miércoles, 26 de diciembre de 2018

154. El sentido de la Navidad

Tenía pensado hacer una entrada completamente distinta hasta que me he dado cuenta de qué día es hoy. Sí, es el día después de Navidad, y todos nos pensamos que es una cosa ñoña y consumista, y lo es, pero es mucho más. Hoy, 26 de Diciembre, es San Esteban. Como todo buen santo legendario, su nombre es muy importante: proviene del griego stéfanos, que significa "victorioso". No es baladí este asunto. Recordemos que el invierno (y diciembre como último mes) estaba dedicado en los Misterios a la muerte. Además han pasado los tres días en los que el sol está en su punto más bajo, antes de empezar a ascender. Cuando en Roma se institucionaliza la fiesta del Sol Invicto en el siglo III d.C., los cristianos asocian a Jesús con un dios solar, que ha nacido. Es un momento crucial, la hora de rendir cuentas porque se acaba el año y no hay marcha atrás. Es hora de recoger los sembrado. Hora de juzgarnos a nosotros mismos. Y eso es lo que nos recuerda Esteban. En los Hechos de los Apóstoles, 7 se nos relata lo que Esteban tiene que decir al Sanedrín (que, al final, somos también nosotros). Escuchémosle.


Imagen relacionada

"Hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abraham mientras estaba en Mesopotamia, antes de que morase en Harán. Y le dijo: "Deja tu tierra y tu parentela, y ve a la tierra que yo te mostraré." Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora. Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie, pero le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuando él aún no tenía hijo. Y le dijo Dios así: Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años. Mas yo juzgaré, dijo Dios, a la nación de la cual serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar. Y le dio el pacto de la circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo día; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas. 

Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él, y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso como gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa. Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos. Cuando oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez. Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Faraón el linaje de José. Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas. Así descendió Jacob a Egipto, donde murió él, y también nuestros padres; los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem. Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto, hasta que se levantó en Egipto otro rey que no conocía a José. Este rey, usando de astucia con nuestro pueblo, maltrató a nuestros padres, a fin de que expusiesen a la muerte a sus niños, para que no se propagasen. 

En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre. Pero siendo expuesto a la muerte, la hija de Faraón le recogió y le crió como a hijo suyo. Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras. Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. Y al ver a uno que era maltratado, lo defendió, e hiriendo al egipcio, vengó al oprimido. Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya, mas ellos no lo habían entendido así. Y al día siguiente, se presentó a unos de ellos que reñían, y los ponía en paz, diciendo: "Varones, hermanos sois, ¿por qué os maltratáis el uno al otro?" Entonces el que maltrataba a su prójimo le rechazó diciendo: "¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? ¿Quieres tú matarme, como mataste ayer al egipcio?" Al oír esta palabra, Moisés huyó, y vivió como extranjero en tierra de Madián, donde engendró dos hijos.

Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza. Entonces Moisés, mirado, se maravilló de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz del Señor: "Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob". Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar. Y le dijo el Señor: "Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en el que estás es tierra santa. Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su gemido, y he descendido para liberarlos. Ahora, pues, ven, te enviaré a Egipto." A este Moisés, a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a éste lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza. Este los sacó, habiendo hecho prodigios y señales en tierra de Egipto, y en el Mar Rojo, y en el desierto por cuarenta años. 

Este Moisés es el que dijo a los hijos de Israel: "Profeta os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis." Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres y que recibió palabras de vida que darnos; al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto, cuando dijeron a Aarón: "Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido." Entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se regocijaron. Y Dios se apartó, y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: "¿Acaso me ofrecisteis víctimas y sacrificios en el desierto por cuarenta años, casa de Israel? Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc, y la estrella de vuestro dios Renfán, figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré, pues, más allá de Babilonia." Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que lo hiciese conforme al modelo que había visto. El cual, recibido a su vez por nuestros padres, lo introdujeron con Josué al tomar posesión de la tierra de los gentiles, a los cuales Dios arrojó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David. Este halló gracia delante de Dios, y pidió proveer tabernáculo para el Dios de Jacob. Mas Salomón le edificó casa; si bien el Altísimo no habita en los templos hechos de mano, como dice el profeta: "El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis?" dice el Señor; "¿O cuál es el lugar de mi reposo? ¿No hizo mi mano todas estas cosas?" 

¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y maltratadores; vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis."

Imagen relacionada

Hay que saber de dónde venimos para saber a dónde vamos. Esteban hace un repaso delante de todo el Sanedrín de la historia de los judíos, desde Abraham, demostrándoles que conoce sus orígenes, y les llama traidores a la Ley de Dios a la cara. Por ese acto de valentía Esteban será condenado a muerte y lapidado a las afueras de Jerusalén mientras pide a Dios que no tenga en cuenta ese pecado a sus verdugos. La fiesta de Esteban está muy bien colocada porque a finales del año hay que ser valientes y saber perdonar a nuestros enemigos. Un nuevo año siempre implica una nueva creación, un renacimiento. Todos nosotros morimos y resucitamos cada día, cuando nos vamos a dormir y cuando despertamos. Sirius Black en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte decía que morir era como quedarse dormido, pero esto va más allá: todos nosotros todos los días tenemos la oportunidad de empezar de cero. Nada hay que nos condicione. Podemos cambiar en cualquier momento. Y para eso hace falta valor. Para amar hay que ser valiente. Esteban está aquí para recordárnoslo: todo lo que le ocurrió a Abraham, a Isaac, a Jacob, a los patriarcas, a José y a Moisés, a David y a Salomón... todos ellos tuvieron sus fortalezas y flaquezas, todos ellos vivieron el viaje del héroe. Un viaje vital. Todos ellos fueron valientes. Es lo que ahora nos toca a nosotros. ¿Que cuál es el sentido de la Navidad? Recordarnos que Dios está en todos nosotros, que todos participamos de lo divino y que tenemos una responsabilidad para con nosotros y con los demás que implica valor, como Esteban. Os deseo unas muy felices fiestas y un feliz año.

