16. ¿Qué es un Iniciado?

Hoy vengo a responder a una de las preguntas que nos planteamos el lunes. Voy a explicar qué es un "iniciado". Utilizo mucho la palabra "iniciado", y quizá algunos de nuestros lectores no tengan demasiado claro este concepto. Veamos: un iniciado es una persona que ha superado un rito de paso. Esto es, un conjunto específico de actividades que simbolizan y marcan la transición de un estado a otro en la vida de una persona. Cuidado, porque no todos los ritos de paso crean iniciados. Existen ritos de paso entre la juventud y la edad adulta, entre la soltería y el matrimonio, entre no pertenecer y pertenecer a un grupo particular, entre viajar y retornar... Ahora bien, uno de los ritos de paso más característicos es la iniciación. Por ejemplo, las despedidas de soltero son un rito de paso, entre la soltería y el matrimonio. Pero también lo es la ceremonia nupcial, en caso de casarse por la Iglesia, o la firma de documentos si uno se casa por lo civil. Los ritos de paso suponen un cambio en la vida del individuo, pero no otorgan la iniciación.  Para que eso se dé, una vez superado un rito de paso concreto, el iniciado es la persona que participa en el conocimiento de un secreto, especialmente si está relacionado con un estilo artístico o un movimiento intelectual minoritario. Y ese rito de paso se conoce como iniciación. En muchas sociedades, el paso de la condición infantil a la adulta se vehicula mediante un rito de iniciación. Por ejemplo, en cierta sociedad africana, el niño es raptado y devorado metafóricamente por un monstruo: muere, así, en cuanto niño, y ha de afrontar una serie de desafíos que ponen a prueba su idoneidad, en especial su valor. En el curso de la iniciación adquiere un conocimiento especializado, esotérico. Tras superar la prueba, se reintegra en la comunidad como adulto, con un nombre nuevo y algún tipo de marca (cicatriz, mutilación ritual...) que permite que los demás iniciados le reconozcan como un igual. El iniciado tiene derecho a fundar una familia y participar en las instituciones. Quienes no superan la iniciación se convierten, en cambio, en marginados.

Fotograma del videojuego Assasin's Creed: Unity, en el que el personaje principal está a punto de pasar la prueba de iniciación de la Hermandad de los Asesinos

Tiene que pasar por todo eso al haber cumplido los 18 años. Es un sencillo rito de paso de la niñez a la madurez, pero es muy duro. Una de las pruebas consiste, por ejemplo, en abandonar a su suerte al individuo en plena selva durante tres meses. Simple supervivencia. Si nosotros hiciésemos lo propio con nuestros jóvenes, muy pocos cumpliríamos los 19. En la gran mayoría de las tribus de África, aquellas que no están en permanente contacto con la "civilización", los ritos de paso permanecen casi sin alteraciones desde la época de sus ancestros. Son los ritos de iniciación originales, los que se realizaban en todo el mundo antes de la "culturización". Sé que el hecho de que escriba "civilización" y "culturización" entre comillas da pie a interpretar que no me gustan demasiado esos conceptos, y en cierto modo así es. Considero que lo que nosotros llamamos mundo civilizado, lo que llamamos cultura, ha alcanzado aspectos muy positivos respecto a nuestros antepasados... pero hemos perdido conocimientos vitales en el proceso. Y las sucesivas crisis de la época contemporánea se deben en gran medida a esa pérdida. Pero no quiero entretenerme con esto. Lo que nos demuestran los ritos de iniciación africanos es que todos los individuos, en algún momento de su vida, deben mostrar su valía y vivir su transición personal. Ahora bien, eso ocurre en las tribus de África. Pero claro, hay muchos más ritos, ¿no? ¿Qué ocurre con los iniciados en las sociedades secretas de todas las épocas?

