hermoso, se manifiesta de las más inesperadas formas. Aquellos con el tótem del oso dejan que el amor guíe sus acciones. Es el amor que predicaba Jesús, y es el amor que acogió y transmitió María Magdalena en la tierra que recibió el nombre de Francia.  

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Puede que la historia de Jesús, María Magdalena y Sara sea una leyenda. Es posible que los Merovingios sólo buscasen relacionar su familia con el hombre que fue llamado Hijo de Dios. Pero la realidad histórica no nos importa. Recordemos que la historia en la Antigüedad era un arte, nunca una ciencia. Lo que hoy habéis leído aquí es la recopilación de unas ideas que marcaron el inconsciente colectivo de Europa hace muchos siglos y que marcaron el rumbo de la Historia religiosa. Tan fuerte resuena la canción de María Magdalena que aún hoy sigue causando fascinación. ¿Fue amiga? ¿Fue amante? ¿Esposa y madre de la descendencia de Jesús? ¿Es ella el Santo Grial? Nunca encontraremos respuesta a esas preguntas, pero tal vez no haga falta. Al final lo que importa es lo que cree la gente, lo que lleva en el corazón. Y ésa es la magia más poderosa de todas.

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