El propio Dios Yahvé dijo:
<< Muera irremediablemente el que blasfeme en nombre del Señor,
acabará con él a pedradas todo el pueblo, ora sea ciudadano o
bien extranjero, quien blasfeme el nombre de su Señor, muera sin remedio. >>
Levítico 24:16
Los escribas, al encontrar su nombre escrito, lo pronunciaron como Adonai y vocalizaron las consonantes YHVH con las vocales correspondientes a dicha palabra. Los traductores del hebreo, ignorando lo que habían hecho los escribas, leyeron la palabra y la transcribieron tal y como aparecía escrita, y tomaron los signos de las vocales como elementos intrínsecos del nombre de Dios en lugar de como un mero recordatorio para que no se pronunciara, que es lo que era en realidad. El resultado de este malentendido ha sido el término "Jehová" o "Yahvé". Los textos que nos han llegado de los primeros padres de la Iglesia en griego demuestran que las formas Yavé y Yaó son tradicionales, así como las formas abreviadas del hebreo en las palabras "Yah" (Salmos 68:4, por ejemplo) y "Yahú" o "Jahú", como nombres propios. Indica que en origen el nombre se pronunciaba Yawé o Yahvé. En su sentido etimológico, es la tercera persona del singular, imperfecto, del verbo havá (o hayá), que significa "ser". Los antiguos intérpretes explican el verbo de forma abstracta y metafísica: el "Yo soy el que soy" o "Yo soy el que es", es decir, lo que existe de forma absoluta, en lugar de tomarlo literalmente. De manera que Jehová y Yahvé son prácticamente lo mismo, fruto de una especulación que los autores posteriores hicieron de los escritos de los escribas judíos. Ahora bien, nos queda por contemplar el tercer nombre de Dios, el cual está envuelto en polémica. Como ya se ha dicho, es una palabra plural. Muchos eruditos judíos y eclesiásticos defienden que se trata del plural mayestático, o el superlativo, de Dios (en hebreo, El). El término "Elohim" ha sido explicado como ese plural derivado de El. Muchos estudiosos discuten acerca del alcance de la "lucha" en la que se vio envuelto el patriarca Jacob: el nombre Israel (Isra-El) significa "el que lucha contra El", según el libro del Génesis:
<< Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con
Elohim (Dios) y los hombres, y has vencido. >>
Génesis 32:28
Existen dos hipótesis encontradas respecto a Elohim. La primera es la del plural mayestático, que es como traduce la Biblia este pasaje del Génesis. Según esta hipótesis, el estrato elohísta es relativamente moderno (siglo VIII a.C.) respecto al yahvista (siglo X a.C.), ya que en sus escritos se observa una mayor elaboración teológica. Destaca la relación exclusiva entre el Dios de Israel y el pueblo que pertenece a ese Dios. Por otra parte, nos encontramos con la hipótesis del plural "dioses". Los antiguos semitas creían que el mundo estaba rodeado, penetrado y gobernado por Elohim, incontables seres activos, análogos a los espíritus de los nativos (más o menos como los midiclorianos del universo Star Wars). Referente a la hipótesis de la palabra "Elohim" como el plural "dioses", según los partidarios de la hipótesis del plural mayestático, sería difícil de mantener en un texto como el del Pentateuco, que representaría una apología contra el politeísmo. La palabra "Elohim" es un título, no un nombre personal. En los textos hebreos, cuando se refieren al Dios de Israel, es acompañado por el artículo indefinido ha, "el, la, los, las". De esta manera, Ha Elohim se traduce literalmente como "los Dioses". No obstante, es interpretado como "el Dios". Pero el hebreo bíblico tiene la característica de expresar en plural no únicamente la multiplicidad, sino también la magnitud, la extensión o hasta la dignidad. Se trataría simplemente de lo que se conoce en gramática como pluralis excellentiae o pluralis maiestatis,una forma de plural abstracto, que resume las características variadas inherentes al concepto. De tal manera que este plural es cuantitativo, usado para denotar la ilimitada grandeza. Este plural implica la infinita plenitud de Fuerza y Poder que descansa en el ser divino, de igual manera que la pluralidad de Dios desde la creación hasta el fin de los tiempos, según el Apocalipsis. No obstante, y ya para terminar, el plural Elohim es peculiar en el Antiguo Testamento. Aparece sólo en hebreo antiguo y no en ninguna otra lengua semítica. Es a lo largo del AT el nombre general de Dios, y de hecho es usado con especial énfasis en los salmos Elohísticos, llamados así por su uso. Pero añadiendo algo más a los misterios que rodean al uso de todos los nombres de Dios en el Antiguo Testamento, tenemos que Elohim puede ser usado también para designar a dioses paganos e incluso es usado una vez para nombrar una manifestación sobrenatural de terror en Samuel 28:13.
El término hebreo Elohim
Hasta aquí las explicaciones sobre los distintos nombres de Dios. Para la próxima entrada me gustaría que hablásemos un poco, a raíz del tema que hemos tratado hoy, sobre uno de los evangelios gnósticos con los que estoy trabajando actualmente: El Libro Secreto de Juan. Y quizá alguno de vosotros se pregunte: ¿qué tiene que ver un evangelio gnóstico con Yahvé/Jehová/Elohim? Pues mucho, curiosamente. Si tenéis curiosidad, tendréis que esperar hasta el próximo miércoles... pero os adelanto una cosa: ¿qué ocurriría si el propio Jesús dijese que el Dios que aparece en el Antiguo Testamento no es Dios? Ahí lo dejo.
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