ULTREIA! 


miércoles, 19 de diciembre de 2018

153. La luna y el soma, néctar de la inmortalidad

Resultado de imagen de soma hinduism

Este año en Escuela de Atención estoy desarrollando el ciclo Mitología Comparada II, en el que se realiza un análisis de la simbología religiosa de, entre otros territorios, India. Uno de los mitos fundamentales es el del soma, la bebida de la inmortalidad en el hinduismo. No han sido pocas las veces que he escuchado que este símbolo era una mera excusa para la ingesta de drogas alucinógenas. No voy aquí a refutar esta hipótesis, que es posible, pero que a mi modo de ver se queda corta. Veamos, el soma era una bebida sagrada en la antigua India que recibía también el nombre de amrta ("inmortal"), además de ser uno de los nombres propios del dios de la Luna y el nombre de la lluvia. Actualmente la concepción moderna del mundo separa lo sagrado de lo profano, pero en la Antigüedad tal separación no se producía. Era una misma realidad, indisoluble. Como decía Heinrich Himmer, indólogo e historiador del arte surasiático, se tendía a pensar que las aguas que circulan por el universo y nutren a todas las criaturas vivientes son un trasunto en la Tierra de las aguas celestiales, el "néctar meloso" de los dioses. Una imagen explica muy bien esta idea: el dios Soma/Amrta se transforma en lluvia y en rocío refrescantes, que se convierten a su vez en savia vegetal, y ésta en leche de vaca, y ésta finalmente en la sangre. ¿Qué quiere decir esto? Que todos son estados diferentes de un único elixir, que nos hermana a todos y que puede ser bebido por los mortales en el momento de su muerte. La vasija o copa de este fluido inmortal sería, pues, la Luna, morada y fuente de vida. Tal y como relata el Rg-veda (II milenio a.C.), 

"Tras haber llovido, la lluvia entra en la Luna (pues la Luna es el receptáculo
y fuente principal de toda la savia vital de las aguas cósmicas; las que
están en forma de lluvia alimentan a los reinos animal y vegetal, pero cuando
la lluvia cesa, el poder vuelve a entrar en la fuente desde la cual se ha manifestado,
es decir, desaparece y muere en el rey Luna, la vasija de todas las aguas de la vida
inmortal, y queda oculta en ella; entonces los hombres no la perciben"

Imagen relacionada

Este relato resulta enormemente interesante, no sólo porque se pueda vincular con el mito hebreo del maná que llovió en el desierto (y al que se confieren las mismas propiedades milagrosas del soma), sino que recalca la importancia de la luna. Cuando Visnú está repartiendo el soma entre los devas, un malvado asura llamado Raju se transfigura en uno para recibir su parte. Soma, dios de la Luna, advierte a Visnú, y éste corta la cabeza del asura con su arma chakra, un disco cortante. Sin embargo, el soma ya estaba en la boca de Raju por lo que, aunque su cuerpo murió, su cabeza se volvió inmortal. Furiosos, los devas desterraron esta cabeza al cielo y Raju, para vengarse de Soma, cada cierto tiempo devora al deva (como los mexicas se comían a Xipe Tótec o los católicos a Cristo). Así vivían (y siguen viviendo) muchos hindúes los eclipses de luna, considerados fenómenos de mal agüero. Pero hay otro detalle bastante bonito.  

Todos hemos escuchado la canción de Mecano que dice "y si el niño llora, menguará la Luna para hacerle una cuna". Los mitos vinculados con nuestro satélite son numerorísimos, habida cuenta de que una gran cantidad de calendarios fueron y son lunares. El soma y la luna, la lluvia y el agua fertilizantes vinculados a la divinidad parecen ir de la mano. Y la clave para entender esto parece estar en el Satapatha Brahmana, donde está escrito: "Y, en verdad, la copa de soma es también la mente". La imagen de los devas y los asuras batiendo el océano primordial conjuntamente para conseguir un objetivo común (la obtención del soma) a pesar de sus diferencias bien puede ser una imagen de esperanza para la mente que se haya en conflicto consigo misma. Por lo tanto el soma, el elixir de la vida, no sería otra cosa que el estado del ser que se alcanza cuando la mente se desliga de su identificación con cualquier polaridad y alcanza la visión no-dual, es decir, se libera de una visión del camino entre todos los pares de opuestos: espíritu y materia, individuo y colectivo, vida y muerte, tú y yo. Por eso los bendecidos afirman: "hemos conocido a los dioses".
Resultado de imagen de dioses hindúes

miércoles, 12 de diciembre de 2018

152. Sólo Dios es dios. Tres vías hacia el Conocimiento



Existe un dicho del profeta Muhammad que me asombró en lo más profundo cuando lo leí y hacia el que he intentado predisponerme desde entonces: "No adores a una religión, adora a Dios". Creo que sólo un hombre excepcional y honesto hasta las últimas consecuencias sería capaz de concebir y pronunciar una afirmación semejante, inapelable. Hayy Sidi Saíd ben Ayiba al Andalusí, Saíd, (de nombre Antonio, originario de Madrid) maestro de la vía sufí shadilí en Murcia, tiene un dicho: "El sufí debe aspirar a dejar de ser sufí". Porque, en efecto, toda religión y por tanto toda vía no son sino un medio, nunca un fin. Miguel Valls, director del documental Viaje a la Tradición Mediterránea, utiliza un paralelismo interesante para ilustrar esto. Dice: "Si queremos disfrutar de Toledo tomaremos un tren hasta allí. Pero hay que dejar el tren cuando llegamos a la estación; se trata de conocer Toledo, no de convertirnos en ferroviarios." En otras palabras, el único fin posible de toda vía es el Principio Supremo mismo. El Corán reza La illaha illallah, No hay Dios sino dios. Ama a Dios sobre todas las cosas, dicta el primer mandamiento. Todas, religiones incluidas.


