Sé que no tienen pinta de ser buenos cristianos, pero no pretenden serlo. Bueno, vamos al tema que nos ocupa. En primer lugar, he recibido quejas de algunos de nuestros lectores por las dos entradas anteriores, en los que acuso de hipocresía a la clase política. Pido disculpas a todos los que se hayan podido sentir ofendidos. Es una opinión personal, pero es cierto que esto no es un blog de opinión. Ofenderse es una consecuencia de la libertad de expresión. Pero bueno, hoy volvemos a nuestro cauce natural, lejos de mis opiniones exaltadas. Hoy vamos a hablar de la "resurrección" de Jesús. Sí, lo pongo entre comillas. Porque, según qué tradición cristiana sigamos, la resurrección de Jesús es un poderoso símbolo o una enorme mentira. Primero veamos qué nos dicen los Evangelios sobre este momento, que es uno de los pilares centrales del cristianismo. Se nos dice que a las 15:00 del Viernes Santo (la hora nona), estando en la cruz, Jesús gritó "Eli, Eli, lema sabajtani?", que significa "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". Y en aquel momento alguien (no se sabe quién), cogió una esponja, la empapó en lo que unos dicen que era vinagre y otros en un licor no identificado, la puso en una caña y se la dio de beber a Jesús. ¿Por qué? No se sabe. Desde luego no era una costumbre judía. El caso es que después de haber bebido ese líquido, Jesús dijo "nishlam", es decir, "se ha consumado". Eso nos lo dice el Evangelio de Juan, que es el más místico (y en mi opinión, el más puro) de los cuatro. Y tras haber dicho eso, se cerraron sus párpados y la cabeza cayó sobre sus hombros, quedando inerte. Un momento extraño en la crucifixión, pero aparentemente eso no tiene nada que ver con la resurrección. ¿Cuál es mi tesis? Que Jesús no murió en la cruz.
"Cristo crucificado", de Velázquez (1632). Museo del Prado, Madrid
Y aún hay algo más: la quinta llaga. Como en la tradición judía dejar morir a alguien era considerado de mal fario, un grupo de legionarios se acercó al Gólgota y les partió las piernas a los dos ladrones que había al lado de Jesús, para que sus cuerpos cayeran por su propio peso, se les oprimiesen los pulmones con su propia caja torácica y se asfixiasen. Esto era conocido como crurifragium, y era una manera de acelerar la muerte. No obstante, cuando iban a hacer lo mismo con Jesús, el centurión Casio Longinos hizo algo insólito: se acercó y le clavó su lanza en el costado. El nazareno ni se inmutó, y de ahí se dedujo que ya estaba muerto. ¿Cómo explicamos eso? De varias maneras. Primero, cuando fueron a dar el parte de la muerte de Jesús a Poncio Pilato, al propio gobernador le sorprendió que Jesús hubiese muerto tan pronto. Segundo, hay que tener en cuenta que los Evangelios que podemos leer actualmente han sufrido numerosas modificaciones con respecto a los originales. Pero incluso en los originales, se intentaba que la figura de Jesús representase al Mesías que habían predicho los profetas del Antiguo Testamento. Por eso, al considerar que Jesús estaba muerto y al no romperle las piernas, se cumplía la vieja profecía que decía que al Mesías no se le quebraría ni un solo hueso del cuerpo. ¿Pero cómo pudo Jesús soportar que Longinos le atravesase el costado con su lanza sin inmutarse? Pudo porque le habían drogado. No bromeo. ¿Qué creéis que era el líquido que le dan a beber de una esponja? En aquella época se conocían muchas sustancias que podían inducir a un estado de muerte aparente. A Jesús le noquearon, le drogaron para que pareciese que estaba muerto y así poder bajarle de la cruz y curarle. Y sí, digo curarle. ¿Pensáis que le llevaron al sepulcro y simplemente lo enterraron? Después de todo, así es como aparece en la mayoría de las representaciones artísticas, ¿verdad? Leamos de nuevo la Biblia.
"Santo Entierro", de Caravaggio (1604). Museos Vaticanos
Se me ha preguntado más de una vez si creo que Jesús existió. Resulta difícil no creerlo, ya que es un personaje que cambió la Historia del mundo de una manera radical. Ahora bien, creer todo lo que cuentan de él... eso es harina de otro costal. Pero en el caso de que consideremos que Jesús nunca existió, sino que es un personaje simbólico, la Resurrección claro que tiene lugar. Y mucha importancia. Ya lo he contado en la entrada de El Blog de Bianor, pero lo repito: Jesús murió porque tenía que morir. Porque es Dios encarnado, y su lugar no es este mundo. La Resurrección para él fue la manera de volver al mundo de Dios, a su lugar natural. Pero reveló a sus discípulos más cercanos que cada uno de nosotros podemos tener nuestra resurrección. Pero no de la carne, sino del espíritu. La resurrección no es más que una purificación del alma para su posterior ascensión al mundo del espíritu. Todos los grandes iniciados han muerto y resucitado, y Jesús no iba a ser menos. Nosotros también podemos tener nuestra resurrección cuando nos llegue nuestra hora. Solo debemos saber cómo hacerlo. Y no, yo no sé cómo resucitar, ni siquiera simbólicamente. Yo no he sido iniciado en los Misterios del Cristo, por lo que no puedo dar respuestas. Sólo puedo decir que existe la posibilidad de una existencia más pura, espiritual y trascendente. Una existencia que Jesús reveló a sus discípulos más amados. Pero solamente los verdaderos seguidores de Juan y María Magdalena podrán acceder de verdad a ella.
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