miércoles, 8 de marzo de 2017

75. La Señora de Madrid

Hoy, miércoles 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer, y en ARS OCCULTA queremos rendirles un homenaje. En un principio la idea era transcribir otro fragmento de algún capítulo de Símbolos del perdido Sagrado Femenino, pero ya hicimos eso no hace mucho (la entrada dedicada a las brujas, que por otra parte va muy acorde con la celebración de hoy y que podéis leer haciendo click aquí) y no quiero repetirme. En vez de eso, como en la entrada anterior hablamos de un rincón de Madrid (un fragmento del libro Rutas Sagradas referente al parque de El Capricho, al que podéis acceder aquí), he decidido seguir hablando sobre la capital española y en este caso de su vínculo con la mujer. Y, si hay una mujer que está relacionada con Madrid y a quien pertenece la ciudad es sin duda a la diosa frigia Kybéle, a la que griegos y romanos (y madrileños) denominaron Cibeles.

  Cibeles, una diosa tan famosa como desconocida

Aquellos que conozcan bien a la diosa Cibeles sabrán que no es casualidad que la primera competición madrileña de observación de aves dentro de la feria MadBird Fair se celebre precisamente junto a su plaza. A través del canto de las aves eran las sibilas y sus sacerdotes, los gallus, quienes interpretaban las profecías de esta diosa, hoy tan famosa como desconocida para la mayor parte de los madrileños. Y esto que digo no es una especulación mía: Pilar González Serrano hizo la prueba hace más de 20 años para un libro titulado La Cibeles, nuestra Señora de Madrid (1987), en el que preguntaba a un madrileño: ¿sabe usted quién es la Cibeles?. Éste respondió algo similar a: ¡Pues una fuente!, pero si se le interroga por si conoce algo sobre ella, aparte de alusiones al Real Madrid es probable que sólo conteste: ¡Que es muy bonita, la más bonita del mundo!. Sin embargo, para aquellos estudiosos en Historia de las Religiones, como González Serrano, la cuestión no es tan sencilla. ¿Qué hace una diosa frigia en la ciudad de Madrid?


 Resultado de imagen de cibeles dibujo ventura rodriguez
El dibujo que realizó Ventura Rodríguez de la fuente de Cibeles sobre un diseño del verdadero artífice del Salón del Prado, don José de Hermosilla, en el siglo XVIII

Para remontarse a la génesis de la Kybéle frigia hay que desplazarse hasta la región del Pesinonte, en Anatolia (Asia Menor) mucho antes del nacimiento de Jesucristo. Y es que, tal y como asegura el periodista y escritor José de Cora, la diosa Cibeles "es el personaje más antiguo del mundo", porque "recibe adoración desde el Neolítico". En efecto, Cibeles es la Gran Diosa, la diosa de la tierra, de la fertilidad, del renacimiento. Desde el Neolítico se ha acumulado mucha historia a sus espaldas. Se la conoce también como Rea, como Gaia... todas las diosas grandes madres del Mediterráneo tienen su nacimiento en Cibeles. Al principio fue un meteorito, una piedra negra a la que se veneraba por su origen celeste y como madre de los dioses, de los hombres y señora de todo el reino vegetal y animal. No es casual que su carro esté tirado por leones, ya que Cibeles es también la primigenia Potnia Theron, la Señora de las Bestias, título que en Grecia heredaría Artemisa. Su culto se expandió por el Mediterráneo gracias a la navegación frigia y en Grecia se la identificó por sincretismo con Rea, la diosa madre de Zeus, Poseidón, Hades, Deméter y el resto de los Olímpicos. 

  
Una Potnia Theron, Señora de las Bestias y diosa madre, sentada en un trono con dos leones a sus flancos. Creada durante el Neolítico (5.500 a.C.) en Çatalhöyük, actualmente se conserva en el Museo de Civilizaciones Anatolias en Ankara, Turquía. Posee ciertas similitudes iconográficas con Cibeles y Artemisa 