¿Por qué os cuento todo esto? El pasado miércoles 28 de Noviembre ocurrió algo que para mí fue muy especial. En el Centro de Servicios Sociales de la Avenida de la Hispanidad 1 de Fuenlabrada, personas de todas las edades, culturas y credos nos sentamos a compartir la esencia de un mismo pueblo, el mediterráneo. Compartir y hablar sobre la Tradición, que es sólo una, puesto que Dios es sólo uno. Y por lo tanto sólo hay un mensaje, en diferentes dialectos. Qué importante resulta conocer las claves íntimas de nuestro lenguaje común, de los valores que compartimos y de la riqueza de nuestra diversidad. El mundo de la Tradición es al final una búsqueda, apasionada, pero también necesaria, un viaje a todo lo que nos une. Como dice Yunus Suicmez: "Si trabajamos juntos nos completaremos mutuamente. Si trabajamos contra otros destruimos nuestras capacidades. El nombre de Dios no debe ser causa de conflictos". 


Este viaje a la Tradición es una tarea a la que encomendar toda una vida. Sin embargo, en el tiempo del que dispusimos, pudimos hacer una aproximación importante a la esencia de la religión. Y es que los valores de las religiones son compartidos, son pilares que elevan al ser humano hasta su pleno desarrollo, hasta convertirlo en Adán Qadmón, el hombre perfeccionado; presente en el judaísmo, el cristianismo y el islam en las figuras de Moisés, Jesús y Muhammad. Todos los maestros son reconocidos por todas las religiones, y una religión (del latín religare, "conectar") surge ante todo como un cambio social. Representan los más altos valores, las verdades, la igualdad, la justicia, las más nobles ideas. Ésa es la esencia de las religiones, y así es como podemos conocernos y compartir los mismos ideales. Todos nosotros somos seres humanos, y estamos condenados a vivir en sociedad. Depende de nosotros decidir de qué manera queremos hacerlo. Lo que vi en Fuenlabrada fueron ganas de comprender, de identificarnos en el otro, de explicarnos por qué unas personas hacen X y otras hacen Y cuando se dirigen a lo Sagrado. Me gustaría citar aquí un pasaje de Huston Smith de su libro Las Religiones del Mundo (1958). De origen chino y criado en Nueva York, fue un gran estudioso de la Hª de las Religiones. Sirva esto de despedida, pues lo que dije yo (que no soy sino un mero aprendiz) lo han dicho más y mejor. Así que, a quien quiera escucharme, sólo le recomiendo que viaje – viajando y hablando con la gente se pierde el miedo a lo desconocido y es más fácil llegar a acuerdos – y que haga caso a lo que el ángel Jibreel (Gabriel) le ordenó a Muhammad: iqra. Lee.


What Huston Smith Could Teach Donald Trump | Sojourners


"Escribo estas líneas iniciales en un día que celebra toda la cristiandad, el Domingo de la Comunión Mundial. El sermón en la misa a la que asistí esta mañana versó sobre el cristianismo como fenómeno universal. Desde las chozas de barro de África hasta la tundra canadiense, los cristianos se arrodillan hoy para recibir las especies de la Santa Eucaristía. Es un cuadro impresionante. No obstante, mientras lo escuchaba con una mitad de mi mente, la otra volaba hacia un grupo más amplio de quienes buscan a Dios. Recordé a los judíos semitas que había visto seis meses atrás en su sinagoga: hombres de piel oscura, sentados sobre el suelo, descalzos y con las piernas cruzadas, envueltos en los mantos de oración que sus antepasados vestían en el desierto. Hoy están allí, al menos un quórum de diez, mañana y tarde, balanceándose adelante y atrás mientras recitan la Torá, gestos que heredan inconscientemente desde los siglos cuando a sus antepasados se les prohibió montar el caballo del desierto y desarrollaron este simulacro a modo de compensación. Yalcin, el arquitecto musulmán que me guió a través de la Mezquita Azul de Estambul, ha terminado su mes de ayuno del Ramadán, que comenzaba cuando estuvimos juntos; pero él también reza hoy, cinco veces, postrado en dirección a La Meca. Swami Ramakrishna, en su pequeña casa a orillas del Ganges, al pie del Himalaya, no hablará hoy; continuará con el silencio devoto que ha mantenido durante un lustro y que sólo rompe tres veces al año. También a esta hora es probable que U Nu esté atendiendo a las delegaciones, las crisis y las reuniones de gabinete inherentes a un primer ministro, pero esta mañana, de cuatro a seis, antes de que el mundo le cayera encima, también él estuvo a solas con el Padre Eterno en la intimidad del templo budista que queda junto a su casa en Rangún. Daio Jo y Lai San, monjes zen de Kioto, se le anticiparon. Han estado en pie desde las tres de la mañana, y hasta las once de la noche pasarán la mayor parte del día sentados, inmóviles en su posición de loto, mientras procuran sondear, con profundo recogimiento,
la naturaleza de Buda que habita dentro de sus propios seres.

¡Qué extraña compañía es esta! Los seguidores de Dios de todos los países elevando sus voces al Dios de toda vida de las maneras más dispares que puedan imaginarse. ¿Cómo suena en las alturas? ¿Como un alboroto? ¿O las razas se fusionan en una armonía extraña, etérea? ¿Es que una religión va a la cabeza, o algunas hacen el contrapunto y la antifonía cuando no todas corean a la vez?

