miércoles, 14 de febrero de 2018

111. Tiempo de búsqueda

En las últimas semanas estoy confirmando lo que llevo ya tiempo sospechando: padecemos una enorme crisis espiritual. Y la llevamos arrastrando desde hace ya cuatrocientos años. Sin embargo, y con la intención de que esta entrada no resulte muy larga, voy a concretar. Digo que padecemos una crisis espiritual porque el mundo cambia constantemente, pero las grandes tradiciones religiosas no parecen ser capaces de seguir su ritmo. Me centraré en Europa y América, que son las regiones geográficas sobre las que más me he podido informar y también porque compartimos una cultura común y, por lo tanto, puedo forjarme una opinión al respecto y expresarla de forma consecuente. Me imagino que en la zona de Asia oriental, con China, Japón, Nepal, India y todas esas regiones pasará algo parecido a lo que voy a decir a continuación, pero no he podido constatarlo, por lo que guardaré silencio al respecto. Ahora bien, desde la Ilustración del siglo XVIII se ha atacado en Europa al pensamiento religioso por considerarlo, precisamente, anticuado y supersticioso. Sin embargo, el mismo siglo XVIII originó numerosas hermandades, grupos y sociedades de carácter religioso. Pues al final, tal y como hemos dicho en más de una ocasión, "religión" proviene de religare, es decir, de unir. ¿Unir qué? Lo de arriba con lo de abajo, lo de dentro con lo de fuera... eso depende de cada sistema religioso. Pero la religión se fundamenta sobre el hecho de que somos seres conscientes de que el mundo es dual, y que hay una realidad que somos nosotros y otra que no somos nosotros. Y como también somos animales sociales y políticos, estamos biológicamente "diseñados" para relacionarnos con esa realidad que es distinta a nosotros mismos. Ésa es la unión, y es el primer nivel de la trascendencia (podéis recordar los tres niveles de la trascendencia aquí). Relacionarnos con los demás implica ponernos en la situación de los demás, y ver las cosas desde otra perspectiva. Por eso nosotros dejamos de ser nosotros y nos unimos a "algo más". Ése es el principio religioso por antonomasia, la unión con algo más grande que nosotros mismos: alguien más, un ideal, un objetivo... Sin embargo, los líderes encargados de la transmisión de las enseñanzas religiosas han hecho un trabajo tan nefasto que en el siglo XXI hemos adoptado el pensamiento de religión = judaísmo, cristianismo o islam. Y no sólo eso, sino que los consideramos sistemas anclados en el pasado, cosa de nuestros abuelos, pero en lo que no debemos creer. Como si la creencia consistiese en aceptar un dogma metafísico sentado en el sillón de nuestra casa. No, la creencia consiste en establecer un sistema de actuación. Hacer tal cosa y no tal otra conforma nuestra creencia. No es, como a menudo se piensa erróneamente, "creo en Dios y por lo tanto voy a misa", sino "voy a misa porque creo en Dios". Y aunque no lo parezca, hay una diferenciación de concepto fundamental. Porque ir a misa significa tomar parte del ritual católico, pero también se aplica a lo que haces, cómo vives tu vida, fuera de misa. Es decir, tu configuración como persona define tu creencia. 


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Los rituales religiosos de todos los lugares y de todas las épocas han tenido como objetivo acentuar la relación de lo humano con lo trascendente e influir de alguna forma en los inescrutables designios, en caso de haberlos, de lo divino. Una forma de conexión con lo sagrado, pero también con lo profano

Sin embargo, alejados de ese sentido (que es inherente al ser humano, porque todos nosotros sabemos que hay algo más grande que nosotros mismos: los ideales universales del amor, la justicia, la paz, la propia humanidad o el cosmos, etc.), hoy en día la gente, especialmente los jóvenes, están buscando una nueva conexión espiritual, pues la religión de sus antepasados no les satisface (quizá por no estar bien explicada, aunque ahí no me meto). Este vacío, esta crisis espiritual gravísima, porque implica la ausencia de un elemento fundamental del ser humano; este vacío como digo, ha venido a ser llenado por el fenómeno denominado new age. Y curiosamente, todos los movimientos new age beben de tradiciones preexistentes, vistas desde otros puntos de vista. Lo cual, como todo, tiene su lado negativo y positivo (personalmente me parece que pesan más los negativos que los positivos, pero no es ése el tema que nos ocupa). Y es que la razón por la que estoy escribiendo esta entrada es por las cosas que estoy viendo últimamente a este respecto. Baste destacar, por el momento, dos post vinculados con este movimiento new age. El primero es un comentario que he recibido yo en este mismo blog. A continuación lo transcribo tal cual fue publicado en El Libro Secreto de Juan. Parte III:


¡¡¡Hola!!! Quieres ser un miembro de los grandes illuminati y comenzar
a recibir € 90,000,000Euros, mensualmente y ser popular entre otros y
tener riquezas y fama, esta es la única oportunidad de ser de los illuminati
... Fui enviado por el masón alto jefe para traer a 52 miembros a los illuminati,
he obtenido 32, así que buscamos 20, así que intente ser una de las personas
más importantes para ser rico y famoso, WhatsApp en: +2348147226753. O 
envíenos un correo electrónico a greatilluminati0666@gmail.com, para que
podamos comenzar el proceso de unión !!!

Bueno, hay tantas cosas mal en este mensaje que no sé por dónde empezar. Lo primero que choca es que, siendo supuestamente una sociedad secreta que gobierna el mundo en la sombra (y de la que hablo en el vídeo de la semana en mi canal, que podéis ver aquí), ¿cómo es que se dan a conocer así a la ligera y reclamando membresía en un comentario de un blog ABIERTO? No parece muy inteligente. Pero bueno, analizando el mensaje... lo primero, que los illuminati no parecen muy malos siendo tan efusivos al saludar (con ese "hola" acompañado de tres signos de exclamación). Luego, dan 90 millones de euros mensualmente así porque sí, by the face. Ser popular, riquezas, fama... en fin, lo que habitualmente se promete porque parece que es la meta a alcanzar. Me hace especial gracia que me diga que le envía el "masón alto jefe", que parece más el nombre de un líder de una tribu de nativos americanos que del de una sociedad secreta. Para empezar, los vínculos de la masonería con los illuminati se pierden a finales del siglo XVII y principios del XVIII, y por supuesto que un masón no estaría al mando de los illuminati. Además, el rango más alto dentro de la masonería recibe el nombre de "Venerable Maestro", no de "masón alto jefe". Después el famoso truco de clickbait de que hay plazas limitadas para unirse a sus filas, no pierdas la oportunidad, y bla bla bla. Por último, me hace especial gracia que los illuminati, como supuesto grupo de poder mundial, tenga whatsapp y correo electrónico compartido. Me parece genial, es como muy mono, como montar un grupito en facebook. En fin, que no, que no es serio. Pienso (y quiero creer) que es una broma, porque además quien publica el comentario lo hace bajo el nombre de Anton Szandor LaVey, nada menos que el fundador de la Iglesia de Satán. Es decir, que tenemos a illuminati, masones y satanistas metidos en el mismo saco. Muy profesional.

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Los Illuminati NO son y NUNCA han sido los dueños del mundo en la sombra. Esa teoría de la conspiración proviene de las acusaciones dirigidas en los siglos XVIII y XIX contra una hermandad universitaria conocida como Iluminados de Baviera, a quienes se acusaba de haber tomado parte e incluso haber instigado grandes acontecimiento de aquella época, como la Revolución Francesa. Sin embargo, nunca se pudo probar ninguna de esas acusaciones, considerando además que la hermandad desapareció por decreto gubernamental en 1785, junto a otras sociedades  

