miércoles, 27 de abril de 2016

34. Nâjâsh y el miedo de Yahveh

Buenos días, lectores. Como ya os dije, he empezado a publicar una entrada a la semana, lo que me da más tiempo para pensar en el tema... y he de reconocer que no he tenido claro de qué iba a hablar hasta hoy mismo. Sé que he recurrido a un tema que ya comentamos en la segunda entrada de este blog (que podéis leer aquí) y que parece que me pasa como a Hollywood y se me están acabando las ideas. No tan deprisa. Es cierto que hablamos de Nâjâsh en el principio de los tiempos, pero fue un análisis muy superficial. Hoy quiero compartir con vosotros el fragmento de la Biblia en el que aparece, relacionado con el ciclo de la "caída" de Adán y Eva en el Jardín del Edén. Quiero demostrar que el trato que se le ha dado a la serpiente es injusto, y que en realidad debemos cuidarnos de un dios tan mezquino y envidioso como es Yahveh. Así que os voy a pedir un favor. Coged una Biblia. Id al libro del Génesis, capítulo 3, versículo 1. Leed.

<< La serpiente era el animal más astuto de todos los animales que Jehová Dios había creado; la cual dijo a la mujer: "¿Así os ha dicho Dios que no comáis de ningún árbol del huerto?" >>


Paremos un momento. "El animal más astuto". La exégesis referente a este pasaje nos ha hecho interpretar esta palabra en un sentido peyorativo, como si la serpiente fuese un animal taimado que busca la perdición del hombre (que es lo que nos han hecho creer). Sin embargo, el término en hebreo se utiliza para "inteligente". Ya hemos comentado en otras ocasiones que la serpiente era el único animal con acceso a los conocimientos de las divinidades terrestres y acuáticas, siendo considerado un animal iniciático e inmortal. Y además es un animal atributo de la Diosa Madre, y por ese motivo sólo habla con Eva, no con Adán. Pero continuemos.

<< Y la mujer respondió: "Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto que está en el medio del huerto dijo Dios: no comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis." >>


Ya os habréis imaginado que ese árbol del que se habla es el famoso árbol del "pecado", al que se le da muchos nombres: Árbol de la Ciencia, Árbol del Bien y del Mal... es el árbol que otorga el conocimiento, la capacidad de razonar y evolucionar. ¿Por qué dijo Dios que morirían si comían de su fruto, cuando es evidente que no les pasó nada? ¿Acaso quería meterles el miedo en el cuerpo? Vamos a ver qué pasa a continuación.

<< Entonces la serpiente dijo a la mujer: "¡No moriréis! Sino que sabe Dios que el día que comáis de él serán abiertos vuestros ojos y seréis como dioses, sabiendo el bien y el mal." >>


Ojo que aquí está la madre del cordero. La serpiente, como animal sabio, es consciente de que el hombre no morirá si come el fruto del conocimiento, sino que "serán abiertos vuestros ojos". ¿Se puede expresar esto con mayor claridad? Mientras Adán y Eva están en el Jardín del Edén tienen los ojos "cerrados", están "dormidos", ¿qué significa eso? Pues que no se diferencian en nada de los animales que pueblan el mismo Jardín. Viven de los impulsos, del instinto, pero no son conscientes del mundo, de la realidad, de la trascendencia, de ninguna de las cosas que caracteriza al espíritu humano. Cuando hablábamos de "El Jardín de las Delicias" del Bosco mencionábamos el "Despertar" del iniciado. Y en efecto, cuando Adán y Eva comen del fruto, "despiertan", son "abiertos" sus ojos, tienen acceso al conocimiento y se convierten en seres humanos... algo muy cercano a los dioses, sabiendo el bien y el mal. Seguimos.

<< Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, un árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. >> 

Parece que desde el primer momento de la Biblia, el acceso por parte del hombre al conocimiento es considerado un pecado mortal (el Pecado Original, nada menos). Y este pasaje de los delantales de higuera se ha interpretado horriblemente mal, muy de acuerdo a una tradición judeocristiana excesivamente pudorosa donde el decoro y el control de nuestras pasiones y sentimientos eran muestra de "virtud". Así que no, lectores, desde aquí os lo digo: Adán y Eva no se hicieron delantales porque tuviesen vergüenza de estar desnudos. "Fueron abiertos los ojos de ambos", es decir, adquirieron conocimiento por primera vez... y lo primero que hicieron fue procurarse ropajes. ¿O qué fue acaso lo que hicieron los hombres de la prehistoria cuyo cerebro empezó a desarrollarse? ¿También se tapaban por vergüenza? La verdad, ese rechazo por el cuerpo y la sexualidad ha calado muy hondo en nuestra mentalidad occidental, y ha hundido la maravillosa filosofía de vida dionisíaca... pero bueno, eso es otro tema. Continuemos. 

<< Y oyeron la voz de Jehová Dios que paseaba por el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: "¿Dónde estás tú?". Y él respondió: "Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo, y me escondí."

Podemos imaginarnos la escena casi como de dibujos animados. Dios pasea por el Jardín silbando, canturreando o hablando solo (sólo así se explica que Adán y Eva oyesen su voz) y los padres de la Humanidad se esconden entre los arbustos. ¿Por vergüenza? ¡No! ¿"Tuve miedo porque estaba desnudo"? Imposible, porque se acababan de fabricar unos delantales de higuera. Lo que ocurre es que no se está refiriendo al desnudo de su cuerpo: Adán y Eva se avergüenzan de que están desnudos de espíritu, que son como bebés, son hojas en blanco y no tienen ningún conocimiento. Tienen la posibilidad de "vestirse", pero aún están "desnudos". Y se encuentran con el, supuestamente, Omnisciente. Seguimos.

<< Y Dios le dijo: "¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del que yo te mandé no comieses?" Y el hombre respondió: "La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí." Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: "¿Qué es lo que has hecho?" Y dijo la mujer: "La serpiente me engañó, y comí." >> 

Esto me recuerda a la política cuando algo va mal en el país: Rajoy le echa la culpa a Zapatero, Zapatero se la echa a Aznar, Aznar a Felipe González y así nos podemos remontar hasta los Reyes Católicos. Aquí es exactamente eso: nadie quiere rendir cuentas con Jehová Dios, pues parece ser una criatura terrible. Y Adán es un cobarde, porque a la pregunta de "¿has comido del árbol del que yo te mandé no comieses?" podría haber contestado perfectamente "sí"... pero en vez de eso, le echa la culpa a su mujer. "Claro, es que ella me dio de comer y yo comí"... escasa fuerza de voluntad y criterio muestra Adán. Pero claro, la mujer, sabiendo que ha hecho algo mal (al menos algo que Jehová considera "malo"), dice que la serpiente la ha engañado, y que ha comido. Y así se queda la serpiente, como la que engañó a los padres de la humanidad para que comiesen del fruto prohibido... cuando lo único que hizo fue compartir un conocimiento que ella ya poseía con el hombre, para que se librase del yugo del Edén, de la jaula con los barrotes de oro. Y se ve a lo largo de todo el Antiguo Testamento que a Jehová Dios no le sienta muy bien que los hombres tengan acceso a su conocimiento. Veamos cómo se lo toma. 

<< Y Jehová Dios dijo a la serpiente: "Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu vientre andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá la cabeza y tú le herirás en el calcañar." >> 

El calcañar es la parte posterior de la planta del pie, la parte inferior del talón. En fin, Dios castiga con severidad a la serpiente, obligándola a andar sobre su vientre... no sabemos cómo se movía antes. "Maldita serás", y en efecto, hoy hay muy poca gente a la que le gusten las serpientes. Sin embargo, es revelador la última frase, donde Jehová asegura que pondrá enemistad entre ella y la mujer. ¿Por qué? Por lo que hemos dicho antes: en el paganismo (es decir, en las religiones anteriores al monoteísmo hebreo dominante), la serpiente era un símbolo de la Gran Diosa, que en este caso es Eva. Lo que pretenden los sacerdotes de Jehová es desligar la figura de la serpiente y de la Diosa, y así se representan muchos lienzos de "La Inmaculada Concepción", donde con frecuencia aparece la serpiente a los pies de la Virgen María. Sin embargo, tanto la serpiente como el fruto (una manzana, una naranja, frutos con alto contenido de agua; símbolo de abundancia y fecundidad) son atributos referentes de la Diosa Madre. Conviene que no lo olvidemos.