No podemos saberlo. Lo único que podemos hacer es escuchar, con mucho cuidado y suma atención, cada una de las voces cuando se dirigen a la divinidad."



Resultado de imagen de religion wallpaper

miércoles, 5 de diciembre de 2018

151. Queridos ateos

Artículo publicado en Mayo de 2014 en el diario El País 
por Francis Spufford, escritor, editor y profesor. Le considero una mente lúcida 
(cualquiera que sea capaz de hacer un llamamiento al respeto y al entendimiento
lo es) y muchas veces no nos paramos a escuchar a los creyentes, rechazando
de pleno su sentimiento. Incluso entre mi círculo hay gente que les tacha de locos.
Por eso, es un orgullo compartir hoy aquí las palabras del profesor Spufford.  

Imagen relacionada

Permítanme que venga a molestarles con un proyecto: el del respeto mutuo entre ateos y creyentes. Se apoya en un principio muy sencillo: ambos sostenemos una postura para la que, por definición, no hay pruebas. Nosotros creemos que existe un Dios y ustedes creen que no; cuando, en realidad nadie lo sabe, ni puede saberlo: no es una cuestión susceptible de ser probada. La ciencia, como mucho, puede demostrar que no hay necesidad de Dios como explicación física de nada. Puestas así las cosas, la posición natural, neutral y moderada sería el agnosticismo: un calmado, indiferente desconocimiento. Sin embargo, usted y yo, esas salvajes criaturas románticas que somos, nos apresuramos a tomar posiciones de fe sobre el asunto. Esta compartida (aunque enfrentada) extravagancia podría convertirnos en almas gemelas. O en sin-almas gemelas; yo digo lechuga, usted dice tomate, pero al menos ambos estamos hablando de hortalizas. Ateos y creyentes son, en formas opuestas, gente con convicciones, gente que se queda fuera del centrado campo del empirismo. Mes frères, mes soeurs, mes semblables! Abracémonos, porque todos somos refugiados huyendo del aburrido pragmatismo.


Ah, ¿que no? No. Porque exponer que el ateísmo es simplemente otra forma de fe ataca la idea que el no creyente beligerante tiene de sí mismo: la idea de que el ateísmo es de alguna forma científico y, en el campo de las creencias personales, equivale al rigor y las cautelas del método científico. Este autoconcepto se iría al garete si se atrevieran a verse como fervientes acólitos de la negación de Dios. Intente usted decir que los ateos mantienen una posición de fe, porque creen en la ausencia de Dios, y en apenas segundos, tan seguro como que el sol sale por el este, tan seguro como que Richard Dawkins sabe mucho sobre biología evolutiva y nada sobre religión, saldrá alguien a decir: “No. Los ateos no creen en la ausencia de Dios. Los ateos no creen en nada. Los ateos, simplemente, se mantienen al margen en toda esa tontería de pensar en seres invisibles”.
¡Uf, qué alivio! Al menos hemos neutralizado la posibilidad de considerar el ateísmo como un teísmo en negativo, y a los ateos como una especie de encantadores antitrapenses, dedicados a celebrar ruidosamente la inexistencia de Dios, arrancándose las cadenas de lo fáctico, disfrutando libres (¡por fin!) de la poética de la ausencia. Me temo que lo de abrazarnos va a tener que esperar.

En fin, aquí, en el lado de los creyentes, tampoco es que nos pasemos el día meditando sobre la existencia de Dios. La religión no es un argumento filosófico, ni una cosmología apañada, ni ningún tipo de alternativa a la ciencia. De hecho, la religión no es en absoluto, en primera instancia, un conjunto de propuestas sobre el mundo. Antes que cualquier otra cosa, es una estructura de sentimientos, una casa hecha de emociones. Las emociones no se tienen porque hayas aceptado la idea de que Dios existe; empiezas a considerar que Dios existe porque has sentido esas emociones. Empiezas a considerar la idea, y quizá algún día llegas a aceptarla, porque encaja con lo que de todas maneras ya estabas sintiendo. El libro que he escrito en defensa del cristianismo, Impenitente, empieza hablando de la disputa actual sobre la religión, pero enseguida pasa a explicar, o lo intenta al menos, que la fe se construye a partir de las experiencias reales y normales de un ser humano; no es una empinada escalera de suposiciones apoyada sobre unas conjeturas inestables. La fe cristiana (que es de la que puedo hablar desde dentro, desde la experiencia) es una forma de enfrentarse con esa carga de culpa y esperanza y pena y alegría y cambios y tragedia y renovación y mortalidad con la que debemos vivir todos los seres humanos. No es una forma infantil, despreciable y cobarde de lidiar con esas cosas: conlleva un cierto realismo emocional incorporado (o eso nos gusta pensar), y un cierto grado de imaginación. Nosotros también hemos hecho los deberes.

Y aun así, por supuesto, no lo sabemos, y el no saber importa. El examen definitivo para la fe debe ser, todavía y siempre, su veracidad; las perspectivas que nos ofrece y los cambios que nos hace atravesar deben corresponderse al final con un estado real del universo. La religión sin Dios no tiene sentido (excepto, quizá, para los budistas). Por eso las creencias, para la mayoría de los cristianos que respetan la verdad, la lógica y la ciencia, suponen una entrada voluntaria en la incertidumbre. Esto implica la decisión de sostener los riesgos de vivir en condicional, escoger una vida a la sombra de un “a lo mejor” o un “quizá”, entre los muchos “a lo mejor” o “quizá” de este mundo; donde las respuestas definitivas no están a nuestro alcance, y todo lo que sabemos sobre ciertos asuntos debemos aprenderlo medio a tientas, a través de un cristal.