Ya hemos dicho en más de una ocasión que los Illuminati (los auténticos) eran científicos que buscaban demostrar la existencia de Dios a través de la ciencia, que fueron perseguidos por la Iglesia Católica, asesinados y obligados a pasar a la clandestinidad, desapareciendo su rastro por completo a principios del siglo XVIII. No creo necesario ahondar más en este asunto. El segundo punto que quiero tocar en la entrada me ha ocurrido esta misma semana, mientras preparaba mi clase. Resulta que estaba transcribiendo un pasaje de Historia, Vol. III de Heródoto sobre una entrevista entre embajadores persas y un rey de los etíopes cuando he visto que el historiador se refería a los primeros como "macrobios". Más tarde he podido averiguar que Heródoto les denomina así para concretar su lugar geográfico de procedencia, ya que el Imperio Persa (en ese momento bajo el mando de Cambises II) era inmenso. La sorpresa me la he llevado cuando, buscando el término, los primeros resultados que me han salido han sido de páginas tituladas elrinconparanormal, astillasderealidad, contraperiodismomatrix, mundodesconocido, esclavosdelsistema... En definitiva, un sinfín de páginas de marcado carácter conspiranoico. Por curiosidad, me he metido en una, a ver qué decía sobre los macrobios. Ésta es la imagen que da la bienvenida al artículo:

 

Esta "cadena de mando" (u orden universal, como lo exponen aquí) me ha hecho gracia. Me gusta pensar que el autor del dibujo (Giorgio Santucci) no es un conspiranoico, sino que ha querido hacer una broma... aunque aún estoy dudando sobre si el autor del post que acompaña esta ilustración piensa lo mismo. Según el dibujante, el orden del universo es como sigue: primero estás TÚ (el individuo) controlado por MARIO MONTI (ex-presidente del consejo de ministros de Italia), controlado a su vez por MASONES (qué sorpresa), controlados a su vez por ILLUMINATI (oh, sorpresón), controlados a su vez por los ANUNNAKI ELOHIM (literalmente "los hijos de Anu", el dios del cielo, los dioses de la mitología sumeria. Elohim es un término hebreo del que ya hemos hablado, que a pesar de tener número plural, se usa para referirse a YHVH). Estos supuestos "dioses astronautas" que habrían dado origen a los sistemas religiosos politeístas estarían controlados a su vez por REPTILIANOS (alienígenas con forma de reptil, como su propio nombre indica, que también han aportado mucho al mundo de la conspiración); controlados a su vez por otros alienígenas llamados GRIGI (los famosos "grises" de Hollywood), controlados a su vez por GALACTUS (un personaje creado por Marvel, es maravilloso), que a su vez está controlado por el archifamoso CTHULHU (el dios primigenio con cabeza de calamar creado por el inmortal Lovecraft). Todo esto, tomado desde el punto de vista de la comedia, me parece fantástico. Una genialidad. Sin embargo, el peligro está en tomarlo como realidad. Y eso es lo que, me da la sensación, hace el autor del post cuando, después de esta imagen, publica el siguiente texto:

Todas las religiones y visiones metafísicas de este mundo concluyen que hay seres
que pudieran trascender el universo de tres planos en el cual vivimos. Estas entidades,
bien sean llamadas "ángeles" o "espíritus" o "entidades" son los que se denominan los
Macrobios. Se supone que estas entidades han estado presentes entre los seres humanos
desde su existencia, siendo mencionados inclusive por la loca religión de la cienciología
al hablar de "Secuestros de almas extraterrestres por parte de Xenú." Hay varias teorías
sobre el origen y la existencia multidimensional de estos seres. Se han relacionado
comúnmente con los súcubos e íncubos (demonios que absorben energía sexual) y
también con las apariciones de espíritus y fantasmas. Aunque, entre los cristianos
extremistas dogmáticos más conservadores, se dice que estos seres pueden absorber
energía y debilitar a las personas por lazos o vinculaciones astrales que el sujeto realiza
independientemente por medio de ritualística. El Internet menciona que el Yoga y otras
formas de meditación sirven para el contacto de estas extrañas entidades, y que la forma
más efectiva de invocación es la llamada "Magia enochiana" de John Dee, la cual más
tarde retomó Crowley como uno de los pilares para su religión, el Astrum Argentum. 
Entre los conspiranoicos más acérrimos, se dice que estas entidades se encuentran
inclusive por encima de los reptilianos en la cadena de mando, y que podrían llegar a
tener la mentalidad y la estructura física de los insectos, siendo su forma relacionada
comúnmente con la de las mantis religiosas."

