Emblema de la Hermandad del Torreón
Bien, en la entrada anterior dejamos un cabo suelto, cuál era mi opinión sobre El Código Da Vinci. Dije que me parecía una obra que había sido muy mal interpretada. Es un libro que ha causado muchísimo alboroto porque supuestamente ataca a los orígenes y fundamentos de la Iglesia, la integridad del Opus Dei y mil cosas más. Se ha acusado a este libro y al autor de tantas cosas que ya no recuerdo. Y quiero dejar claras dos cosas. Lo único que hace Dan Brown es coger una idea que lleva mucho tiempo dando vueltas por Europa, el matrimonio de Jesús con María Magdalena, y convertirlo en una novela. Dan Brown no inventa nada, simplemente recopila el trabajo de muchos estudiosos de la historia y las Escrituras y con ella crea una historia de ficción. Como digo él no se inventa nada, por lo tanto esas críticas sobran. Sin embargo, lo más importante es que no se ha entendido el mensaje de la obra. ¿Recuerdas la entrada anterior, cuando hablábamos del Santo Grial? Decíamos que no era una copa, sino el símbolo de la Diosa Madre. Pues Dan Brown también lo sabe. Es un maestro de la simbología, por amor de Dios. Le encanta jugar con estas cosas, lo hace en todos sus libros. Y en este caso, juega con la tesis de que el Santo Grial son los restos mortales de María Magdalena, la descendencia de Cristo y los documentos que lo demuestran... al mismo tiempo que da a entender que el verdadero Santo Grial no es algo físico. Que es el objeto de tributo a la Diosa. Lo dice en el segundo capítulo, cuando descubren el cadáver de Jacques Saunière con el símbolo del Sagrado Femenino dibujado con sangre sobre su cuerpo. María Magdalena es otra de las diosas. Y la respuesta final del libro es que no importa si el Grial existe o no, si es algo físico o sólo un símbolo, porque lo que importa es la fe de la gente. Aquello que les lleva a vivir sus vidas y a perseguir sus sueños. Por lo tanto la auténtica naturaleza del Grial pasa a ser irrelevante. No parece que sean muchos los que han interpretado así El Código Da Vinci...
El propio Dan Brown, en los agradecimientos del final de la obra, menciona a su editor y le da las gracias por ser el primero en entender el verdadero sentido de la obra. Dan Brown está hablando de la necesidad de regresar a la Gran Madre, tal y como dejé claro en la anterior entrada. Pero claro, es mucho más atractiva la polémica fácil... Ni siquiera Javier Sierra, que es uno de mis autores de referencia, parece que fue capaz de entender el sentido de este libro. De manera que espero que haya quedado claro. Y quiero terminar aquí, que hoy estoy cansado. Usaré esta entrada como complemento de la anterior. Ya lo sabéis, lectores: El Código Da Vinci habla en realidad de volver a ser uno con la Madre Tierra. Un comentario más antes de cerrar y despedirnos: si el lector siente curiosidad por todo este culto a la Diosa del que vengo hablando hace unas cuantas entradas, que se esté atento a los próximos meses. Porque cuando termine de escribir En Busca de la Eternidad, el libro sobre el esoterismo nazi, voy a empezar otro que habla precisamente de la figura de la Magna Mater. Ya tengo hecho un breve borrador. Se llamará Símbolos del perdido Sagrado Femenino. Pero para leerlo tendréis que esperar unos meses más. Gracias por , estar ahí y... sé que tendría que pasarme por aquí el martes, pero no va a poder ser. Tendrá que ser el miércoles. El martes empiezo a las 9:00 las clases del segundo trimestre en la UNED, me voy a trabajar al Museo y a las 19:00 tengo el curso sobre la Biblia en el Arte y llego a casa a las 10:30. Dudo mucho que tenga fuerzas para escribir.
¡Pero el miércoles sin falta! Prometido.
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