Este es el fundamento que nos permite, a rasgos generales, acceder con imaginación a la postura de ustedes. Nunca he conocido a un cristiano que no se sintiera identificado con la experiencia de creer en un Dios ausente. Muchos hemos sido ateos en algún momento. Muchos aún lo somos, de vez en cuando: una característica recurrente de la fe es que cada cierto tiempo pasa por etapas de duda. Eso no significa que pensemos secretamente que tienen ustedes razón, en el fondo; ni que a cierto nivel semiinconsciente sepamos que sólo estamos construyendo patéticos castillos de arena para ser derribados por la impetuosa, inevitable, obligatoria marea creciente de la Razón. Significa que reconocemos que ambos, usted y yo, estamos operando en un campo donde no podemos saber quién tiene razón. La reacción adecuada es la humildad, la conciencia de nuestra propia falibilidad.

Quizá también —bromas aparte— esta pueda ser la base sobre la que creyentes y ateos puedan alcanzar una declaración de paz, y hablar entre ellos de manera un poco más productiva. En ambos lados guardamos nuestras certezas en el armario, y nos conformamos, compañeros en la toma de decisiones bajo la incertidumbre, con comparar las ventajas y desventajas de las casas de emoción que nuestras posturas nos impiden habitar: ambas reales, en el sentido de que ambas se han construido con la experiencia, y ambas cimentadas, en última instancia, sobre lo incognoscible. Ustedes sacan la carta de la dignidad del materialismo, y nosotros ponemos al lado la aceptación cristiana de lo trágico, lo desechado, lo irreparable. Ustedes sacan el humillante descubrimiento de la pequeñez y la contingencia de la humanidad en el cosmos, y la idea enaltecedora de que en cualquier caso la vida humana sigue teniendo sentido. Nosotros sacamos la universalidad del fracaso humano, y la esperanza de escapar de la búsqueda eterna del beneficio propio. Nosotros enseñamos nuestras cartas y ustedes enseñan las suyas. Y juntos admiramos las previsibles apuestas que nos sostienen.

No obstante —y ahora sí que intento provocar— antes de eso, creo que ustedes deberían ser un poco más claros sobre cuál es el contenido emocional de su ateísmo. Ustedes son quienes aseguran estar actuando a partir de una simple carencia, a partir de una no-creencia, pero, ya que hablamos de ausencias, el ateísmo contemporáneo no parece involucrar sentimientos convincentes ni de lejos. No todo es leer a Lucrecio, o pensar en la naturaleza de las cosas hermosas. Para muchos de ustedes, el objetivo del ateísmo parece ser no tanto la no-relación con Dios, como una viva y hostil relación con los creyentes. La misma existencia de la religión parece ser una afrenta, un atrevimiento, un picor que no pueden evitar rascar. La gente a la que no le gusta coleccionar sellos no tiene una revista especializada llamada El Antifilatélico. Ustedes sí. Lo que hacen es el equivalente a irse un domingo a la plaza Mayor de Madrid con pancartas contra la venta de sellos. Cuando en un diario progresista se habla de eso de las creencias, los comentarios suelen estar copados por tertulianos que lanzan su desprecio con la misma fuerza que un extintor de incendios. Es como si hubiera una pequeña onda transgresora de satisfacción que solo se pudiera alcanzar pronunciando palabras despectivas allí donde un cristiano de verdad pueda oírlas. Y esto no puede ser bueno para ustedes. Nunca es buena idea creer que el placer de la agresión esconde detrás una virtud. Se lo dice una persona religiosa. Eso sí que lo sabemos con certeza.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

150. El Jardín de las Delicias según Javier Sierra

Con motivo del II Centenario del Museo del Prado en 2019,
el escritor y ganador del Premio Planeta 2017, Javier Sierra,
ha escrito una columna en el periódico El Mundo aportando una
posible interpretación para "El Jardín de las Delicias" de El Bosco,
que ya apareció en su libro El Maestro del Prado

Resultado de imagen de el jardín de las delicias


"¿Qué clase de consuelo buscó Felipe II, en septiembre de 1598, cuando pidió a sus ayudantes de cámara que le llevaran al dormitorio este extraño tríptico? Sus aposentos en El Escorial no eran mucho mayores que una celda, y aquellas tablas de 2,20 m. de altura debieron desbordarla. El rey había elegido este cuadro de la colección para su meditatio mortis. Sabía que le quedaba poco de vida. Y pensó que quizá las pinceladas de El Bosco le ayudarían a salvar su alma. Todo es misterio alrededor de esta obra. Incluso su título. Hoy la conocemos como "El Jardín de las Delicias", en otro tiempo lo fue como "Pintura de la variedad del mundo, que llaman del Madroño" e incluso como "El Reino Milenario". Esta última acepción podría esconder la clave para su interpretación. En plena II Guerra Mundial Wilhelm Fraenger, estudioso alemán perseguido por los nazis, encontró en las profecías de un místico calabrés del siglo XII la posible fuente de inspiración de El Bosco. Según él, fueron las visiones de Joaquín de Fiore las que motivaron al artista de Hertogenbosch (Países Bajos). De Fiore, durante un éxtasis en el monte Tabor, comprendió que la Historia de la Humanidad se dividía en tres etapas: el Reino del Padre - que la tabla de El Bosco representa en la grisalla que cierra el tríptico -, el del Hijo - que es el nuestro, lleno de pecado y sufrimiento, representados por la tabla derecha y la central - y el del Espíritu o Mileniario, un mundo perfecto que llegaría en 1260 y que nos traería a Jesús de vuelta a la Tierra para crear a un nuevo Adán y una nueva Eva (tabla de la izquierda). El jardín debe, pues, leerse de derecha a izquierda, como el hebreo, la lengua de Dios. Algo que la secta centroeuropea de los adamitas defendió incluso cuando la profecía de De Fiore había fracasado. En el fondo, tuvimos suerte. Sin esa fe, hoy no tendríamos esta maravilla en el Prado."  