A ver... que cada uno piense lo que quiera, indudablemente. Ninguno de nosotros tiene derecho a erigirse en juez de los demás. De hecho, con la primera parte del post estoy bastante de acuerdo: casi todos los sistemas religiosos occidentales y algunos orientales cuentan con un sistema mitológico que expone la existencia de seres que viven en una realidad "superior" a la nuestra. La Kabalha del siglo II d.C. ya estableció con toda claridad que el Universo se dividía no en tres dimensiones, sino en diez (cosa que la ciencia ha corroborado hace pocos años), y que la creación era una emanación en diez niveles del Creador. Por tanto no es de extrañar que se desarrollase la doctrina de que, entre el primer nivel (Kether, la Corona, la Unidad plena) y el último (Maljut, el Reino, el mundo sensible en el que nos movemos) haya entidades que coexisten. Sin embargo, durante toda la Antigüedad y la Edad Media todas estas doctrinas se consideraron alegóricas, que encerraban enseñanzas más profundas. Tomarlas de modo literal habría sido una interpretación simplista y reduccionista... pero es justo lo que pasó. En la Edad Moderna, y sobre todo a partir del Romanticismo, mitos como la Atlántida o la existencia de los "macrobios" pasaron a considerarse de forma literal. Y esta lectura alcanzó su punto álgido durante la Alemania nazi, pues Heinrich Himmler y los suyos buscaron vehementemente las reliquias y objetos de poder de las distintas tradiciones religiosas para convertir al país germánico en el Reich de los mil años. Y es precisamente eso lo que me preocupa: al no profundizar lo suficiente en los sistemas religiosos e interpretar su mitología como acontecimientos históricos se crea una peligrosa mezcla que pervierte la enseñanza original... y la difunde por lo que el autor del post llama "el internet". Decir que el Yoga sirve para conectar con esas otras entidades es una falacia (sirve para conectar, sí, pero de fuera hacia dentro), exactamente igual que la supuesta "Magia enochiana" de John Dee, que mucho me temo que perdió también la cordura al creer que se estaba relacionando con los ángeles que habían ilustrado a Enoch (y que no resultó ser más que una estafa de Edward Kelly, su colaborador y reconocido estafador, que hizo que finalmente John Dee pasase de frecuentar los círculos de la corte de Isabel I de Inglaterra a morir olvidado y en la miseria en el siglo XVI). No he comprobado que Aleister Crowley (1875-1947) adoptase la supuesta "magia enochiana" en su religión, pero sí sé que no se denominó como dice el autor del post (Astrum Argentum), sino que su nombre fue Thelema ("haz tu voluntad"). Mucho me temo que Crowley fue uno más de los que se intentaron aprovechar de las gentes del siglo XX que estaban sufriendo esa gran crisis de espiritualidad y necesitaban nuevas experiencias (o antiguas experiencias revestidas con el manto de lo nuevo). Por eso todo ese repentino interés por los OVNIS o los fenómenos paranormales, así como la aparición de Thelema de Crowley o la Iglesia de Satán de LaVey. Por último, me resulta gracioso que esos entes, supuestamente por encima de la cadena de mando de los reptilianos, posean la mentalidad y la estructura física de las mantis religiosas. Es curioso que, siendo tan superiores y tan desarrollados, adopten las características de criaturas que todos conocemos. Es exactamente lo mismo que hacían los mitógrafos antiguos al construir sus sistemas religiosos: sus dioses estaban diseñados de acuerdo a la naturaleza que conocían. Es importante recordar que la religión proviene siempre de la experiencia, y estas creencias conspirativas y new age lo confirman: no hemos "superado" la religión de nuestros antepasados y descubierto la "verdad" del control alienígena. Únicamente hemos sustituido a unos dioses por otros. Porque el ser humano siempre va a necesitar el contacto con lo trascendente, no importa si éste se manifiesta en forma de rayo, elefante o mantis religiosa extraterrestre. La verdad no está ahí fuera, sino aquí. Hay otros mundos, pero están en éste. Y la búsqueda de un sistema religioso que supla las faltas de los anteriores continúa...

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