SIJISMO
El Khanda está representado por dos dagas que simbolizan la lucha por la justicia, un círculo que representa al dios único y una espada que evoca el poder
Creyente: sij, que significa "discípulo, el que aprende".
Fundador: Gurú Nanak. En el marco del hinduismo, gurú significa "maestro espiritual". Este hombre es reverenciado y venerado no sólo por los sijes sino también por los musulmanes y los hindúes por todo el subcontinente indio.
Origen: India, siglo XV.
Divinidad: La revista Reportero Doc dice que la divinidad del sijismo es Sat gurú, que se puede traducir como "maestro perfecto" (siendo más habitual el término puran parmesar). Lo que los sijes tienen claro es que sólo Dios (Parabrahman) es el maestro perfecto.
Texto sagrado: Guru Granth Sahib. Para los sijs no se trata sólo de un libro, sino de un gurú real que les guía a través de la vida. Para ellos, este libro es su maestro perpetuo. El libro contiene las palabras de los 5 primeros gurús del sijismo (ha habido 10 en total) además de las de varios santos de otras religiones, como el hinduismo o el islam.
Creencia: el sij debe llevar una vida virtuosa y recta. Cree en un dios panenteísta, es decir, un dios que es a la vez inmanente y trascendente al universo. Dicho de otra manera, Dios engloba el universo pero no se limita a él. Las enseñanzas de los 10 Gurús se resumen en: ver a Dios en cada uno, entender y practicar la igualdad entre todas las razas independientemente de su casta, religión, color de piel, género, edad, etc...; recordar a Dios todo el tiempo, es decir, estar siempre al tanto de su presencia y actuar en consecuencia; valorar y respetar los ideales positivos como la verdad, la compasión, la alegría, la humildad, el amor...; suprimir los males internos como la lujuria, la codicia, el apego material, el egoísmo...; llevar una vida productiva, honesta y pacífica; practicar el servicio desinteresado, proteger a los débiles y aceptar la voluntad de Dios.
Fiestas: Baisakhi, la Fiesta de la Cosecha. Es el año nuevo sij, a mediados de abril.
Sijes: representan el 0,4% de la población mundial.
La mayoría de los sijs viven en la provincia de Punjab donde se encuentra, en la ciudad de Amritsar, el Templo Dorado. Es el templo más importante para esta comunidad, ya que alberga el original Libro Sagrado. Son una comunidad especialmente querida por los peregrinos debido a su hospitalidad, ya que las cocinas del Templo nunca duermen y en sus comedores se sirve comida gratuita las 24 horas a cientos de miles de personas. No importa la clase social, ni la religión ni el origen del peregrino
En el sijismo no existe el clero. Los sijes proceden de una antigua casta de guerreros de India y surgieron en un momento de conflicto entre musulmanes e hindúes bajo la creencia de que "no hay musulmanes, no hay hindúes, no hay más que un Dios, la Verdad Suprema". Además de la creencia en un dios único y en las enseñanzas de los Diez Gurús, los sijes consideran el pelo un regalo de Dios y por eso no se lo cortan y lo llevan recogido en el turbante que se ponen cada mañana. Hay otros detalles que les caracterizan, como una ropa interior característica que les otorga la movilidad de un guerrero, llevar una pulsera de acero como símbolo de honestidad y una pequeña daga que nunca usan para atacar, sino como autodefensa o para defender a quien lo necesite
Aunque la celebración del Festival Baisakhi es más intensa en la región de Punjab, donde se concentra la población sij de India, sijes del todo el mundo realizan sus ritos e incluso celebran con desfiles la Fiesta de la Cosecha. Parece que es todo un espectáculo contemplar las celebraciones de las comunidades sijes de occidente, pues se mezclan con total armonía la festividad del colectivo con las costumbres del país en el que residen. Por eso, según cuenta la página serturista.com, encontramos "desfiles de moteros al más puro estilo norteamericano o cabalgatas más británicas en Kent o Southampton, incluso el colorismo italiano en las comunidades de Brescia". Sea como sea, es una adaptación a las necesidades de una tradición que se mantiene fiel a lo largo del tiempo: dar las gracias a Dios por las buenas cosechas y purificarse en agua para empezar el Nuevo Año
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