La tesis de la profecía de Joaquín de Fiore para interpretar esta pieza de El Bosco que propone Javier Sierra me parece bastante acertada. Pero de igual modo, creo que simplifica en exceso la obra. Quizá el fondo, la intención sea plasmar las tres Edades del Hombre, pero sin duda no explica el por qué hacerlo de esta manera. Hay formas mucho más sencillas de plasmar las ideas de De Fiore en pintura, sin necesidad de recurrir a tantos artificios en una época en la que la pintura no era ningún lujo. El Bosco pintó todo lo que pintó (no sólo en "El Jardín de las Delicias") porque, creo, lo llevaba dentro y necesitaba sacarlo. En mi opinión, esta obra es una mezcla entre la profecía de De Fiore y las enseñanzas de la Devotio Moderna de la Hermandad de Nuestra Señora a la que pertenecía El Bosco. Los que me venís leyendo desde hace tiempo y los que habéis hecho conmigo la visita por el Museo del Prado ya conocéis mi versión de los hechos, así que no voy a decir más por aquí ya que ése es mi trabajo. Pero para mí, todos los símbolos que aparecen desperdigados por la pintura tienen un sentido y una finalidad muy concretos...  

miércoles, 21 de noviembre de 2018

149. El peor crimen de Grindelwald es dejarnos a medias

Imagen relacionada

Draco dormiens nunquam titilandus, magos y brujas. El viernes pasado, 16 de Noviembre de 2018, fui a ver finalmente Animales fantásticos. Los crímenes de Grindewald, una película cuyo final me dejó bastante tocado, casi tanto como el final de Los Vengadores. Infinity War. No es una temática recurrente en este blog el análisis de blockbusters de la cultura popular (para ello ya tengo un curso que estoy desarrollando en Escuela de Atención), pero sí quiero comentar algunos detalles de la película que me han llamado poderosamente la atención. Por supuesto, OJO CUIDAO que se vienen spoilers. Así que, si aún no has visto la película, sal de aquí. Huye rápido. Huye lejos.

Tengo que decir que, como suele ocurrir en las fechas de estreno de este tipo de películas, el cine estaba lleno de chavales de 15/16 años que no podían reprimir sus comentarios y risotadas, así que no disfruté de la película todo lo que me habría gustado. La trama al principio me pareció algo compleja, pero en realidad todo se resume a esto: Credence, el personaje de la entrega anterior que tiene un Obscurus dentro (lo que le convierte en un Obscurial) y que pareció haber muerto en la batalla de Nueva York, sobrevivió y está buscando sus orígenes. Para ponernos un poco en situación, un Obscurus es una fuerza parasitaria en forma de energía que se manifiesta en los niños que reprimen sus poderes mágicos, habitualmente sufriendo abusos físicos o psicológicos. Credence Barebone es el Obscurial de la saga Animales fantásticos, el otro Obscurial de quien tenemos noticia (al menos aparentemente) era la hermana pequeña de Albus Dumbledore, Ariana.
Imagen relacionada
El Obscurus se manifiesta desde el interior de Credence mientras, al fondo,
Percival Graves (Gellert Grindelwald disfrazado) tortura a Newt Scamander 
en la película Animales fantásticos y dónde encontrarlos

Vemos que la película empieza con Gellert Grindelwald detenido. Es interesante: Gellert es la versión búlgara del nombre "Gerardo", que significa "fuerte y vigoroso". El villano de la película es un mago anglo-búlgaro cuyo apellido me remite inmediatamente a Gréndel, uno de los tres antagonistas del poema anglosajón Beowulf al que se considera hijo de Caín y cuyo nombre significa "destructor". Quizá sea una mera casualidad, pero viendo cómo trata J.K. Rowling su saga y a sus personajes, lo dudo mucho. El caso es que en la película todo el mundo está buscando a Credence, unos para matarle y otros para protegerle. Durante toda la película se habla de un "legado familiar" importante. Además la película se desarrolla, en su mayoría, en París. Yo cuando oía hablar de legados familiares importantes en Francia me venía a la mente de inmediato la dinastía de los Merovingios, con toda la mitología a su alrededor (se les consideraba descendientes de Jesús de Nazaret y María Magdalena, y se les atribuían poderes mágicos). Me gusta pensar que Rowling ha querido hacer un guiño a la dinastía francesa. El caso es que Credence ahora se encuentra refugiado en un circo de fenómenos mágicos, donde parece haber intimado con una de sus compañeras, el personaje interpretado por Claudia Kim y que ha sembrado tanto halagos como indignaciones. El motivo, su identidad: se llama Nagini.
Resultado de imagen de nagini

A mí me ha encantado esta revelación. Resulta que Nagini es una maleditcus, una humana que por un maleficio de sangre está condenada a transformarse en serpiente. En la película se revela que con el tiempo será incapaz de regresar a su forma humana... tal y como vemos en las películas de Harry Potter, donde es fiel sirviente y horrocrux de Voldemort. Mucha gente se ha preguntado sobre su cambio de actitud, ya que no parece ser malvada en Animales fantásticos. La explicación, creo, es muy simple: tal y como les ocurre a los animagos, si pasan demasiado tiempo convertidos en animales van perdiendo poco a poco sus capacidades humanas y se convierten en bestias. Pero eso es sólo mi opinión, habrá que ver cómo se van desarrollando las películas y el personaje de Nagini. Por cierto, este personaje se vincula a las diosas-serpiente de las tradiciones religiosas del mundo: primero Tiamat y luego Nammu, esposa de Anu, en los pueblos de Mesopotamia, Ular en India e Indonesia, Uadyet en Egipto, Neith en Libia o la famosa Reina de las Serpientes de Creta. Pero lo mejor (para mí) es su nombre: Nagini remite inmediatamente a los nagas, las criaturas con forma de serpiente de la mitología hinduista. Pero como tampoco quiero que esta entrada se haga demasiado larga, vamos al final.