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"La Inmaculada Concepción", de Tiepolo

Esto cambia por completo muchas cosas... y muchas interpretaciones. Pero seguimos. Jehová no se conforma con castigar a la serpiente, también tiene que tomarla contra Adán y Eva porque ahora tienen el conocimiento de los dioses, y claro... ¡Jehová es muy envidioso! Seguid leyendo.

<< A la mujer dijo: "Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz a tus hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti." 

Al contrario que muchas religiones paganas, donde el hombre y la mujer tenían un status de igualdad e incluso donde las comunidades religiosas eran dirigidas por mujeres (en calidad de sacerdotisas de la Diosa Madre, poseedoras del milagro de la vida); en el monoteísmo de Jehová la mujer queda supeditada al hombre, precisamente por su relevante papel en todas esas antiguas tradiciones. La serpiente, animal del conocimiento, habla con Eva, quien come primero el fruto y sabe discernir del Bien y del Mal es Eva, quien puede asegurar la supervivencia de la humanidad es Eva... la importante es Ella, pero los sacerdotes de Jehová se sienten obligados a situarla por debajo de Él. Esto es una mecha para el feminismo, pero continuemos. Porque al hombre tampoco le deja irse de rositas. Veamos lo que le tiene reservado su Creador.

<< Y al hombre dijo: "Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol que te mandé diciendo: "No comerás de él"; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres y al polvo volverás." Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era la madre de todos los vivientes. Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. >>  

Jehová está francamente molesto porque el hombre haya accedido al conocimiento reservado de los dioses, de manera que castiga al hombre, a la mujer y a la serpiente que los liberó de la manera que hemos visto. Así quedan Adán, Eva y Nâjâsh sin la "bendición" ni "protección" de Jehová Dios. Y en efecto, los hombres sufriremos hasta regresar a la tierra, que no es otra que la Gran Diosa, nuestra madre y esposa. Así es también Eva, madre de todos los vivientes. Pero seguid leyendo, que ahora viene la apoteosis.

<< Y dijo Jehová Dios: "He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre." Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de la que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida. >>

Primera cosa curiosa, Jehová habla en plural al decir "es como uno de nosotros". ¿Acaso hay más dioses? ¿Esa obsesión por instaurar el monoteísmo se debe a celos de sus compañeros de "raza"? En fin, el caso es que Jehová sabe que el hombre ha accedido al conocimiento de los dioses, por lo que ya no es un animal sino que está a un paso de alcanzar a él y a los suyos. ¿Qué le falta? La vida eterna. La inmortalidad, otorgada mediante el fruto del Árbol de la Vida. Y aquí va la otra enseñanza de hoy para todos nosotros, lector: Dios nunca expulsó a Adán y Eva del huerto del Edén porque le hubiesen desobedecido. Lo hizo por miedo. Miedo a que el hombre comiese también del árbol que otorgase la inmortalidad y se convirtiesen plenamente en dioses, dejando de temer a Jehová. Y eso el dios veterotestamentario no lo podía consentir, así que no sólo les expulsó del Jardín sino que además puso a la entrada querubines (soldados angélicos) y una espada de fuego custodiando el paso al Árbol de la Vida, buscando evitar que algún día el hombre pudiese alcanzar la vida eterna. Esta no es la lectura que dicen en misa, desde luego. ¿Cuál es la conclusión? Que Nâjâsh, la serpiente del Edén, quiso compartir con nosotros el conocimiento de los dioses para que evolucionásemos, física y espiritualmente. Que llegásemos a ser lo que éramos de verdad, no meros animales en su Jardín. Y Jehová expulsó a los hombres de allí no por desobediencia, sino por miedo a que se volviesen inmortales y, por tanto, iguales a los dioses. ¿Quién es el malo?