En las sociedades modernas de Occidente, el ritual iniciático pervive como parte del protocolo de las sectas, las sociedades secretas y otros tipo de organizaciones como la masonería. Como señaló el estudioso Vladímir Propp, quedan también huellas en el esquema de muchos de nuestros cuentos tradicionales: el héroe de los mismos se corresponde con el inciciado, y su lucha contra un monstruo o villano sobrenaturales es una metáfora de la prueba iniciática. Superada ésta, el héroe obtiene un tesoro (el conocimiento iniciático), el reconocimiento social de sus hazañas (el status de iniciado) y a menudo, la mano de la princesa (el derecho a fundar una familia). Pero, ¿y los cuentos donde las protagonistas son mujeres? Las iniciadas también pueden ser mujeres, por supuesto. No obstante, la mayor parte de los relatos que manejamos en Europa tienen más que ver con un conocimiento iniciático del que ya hablamos en otra entrada: la pérdida del culto al Sagrado Femenino. Todas las mujeres de los cuentos han perdido algo (su reino, a sus padres, su voz) que representa el culto que se celebraba en torno a ellas, y han de ser salvadas por un príncipe (los iniciados que buscan devolver al mundo la figura de la Gran Diosa Madre y Esposa). Más tarde, con las nuevas ideas del feminismo, se empezaron a hacer películas de dibujos donde la mujer protagonista era fuerte e independiente, sin necesidad de príncipe. Que está muy bien, pero se pierde la enseñanza esotérica que encerraban los cuentos de antaño. También es necesario que existan películas como Mulán o Brave para que las niñas sepan que pueden vivir perfectamente sin un hombre... aunque bueno, Mulán muestra a una mujer guerrera, fuerte y valiente, pero al final tiene su príncipe. Pero sí, por ejemplo el caso de Brave es una buena enseñanza para las niñas pequeñas. Hace poco leí una buena frase, en relación con la violencia de género. Decía "para poder decir "ni una más", hay que dejar de criar a princesitas indefensas y a machitos violentos". Creo que tiene toda la razón del mundo: el problema viene de la educación. Y en eso los grandes maestres son muy exhaustivos al dar una buena educación a sus iniciados, basada en el respeto y la fraternidad. Cuando un iniciado supera el rito de iniciación, debe cambiar su nombre. Porque ha muerto como profano y ha renacido como iniciado. Tiene que ser un nombre de significado especial para él. Y créeme, después de haber pasado el rito de iniciación y haber asimilado su significado, no está para bromear con el que será su nombre iniciático. Porque no serías el primero en preguntarse pregunta si el iniciado, al superar el rito de paso, se podría llamar Mazinger Z o Bruce Wayne.

Entonces, ¿qué nombre puede ser adecuado para un iniciado? Pues cualquiera que tenga un simbolismo especial para él. Por ejemplo, cuando Jeron Van Aeken superó los ritos de iniciación de la Hermandad de Nuestra Señora de Bolduque (ritos que, por cierto, duraron cuatro años), se rebautizó como Hieronymus Bosch. El nombre latinizado de "Hieronymus" significa "el de nombre sagrado". O, por ponerte otro ejemplo, cuando Galileo Galilei entró a formar parte de las Accademia dei Lincei de Roma y pasó por los ritos de iniciación pertinentes, adoptó para firmar todas sus publicaciones el nombre iniciático de Linceo. Todos los iniciados tienen un nombre que para ellos es sagrado, y lo usan fuera de su vida profana. Ahora, ¿actualmente se pueden encontrar iniciados fuera de sociedades secretas en Europa, como pasa en África? Bueno, pueden reconocerse trazas del proceso iniciático en muchos fenómenos, por ejemplo, el servicio militar se ha concebido en muchos momentos (cuando la mili era obligatoria) como rito de paso de la condición infantil a la adulta. El quinto (iniciado) es raptado de su comunidad, se le transfiere a un nuevo espacio donde se le instruye y pone a prueba y regresa a su familia convertido en una persona distinta. Lecturas parecidas pueden hacerse de las novatadas, así como de los exámenes y pruebas similares (la realización de una tesis doctoral, por ejemplo). En el caso de estas últimas, el título adquirido equivale simbólicamente a la vieja marca que singulariza a los iniciados y les permite hacer valer sus derechos.

Espero que a nuestros lectores les haya clarificado un poco este texto la próxima vez que usemos la palabra iniciado. Si todo sigue según lo previsto, nos volveremos a ver el viernes. Tengo que pensar sobre qué vamos a hablar... bueno, ya lo decidiré. ¡Hasta la vista, queridos lectores!