Imagen relacionada

Después de haber vivido la visión que experimenta un joven Albus Dumbledore ante el Espejo de Oesed ("deseo" escrito al revés, tal y como se vería en un espejo), la aparición de Nicolas Flamel (rabino, burgués y alquimista francés del siglo XIV) y la confrontación final entre Leta Lestrange, los aurores y Gellert Grindewald, vemos a éste último junto a sus seguidores en su fortaleza de Nurmengard, en los Alpes suizos. Con él está Credence, que se ha separado de Nagini con el convencimiento de que Grindelwald sabe quién es él. Y así termina la película: Gellert revela que el verdadero nombre de Credence es Aurelius Dumbledore.

¡¡BOOM!!

Esto nos ha dejado impactados. Grindelwald dice incluso que Albus Dumbledore es el hermano de Credence, lo que le convierte también en hermano de Aberforth y Ariana. Además, un polluelo que acompañaba a Creedence se transforma en fénix, apoyando la leyenda familiar de que un Ave Fénix acudirá en ayuda de cualquier Dumbledore que tenga problemas. Ante esta perspectiva, sólo tenemos dos opciones.

1) Que sea verdad. De ser así, ¿cómo es posible? Credence (o Aurelius) es demasiado joven. El pater familias de los Dumbledore murió en Azkaban tras maldecir a tres muggles que habían agredido a Ariana, mientras que su madre Kendra también había muerto varios años antes, al igual que Ariana. Nunca se ha mencionado un cuarto hermano Dumbledore, ni en los libros ni en las películas. Pero si el Fénix es real y Aurelius parece tener el poder de los Dumbledore (destruye una montaña cercana de un encantamiento), Albus nunca habría reconocido a su hermano perdido... o quizás sea un hijo bastardo de Percival, de alguna manera. O de Kendra. También se dice que podría ser el hijo de Ariana, lo que le convertiría en el sobrino de Albus, y no el hermano que dice Grindelwald.

2) Que sea mentira. Es lo más plausible, y lo que yo creo: es un invento de Grindelwald para manipular a Credence y hacerle odiar a Albus Dumbledore por no haber recibido el mismo cariño y así, consciente del poder del chico, conseguir que mate al profesor. Después de todo, Albus Dumbledore es el único mago que puede parar los pies a Grindelwald. Y es cierto que vemos aparecer un Ave Fénix al final, pero puede que no sea un fénix real sino un truco de Grindelwald, que haya convertido a la cría de cuervo en un fénix como parte del plan para manipular a Credence. Hay otra cuestión que apoya esta posibilidad: la verdadera misión de Grimmson en París era matar a la mujer medio elfa que cuidaba a Credence de pequeño, para evitar que le revelase a Credence su verdadera identidad. Así se lo reconoce a Grindelwald bajo el puente.

En conclusión, creo que Credence no es un Dumbledore, sino que está siendo manipulado por Gindelwald para que mate a Albus y así poder finalmente conquistar Gran Bretaña. Pero bueno, habrá que esperar a 2020 para saber la verdad... en fin, hasta aquí la entrada. Si os gustó Animales fantásticos y dónde encontrarlos, creo que Los crímenes de Grindelwald os va a gustar mucho más. Al menos, ese ha sido mi caso. Ultreia! 

Resultado de imagen de los crímenes de grindelwald

miércoles, 14 de noviembre de 2018

148. El significado de Bohemian Raphsody, parte II: Canción

La semana pasada estuvimos contando la historia de Fausto.
¿Por qué? Porque la experiencia que su historia relata es la que,
en cierto sentido, le da título a la canción. Este conflicto entre el
Bien y el Mal, ángeles contra demonios, la salvación final a través
del Sagrado Femenino... Sólo hay que cambiar el nombre de Fausto

Imagen relacionada

En efecto, la canción trata sobre Freddie Mercury. Que por cierto, su nombre de nacimiento era Farrokh Bulsara, nacido en Zaníbar (Tanzania) de origen indio y parsi. Los parsis son los descendientes de los persas que emigraron a India en el siglo VII escapando de la persecución religiosa de los musulmanes, y practican el zoroastrismo. Qué interesante que esta religión fuese la primera que hablase en términos de "bien" y "mal", "ángeles" y "demonios"; y que el apellido artístico que adoptase Bulsara fuese "Mercury", Mercurio, el dios romano del tránsito al Más Allá. Vamos viendo que nada es casualidad...