 

miércoles, 20 de abril de 2016

33. Fenrir, el lobo nórdico

Antes de empezar, quiero enseñaros una cosa que me ha hecho mucha gracia cuando he entrado hoy. Habéis visto que en el lateral del blog he puesto una barra de anuncios (no sé cuál es el nombre informático-técnico para eso, disculpadme). El caso es que me ha hecho gracia que, como algunas entradas del blog hablan de la divinidad de Jesús, de los evangelios gnósticos o de la Iglesia primitiva del Espíritu, los de Ad-Sense (los que ponen ahí los anuncios) han decidido poner uno que diga "¿Es Jesús realmente Dios?", lo cual está muy bien porque aquí hablamos muchas veces de eso. Pero poco más abajo pone otro que dice "God Loves You", o sea, "Dios te ama". Viene a ser algo así como: "¿eres un hereje que dudas de la divinidad de Jesús? No te preocupes, Dios te ama igual." Y eso, queráis que no, me deja dormir tranquilo por las noches.


Antes de empezar con la entrada de hoy quiero hacer un anuncio público: a partir de ahora empezaré a publicar una entrada por semana en vez de cada dos días. Porque así yo me lo preparo/pienso bien y vosotros no estáis tan estresados por tener que leer una entrada entera cada dos días (y además, así también aprovecháis para poneros al día con las entradas que no habéis leído). Y ahora bien, sin más dilación, presentamos al personaje de hoy. Va a ser un tema algo alejado del cristianismo, mal que le pese a los chicos de Ad-Sense. Me refiero a Fenrir. Vamos a hablar de él. De su historia. De quién es. Me imagino que algunos de nuestros lectores, al ser la 33ª entrada, esperaban algo relacionado tal vez con la muerte de Cristo a los 33 años. Eso habría sido lo obvio, pero no quiero hacer lo obvio. ¿Sabéis por qué vamos a hablar hoy de Fenrir? Porque me inspiré en él para "actualizar" el blasón de mi familia. Me explico. Parte de mi familia proviene del Reino de Navarra y Cataluña. Y de acuerdo al Archivo Histórico de Blasones y Heráldica, el blasón de la familia Espinel es un fondo dorado con un lobo azul pasante y un espino salpicado de gules (rojo). Así lo representa la web blasonari.

  

Un lobo azul. Como se dice que era Fenrir. No sé si os habéis fijado en la marca que pongo al final de mis libros (si es que los tenéis en vuestro poder). Si no, aquí la tenéis: la cabeza de un lobo azul y blanco rodeado de una corona de espinas debajo de la cual me he tomado la libertad de incluir el lema de los peregrinos: Ultreia. Es como una actualización del balsón familiar, que por supuesto lleva ya unos cuantos siglos en desuso.



Todo esto está muy bien, pero hemos venido aquí a contar la vida de este personaje, así que vamos a ello. Según la mitología escandinava, el lobo Fenrir es uno de los tres hijos del dios Loki y de Angerboda, la gigante con corazón de hielo. Nació junto con Hel, la diosa del Infierno; y la serpiente Jormoungandour. Un apunte necesario es que el reino la diosa Hela, o Hel, recibe el nombre de Helheim, no de Infierno. Y no tiene nada que ver con el inframundo cristiano. El Helheim es uno de los nueve mundos, ubicado bajo una de las raíces de Yggdrasil, el Árbol Cósmico. En vano trató Loki de mantener a sus hijos ocultos en la cueva donde vivían con su madre en Jötunheim, pues crecían tanto que nada podía contenerlos. Odín, rey de los dioses, el Padre de Todos; temiendo que estas criaturas habrían de ser funestas, reunió a los Aesir (los principales dioses del panteón) y les ordenó que los llevasen a su presencia. Una vez conducidos ante él, Odín emitió su veredicto: Hel fue arrojada al país de las nieblas, y la serpiente a los abismos del mar. Allí alcanzó un tamaño tal que un día, al enroscarse, llegó a abarcar toda la tierra. Cuentan que a veces se enfada tanto al pensar en su destino que sacude su cuerpo y golpea con su cola hasta que el mar se levanta, desencadenando una gran tempestad. Loki, por supuesto, quedó muy apenado por el destino de sus hijos.