De su santuario frigio en Pesinunte (en la actual Turquía), la diosa fue trasladada al templo de Pérgamo, la ciudad donde nació el pergamino, donde la piedra negra fue venerada hasta la Segunda Guerra Púnica en el siglo III a.C. Roma atravesaba entonces una crisis grave, amenazada por las tropas cartaginesas de Aníbal. La situación era tan desesperada que los romanos acudieron a los Libros Sibilinos (comprados a la sibila de Cumas) y en ellos encontraron la respuesta: debían ir a buscar la "piedra de Cybele". El 10 de abril del año 204 a.C. entraba en la capital del Imperio romano la Magna Mater y la suerte de los romanos cambió, así que en su honor levantaron un templo en el Palatino. En la época de Augusto el culto a la Magna Mater gozó de gran popularidad y prestigio y así se mantuvo, con gran fuerza, hasta el siglo IV (en el que desapareció con la llegada e instauración del cristianismo). Las fiestas de Cibeles se celebraban durante el equinoccio de primavera y en ellas se conmemoraba la resurrección de Atis, su consorte, y se bañaba la imagen de Cibeles en el río. Y ya que mencionamos a Atis, hablemos de él...

 Resultado de imagen de cibeles y atis 
Cibeles en su carro con los leones y Atis, apoyado en un pino y tocado con el gorro frigio

Resultado de imagen de cibeles y atis
Atis aparece también en el surtidor de agua de la fuente de Cibeles

Atis fue el joven dios de la vegetación. Según el mito, era un joven de extraordinaria belleza a la que la diosa amaba y al que convirtió en el guardián de su templo, obligándole a permanecer fiel sexualmente sólo a ella. Sin embargo, Atis se enamoró de la ninfa Sagarítide y mantuvo relaciones sexuales con ella. Cibeles se enteró de la infidelidad y se dispuso a castigar a Atis. Sin embargo el joven, ante el terror que le provocaba la presencia de una Cibeles enfurecida (recordemos que es la Señora de las Bestias, dueña de la Naturaleza Salvaje y que representa el lado furioso y vengativo de la mujer) decidió castigarse a sí mismo antes que dejarse en manos de Cibeles. Así, cogió un cuchillo y se castró de un tajo limpio. Después murió desangrado. Cibeles perdonó a Atis y le resucitó, convirtiéndole en su consorte y en el conductor de su carro. Cuentan que Atis se castró bajo la sombra de un pino, y que por eso es el árbol que se le asocia. Aunque en realidad tiene más que ver con esos cultos de muerte-resurrección asociados a la figura de Atis en relación con Cibeles, ya que el pino es un árbol de hoja perenne, símbolo de la inmortalidad. Ésa es también la razón por la cual el carro de Cibeles en su fuente aparece adornado con piñas, como se puede ver bajo la cabeza de Atis en la imagen superior.

Ahora bien, ¿qué hacen Cibeles y Atis en Madrid? Hemos dicho antes que el diseño de Cibeles corrió a cargo de José de Hermosilla, un hombre cultísimo que había estado en Italia, y que es el responsable de que Cibeles se haya convertido en la nous, el símbolo de Madrid. Y es que este capitán de ingenieros recibió el encargo del Conde de Aranda en 1767 de que hiciera realidad los deseos del monarca español de aquel entonces, Carlos III, de repetir en Madrid el Foro Carolino de Nápoles. En otra ocasión hablaremos de la génesis del Salón del Prado, pues tiene muchos más recovecos de lo que nos han contado. Por ejemplo, nos han dicho que su diseño y ejecución fue de Ventura Rodríguez, quien seguía las órdenes del rey Carlos III. Sin embargo, los personajes entre bambalinas a quienes hay que darles el auténtico mérito es al maestro José de Hermosilla, un auténtico erudito, y a la madre del Borbón, Isabel de Farnesio, no menos culta. Fueron ellos los que concibieron y diseñaron gran parte del Madrid que conocemos hoy. Carlos III solamente llevó a cabo los proyectos diseñados por su madre y Ventura Rodríguez parece que era bastante "trepa" y se hizo con los bocetos y estudios de José de Hermosilla. Son cosas que suelen pasar: atribuimos a alguien el trabajo de otro, como Juan de Herrera y Juan Bautista de Toledo en El Escorial. En fin, la injusticia es lo que tiene.