Bien, la rapsodia está dividida en siete partes (el 7 es el número de la magia):

1ª y 2ª: A Capella
3ª: Balada
4ª: Solo de guitarra
5ª: Ópera
6ª: Rock
7ª: "Coda" o acto final

La canción habla sobre un chico inocente que se cuestiona si esta vida es real o sólo es su imaginación distorsionada la que vive en otra realidad. Semejante concepto, aunque se ha tratado en todas las religiones y filosofías del mundo, es de origen indio (recordemos de dónde viene Freddie) y, por lo tanto, hindú: es lo que llamaron maya, el mundo ilusorio, una idea que ganó difusión internacional con la llegada del budismo. El caso es que el chico dice que, aunque él deje de vivir, el viento seguirá soplando sin su existencia. De modo que hace un pacto con el Diablo (que en el zoroastrismo recibe el nombre de Angra Mainyu o Ahrimán) y vende su alma. Y al tomar esta decisión, corre a contárselo a su madre y le dice:

Mama, just killed a man
     Put a gun against his head 
Pulled my trigger, now he's dead.
(…)

"Mamá, acabo de matar a un hombre, le puse una pistola en la cabeza y ahora está muerto", "he tirado mi vida a la basura", "si no estoy de vuelta mañana sigue hacia delante como si nada importara"... El hombre que ha matado es a él mismo, al propio Freddie Mercury. Si no cumple su pacto con el Diablo, morirá inmediatamente. Se despide de sus seres queridos y su madre empieza a llorar, las lágrimas y el llanto desesperado quedan reflejadas en las notas que emite la guitarra de Brian May. Freddie, asustado, grita:

Mama, oooh, I don't want to die

"Mamá, no quiero morir", y entonces comienza la parte operística. 
Resultado de imagen de plano astral

Freddie se encuentra en el plano astral, donde se ve a sí mismo:

I see a a Little silhouette of a man

(Veo la pequeña silueta de un hombre)

Scaramouche, scaramouche, will you do the Fandango? El Fandango es un baile típico español, que se caracteriza por tener una música y ritmo bastante acelerado. En la canción lo más probable es que haga referencia a una disputa o pelea. Además, scaramouche se traduce por "escaramuza", una disputa entre ejércitos a caballo, lo que nos remite a los 4 Jinetes del Apocalipsis. Éstos, representantes de la fuerzas del Mal, luchan contra las fuerzas del Bien por el alma de Freddie. Sigue diciendo:

Thunderbolt and lightning, very, very frightening me

(Truenos y relámpagos me asustan demasiado)

Esta frase aparece en la Biblia, concretamente en Job 37, que dice "el trueno y el relámpago me asustan, mi corazón late en mi pecho". Su madre, al verle tan asustado por la decisión que ha tomado su hijo, suplica que lo salven de ese pacto con Ahrimán. "Es sólo un pobre chico... Perdona su vida de esta monstruosidad. Lo que viene fácil, fácil se va, ¿le dejarás ir?" Sus súplicas son escuchadas y los ángeles descienden para luchar contra las fuerzas del Mal. La siguiente declamación es Bismillah, que significa "En el nombre de Dios" en árabe, y es la forma en la que empieza el Corán, el libro sagrado de los musulmanes. Así que el propio Dios aparece y grita "no te abandonaremos, dejadle marchar". Ante semejante enfrentamiento entre las fuerzas del Bien y del Mal, Freddie teme por la vida de su madre y le dice "mama mia, mama mia, let me go" (madre, déjame marchar). Vuelven a gritar desde el cielo que no van a abandonarle y Freddie grita "no, no, no, no", y dice "Belcebú (uno de los nombres del Señor de las Tinieblas) es posible que haya puesto un diablo contigo, madre". Y Freddie a continuación rinde homenaje a Wolfgang Amadeus Mozart y a Johann Sebastian Bach cuando canta: "Figaro, Magnifico", ya que hace referencia a Las Bodas de Fígaro de Mozart, considerada la mejor ópera dela historia; y al Magnificant de Bach. 

Aquí termina la parte operística y empieza la más rockera. El Diablo, colérico y traicionado por Freddie al no cumplir el pacto, le dice: "¿Crees que puedes insultarme de esa manera? ¿Crees que puedes acudir a mí para luego abandonarme? ¿Crees que puedes amarme y dejarme morir?".  Es maravilloso cómo el Adversario se encuentra impotente ante un simple mortal, ante el arrepentimiento y el amor (aunque un trato es un trato, yo estoy en Ahrimán en esto). El caso es que, perdida la batalla, el Diablo renuncia al alma de Freddie y se marcha.

Resultado de imagen de el diablo

Aquí llega el último acto o "coda", donde Freddie ha sido liberado y esa sensación le reconforta. Suena un gong, que cierra la canción. El gong es un instrumento utilizado desde tiempos ancestrales en China y en el Extremo Oriente para sanar a aquellas personas que están o han estado poseídas por espíritus malignos.

La canción dura 5:55, y el número 555 está asociado a Cristo-Dios, pero también al cambio y al tránsito; es decir, es el número de un final que da comienzo a una nueva etapa. Esto encaja con que Freddie decidiese llamarse Mercury (el dios romano del tránsito), o que la canción sonase por primera vez en Samhain, la festividad celta en la que la frontera del mundo natural con el mundo espiritual se debilitaba y ambos mundos se unían, permitiendo a los espíritus regresar. Como vemos, en Bohemian Rhapsody todo está muy medido y calculado, trascendiendo el significado de una simple canción. Well done, Freddie.

Resultado de imagen de freddie mercury

P.D. Jorge Palazon ha escrito un hilo en Twitter en el que explica esta historia sin detenerse demasiado en los detalles (imagino que por motivos de espacio). Él es seguidor de Queen y miembro del club de fans desde 1986/87; por lo que sabe infinitamente más que yo, podéis buscarlo en la red. Simplemente he querido escribir esto aquí porque me parece una historia fantástica, y quería dejar constancia de que Freddie Mercury sabía perfectamente que estaba componiendo más que una canción. Palazon afirma además que en 1968, cuando Freddie empezó a crear esta canción en su cabeza, tenía un gran número de supersticiones y que en sueños se le aparecía ni más ni menos que Ahura Mazda, el dios del zoroastrismo. En fin, como digo, esta canción es todo un mundo, igual que su compositor. No sé qué tal estará la película, pero si hace hincapié en este tipo de cosas, lo sabré pronto. Ultreia!