ragnarok

En el caso de Fenrir, los Aesir pidieron ayuda a los Alfes negros, enanos muy entendidos en el arte de la forja. Ellos labraron una fabulosa cadena, llamada Gleipnir, y que elaboraron utilizando los siguientes ingredientes: el rumor de los pasos de un gato, la barba de una mujer, los nervios de un oso, el aliento de un pez, la saliva de un ave y la raíz de un monte. Puede parecer que los Alfes eran no conocían el hierro a pesar de ser maestros de la forja, pero una cadena de hierro no habría sido capaz de retener a Fenrir. Necesitaban la magia. Lógicamente, no les fue fácil pasarle la cadena por el cuello al gigantesco lobo. Para engañarlo, los dioses se la ofrecieron como un adorno... pero Fenrir no cayó en la trampa. Así que probaron la estrategia de persuadirlo de que se trataba de un juego y que debía dejarse encadenar para ver si lograba liberarse de sus ataduras. Fenrir aceptó por una cuestión de honor: no quería que le tomasen por un cobarde. Pero a cambio exigió como condición que uno de los Aesir metiera la mano entre sus fauces mientras duraba la prueba. Tyr, el dios de la guerra, consintió en poner su mano derecha para que se confiara, y de ese modo lograron finalmente sujetarlo con la poderosa Gleipnir. Fenrir, furioso, devoró la mano de Tyr, que desde entonces es conocido como "el Hombre de una Sola Mano".


Fenrir quedó encadenado a la peña Gelgia, incrustada en el centro de la Tierra. El lobo comenzó a aullar y sus aullidos eran tan profundos que sacudían la tierra. Así que uno de los Aesir clavó la espada en sus mandíbulas, dejándolas unidas. La sangre manó de la herida que silenció a Fenrir, y de ella nació el río Von. En resumen, le dejaron encadenado en el centro de la Tierra con una cadena mágica indestructible y además un dios le atravesó la mandíbula con su espada para que sus aullidos no destruyesen la Tierra.

   

Fenrir es el padre de Hati, el lobo de la luna, que cada noche la perseguía por el cielo, y cuando estaba cerca de alcanzarla, la sombra que le hacía formaba un eclipse. También es el padre de Sköll, el lobo del sol, que perseguía a los caballos que conducían por los cielos el carro de la diosa Sól, con la intención de devorarla. Los Aesir habían conseguido reducir a Fenrir, pero imponer el orden sobre el caos costará un alto precio. Cuando llegue el Ragnarök, la batalla del fin del mundo entre los Aesir liderados por Odín y los Jotuns de Loki, los lobos lograrán sus objetivos. Hati alcanzará la luna y la destrozará entre sus garras, y su hermano Sköll devorará a la diosa Sól, que será reemplazada por su hija. Cuando los lobos de la muerte atrapen al sol y a la luna, cada gota de sangre se convertirá en una estrella que caerá a la Tierra.

 ragnarok

La oscuridad que entonces se producirá hará que Gleipnir pierda su poder y Fenrir pueda liberarse. Romperá sus cadenas, el agua y el fuego invadirán la tierra y las hordas marcharán contra los Aesir. Comenzará la batalla al son del rugido del mar y del cuerno de Heimdall, protector del Bifrost, el Puente del Arcoiris que conecta Asgard (el mundo de los dioses) con Midgar (el mundo de los mortales). Y entonces Fenrir llegará hasta Asgard y, tras una dura batalla, devorará a Odín, Padre de Todos. Sin embargo, Odín será vengado por su hijo Vidar, dios del silencio y de la justicia cósmica. 