  Imagen relacionada Imagen relacionada
José de Hermosilla y la reina Isabel de Farnesio, dos de las personas más cultas e inteligentes del Madrid del XVIII

El caso es que fue idea de la propia Isabel de Farnesio el poner a Madrid bajo la protección de Cibeles. Pero no sólo eso. Ella venía de París, la gran capital europea con un pasado glorioso. En cambio Madrid era poco más que un pueblo, así que encargó y financió la investigación de ese pasado para otorgar a Madrid una identidad mitológica y convertirla en una capital de altura para un reino de altura (esta investigación aparecerá más desarrollada en mi próximo libro La Osa & el Dragón: identidad mitológica de la ciudad de Madrid). Y así, la reina encontró el libro que un clérigo español había escrito en el siglo XVII por orden de Felipe III persiguiendo el mismo fin: el otorgar a Madrid de un pasado glorioso. El libro fue titulado A la muy antigua, noble y coronada villa de Madrid: Historia de su antigüedad, nobleza y grandeza. La mayor parte del libro es una trola, una mentira articulada por el pobre Jerónimo de la Quintana y por sus señores, pero fue una trola muy bien montada. En tal libro se relata los orígenes mitológicos de Madrid, casi equiparándola ¡a Roma! En efecto, lo mismo que Virgilio había hecho con Eneas, Jerónimo de la Quintana lo hizo con otro príncipe troyano, de nombre Bianor. No quiero extenderme en la explicación de este mito pues esta entrada ya va saliendo muy larga. Sin embargo, si tenéis curiosidad por conocer las venturas y desventuras de nuestro mitológico fundador, os dejo aquí la primera entrada que escribí en mi otro blog, EL BLOG DE BIANOR, en el que trato precisamente esta leyenda. 

Imagen relacionada
Portada del texto de Jerónimo de la Quintana, el creador de la identidad mitológica de Madrid

El erótico y violento culto que rodeaba a la diosa Cibeles (los sacerdotes gallus y archigallus tenían que castrarse a sí mismos violentamente ante la diosa, a imagen de Atis, antes de dedicarse a su culto; y quienes acudían a sus templos a purificarse o ser sanados eran bañados en la sangre de un toro, o de un carnero los menos pudientes) era perfectamente conocido por Isabel de Farnesio. El hallazgo de una piscina en la que se realizarían esos sacrificios ha llevado a pensar que Santa Eulalia de Bóveda, en Lugo, fuese un templo dedicado a Cibeles en su origen. Claro que fue muy censurada por el cristianismo porque su culto tenía mucha fuerza y acabó por cristianizarse a la diosa. Casi todas las representaciones más antiguas de Santa Eulalia eran en origen Cibeles. Cuenta la tradición que la santa vivió entre los siglos III y IV y que era una joven que enseñó y aconsejó a los niños y a los más necesitados y al morir vieron salir de su boca una blanca paloma. Se la vincula por ser la protectora de las aves y hasta por el nombre de Eulalia ("la bien hablada"), que haría referencia a una de las características de Cibeles, de la que se decía que respondía clara y acertadamente en los oráculos. En Santa Eulalia de Bóveda se pueden observar representaciones de pájaros, y en la catedral de Barcelona, donde se encuentra la cripta de Santa Eulalia, aún viven aves en su claustro. ¿Serán descendientes de las del culto a Cibeles? 

 Resultado de imagen de interior santa eulalia de boveda
Interior de Santa Eulalia de Bóveda, probablemente un primitivo templo dedicado a Cibeles

Resultado de imagen de cripta de santa eulalia  catedral de barcelona
Cripta de Santa Eulalia en la Catedral de Barcelona

En resumen, y ya para concluir, Cibeles es la Magna Mater, señora y protectora de la ciudad de Madrid por los vínculos que la unen mitológicamente con la ciudad. Tal y como relata la tradición, la diosa Metragirta era una de las divinidades de los carpetanos, que habitaban estas tierras (de hecho, Jerónimo de la Quintana especifica que esta ciudad era antes denominada Mantua Carpetana). Cuando el príncipe troyano Bianor sacrificó su vida para consagrar esta ciudad y sus habitantes al templo de Metragirta (Cibeles), la propia diosa descendió de los cielos, lo sacó del sepulcro y se lo llevó con ella al firmamento. Es de nuevo la Naturaleza, vinculada a los ciclos de muerte y resurrección, la que está contándonos la historia de Atis. Es la madre, esposa y hermana de todos nosotros. Es Cibeles, Rea, Metragirta, Gaia, Freyja, Artemisa, no importa qué nombre le pongamos. Sigue siendo Ella. Y las mujeres son sus hijas y sacerdotisas. ¿A qué estamos esperando para levantarles templos y dedicarles cultos?

Imagen relacionada

No hay comentarios:

Publicar un comentario