 mitologia nordica
Odín montado en su caballo Sleipnir lucha contra El Lobo Fenrir

El Lobo Fenrir [Mitología Nórdica]
Vidar VS. Fenrir

Esto es lo que tiene que pasar. Fenrir representa al Caos, a un orden anterior al establecido por los Aesir, con Odín a la cabeza. Para que los dioses pudiesen reinar era necesario derrotarle, es decir, superar el desafío que representa y acceder a su conocimiento. Pero tarde o temprano el propio orden de los Aesir terminará, y en ese Ragnarök, que el mundo judeocristiano llama Apocalipsis, el Caos derrotará al Orden. Fenrir acabará con Odín. Será el Caos el que acabe con el Orden para que un nuevo Orden, reflejado en la figura del hijo de Odín, Balder, pueda imponerse. Vidar, el dios que matará al gran lobo, representa la herramienta para ese tránsito cósmico. Y sí, sé que Balder no ha aparecido en todo el relato. Eso es porque no tiene que ver con Fenrir, pero dentro de la mitología nórdica es muy importante. Para que os hagáis una idea, Balder es nuestro Jesucristo. Fue asesinado, pero en el Ragnarök resucitará para vencer a las huestes del caos de Loki e instaurar en la Tierra lo que nosotros llamamos "el Reino de Dios". A propósito, Loki se enfrenta a los Aesir dirigiendo un ejército de Jotums, gigantes de hielo, y entablará combate con Heimdall. Después de un muy reñido duelo, ambos se matarán mutuamente. En fin, ya es hora de que irse. Esperemos que la peña y la cadena le sean leves a Fenrir, no nos gustaría encontrárnoslo por aquí cuando llegue el Ragnarök...

lunes, 18 de abril de 2016

32. Mi nombre era... Judas

Empezamos una nueva semana y... ¿soy yo o el fin de semana ha sido especialmente corto? En fin, no importa. En la entrada anterior estuvimos hablando sobre los Evangelios Gnósticos, y apareció uno que recibía el nombre de Evangelio de Judas, según el cual Judas Iscariote no habría sido un traidor, sino uno de los principales discípulos de Jesús, quien al entregarle a los romanos estaría cumpliendo la voluntad de Dios. Hoy vamos a explicar esto. De acuerdo a los evangelios canónicos, Judas fue el apóstol traidor que reveló a los miembros del Sanedrín el lugar donde podían capturar al maestro sin que sus seguidores interfiriesen, tal y como había anunciado Jesús durante la Última Cena con sus discípulos (anunciado en Mateo 26:14-75 y Lucas 22:20). El famoso "uno de vosotros me traicionará"Sin embargo, para los evangelios gnósticos, eso no es una profecía acerca de la traición, sino que es una petición, un encargo a sus apóstoles. Y fue Judas quien cumplió ese cometido.

"Judas traiciona a Jesús con un beso", por Giotto

¿Por qué iba Jesús a querer ser traicionado? No nos adelantemos. De acuerdo a los evangelios canónicos, sabemos muy poco sobre Judas. No se menciona sobre su llamada ni cuándo se unió a los apóstoles, pero el Evangelio de Juan pone un antecedente importante de la felonía de Judas, ya que él era el tesorero y, según ese evangelio, Judas se apropiaba del dinero destinado a los pobres (Juan 12:6). Según los cuatro evangelios canónicos, Judas guió a los guardias que arrestaron a Jesús hasta el lugar donde lo encontraron besando su mejilla, les indicó quién era besándole (Marcos 14:43-46). Pero también, según el Evangelio de Marcos, Jesús reprendió a los soldados diciendo: "¡Habéis salido a prenderme como contra un ladrón con espadas y palos! ¡Todos los días estaba con vosotros enseñando en el templo y no me prendisteis! ¡Pero es para que se cumplan las Escrituras!"¿Qué quiere decir esto? Que Jesús tenía que ser arrestado, para poder pasar su Pasión y finalmente morir. Jesús deseaba pasar por ese tránsito, tenía que hacerlo. Y fue él mismo quien, en la Última Cena, encargó a Judas que llamase a los soldados. Al menos, eso es lo que dice el Evangelio de Judas¿Por qué tenía que morir Jesús? Es más, ¿por qué querría morir? En los siglos XIX y XX, algunos autores ensayaron, como ejercicio de ingenio o bien por convicción sincera, la posible reivindicación del personaje. Y en el año 2006, esa lectura positiva de Judas cobró nuevos bríos con la publicación en abril de la traducción del Evangelio de Judas, un texto gnóstico que data posiblemente del siglo II. Según este texto, Jesús pidió a Judas que lo traicionara y Judas cumplió la orden como acto supremo de obediencia. Para los gnósticos esto representaba un acto sagrado, ya que ayudaba a liberar del cuerpo el Espíritu Santo de Jesucristo. Para los gnósticos del Evangelio de Judas, Jesucristo era espíritu encarnado, un fragmento de la Unidad Cósmica que había descendido a la Tierra para iluminar a los hombres con la Sabiduría. Jesús pasó tres años predicando en el mundo de los mortales... pero tarde o temprano tenía que volver a la Unidad, a ser uno con lo que él llamaba Abba, "Padre". El mundo sensible, nuestro mundo, no era su sitio natural; él no pertenecía a este mundo. Los episodios de la Pasión no son más que ritos de paso, necesarios para purificar su alma - o Espíritu Santo - y poder ascender de nuevo. Jesús le pide a Judas que le entregue a las autoridades romanas para poder purificarse y trascender hasta el Padre. Y Judas le obedece, como buen apóstol que era. De manera que el papel de Judas en toda esta historia es de lo más importante. Porque sólo con esa "traición", Jesús pudo morir, resucitar y trascender de nuevo a la Unidad, a su mundo de origen.

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Suena muy místico, pero es porque proviene de un evangelio gnóstico. De manera que, si creemos en la palabra del Evangelio de Judas, éste no traicionó a Jesús sino que fue la llave para que Cristo pudiese regresar al lugar del que venía. Si Judas sólo estaba siguiendo las instrucciones de su maestro, ¿entonces por qué después se arrepintió de lo que había hecho y se ahorcó? Pero, ¿realmente lo hizo? El Evangelio de Mateo dice que "... fue y se ahorcó" (Mateo 27:5), y en el libro de los Hechos de los Apóstoles dice "el cual era contado con nosotros, y tenía suerte en este ministerio. Éste, pues, adquirió un campo del salario de su iniquidad, y colgándose, cayó de cabeza, reventó por medio, y todas sus entrañas se derramaron". (Hechos 1:17-18) ¿Cómo que reventó por medio y se derramaron las entrañas? ¿No se ahorcó simplemente? Por eso existe una controversia sobre el final de Judas. Para conciliar ambos textos, se ha sugerido que cuando Judas se colgó, la cuerda se rompió, de modo que su cuerpo cayó y se reventó al golpear de cabeza contra el suelo. Sin embargo, para que esto pudiese ser posible, Judas tendría que haberse "ahorcado" por los pies. Y en la Biblia nada hace pensar que así hubiesen sucedido las cosas. La única manera de solucionar este problema de la incoherencia es saber de dónde tomaron sus relatos Mateo y Lucas. Mateo (que escribió para un público judío) se inspiró en la muerte de Ajitofel (2 Samuel 17-23), mientras que Lucas escribía para un público de origen pagano (griego) y se inspiró en el libro deuterocanónico de Sabiduría 4,19. Entonces, ¿cómo murió Judas? No se sabe. Tanto el Evangelio de Mateo como los Hechos de los Apóstoles toman sus versiones sobre su muerte de libros anteriores y muertos anteriores. ¿Cuál fue entonces el verdadero final de Judas? Bueno, hay una última teoría al respecto. Que, por supuesto, no aparece en ninguno de los evangelios. Al menos, no en los canónicos.

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¿Dónde aparece? En un libro titulado El Apóstol Número 13, de Michel Benoît. Es un libro que recomiendo fervientemente a nuestros lectores, pues desvela muchos de los secretos de Jesús. Porque sí, es una novela. Pero resulta que Benoît fue monje benedictino durante 22 años, y preparó en Roma su doctorado de teología, lo que le permitió acceder a los Archivos del Vaticano y hacerse experto en los orígenes del cristianismo. Habiendo pasado varios años estudiando los Archivos, ¿no creéis que esta novela pueda ser algo más que un relato de ficción? Si fuese yo, aprovecharía para contar muchas cosas. El tema fundamental del libro es la división y luchas internas de las Iglesias después de la muerte de Jesús (la de Santiago en Jerusalén, la de Pedro en Roma...) y la existencia de un decimotercer apóstol, lógicamente. Pero no quiero desvelar nada, prefiero que seáis vosotros los que lo descubráis por vosotros mismos, si tenéis curiosidad. Lo que sí es reseñable en esta entrada, ya para terminar, es el final de Judas. Que Pedro era un hombre de carácter violento no lo niega nadie que haya leído la Biblia. Pero la explicación que da Benoît a ese carácter es que Pedro era un zelote. Los zelotes, para que nuestros lectores lo entiendan sin enredarme en explicaciones, eran los extremistas de Judea en aquella época. Reaccionarios, fundamentalistas y casi militares. Benoît dice que Pedro siempre llevaba consigo la sicca, una espada corta que utilizaban los zelotes para destripar a sus víctimas. Dice que fue con esa espada con la que cortó la oreja del legionario que pretendía arrestar a Jesús. Y también dice que Pedro, lejos de comprender la trascendencia que suponía el acto de liberar el Espíritu Santo de Jesús con su muerte, arrinconó a Judas y le mató con esa misma sicca, destripándole. De hecho, de ahí viene la palabra sicarioEso explicaría las entrañas de Judas desparramadas en el monte. Leyendo la Biblia, los evangelios apócrifos y El Apóstol Número 13, uno se da cuenta de que Pedro habría sido perfectamente capaz de asesinar a Judas. ¿Quién es entonces culpable?

  

sábado, 16 de abril de 2016

31. Los Evangelios Gnósticos

Buenos días a todos, y feliz viernes. Hoy traemos un tema realmente apasionante: los Evangelios Gnósticos. En la entrada anterior (que podéis leer aquí) dije que el apóstol Felipe había escrito un evangelio. Para entender la verdad de los Evangelios Gnósticos, primero hay que entender la verdad de la Santa Biblia. Y el Libro de los Libros no lo mandaron desde el cielo por fax, ¿correcto? Claro que, para muchos creyentes, la Biblia es la palabra de Dios. TODOS los escritos sagrados, no sólo los evangelios, pueden pasar como palabra de Dios. Sin embargo, aquel que la Biblia considera Hijo de Dios, y Dios mismo, no dejó nada escrito para sacarnos de dudas. Ningún maestro escribe, sino que prefiere la transmisión oral. Quizá por haberlo pasado a texto sus palabras se han malinterpretado tanto... en fin, no importa, eso es otro tema. Los creyentes creen lo que está escrito en la Biblia, ¿pero quién escribió la Biblia? Antes que nada conviene aclarar que la Biblia es una recopilación de textos que en un principio eran documentos separados (llamados "libros") escritos en hebreo, arameo y griego. Los textos que la componen fueron escritos a lo largo de aproximadamente 1000 años, desde el 900 a.C. hasta el 100 d.C. Los textos más antiguos se encuentran en el Libro de los Jueces ('Canto de Débora') y en las denominadas "fuentes E" (tradición elohísta) y J (tradición yahvista) de la Torá (llamada Pentateuco por los cristianos, los cinco primeros libros de la Biblia que se dicen fueron escritos por Moisés). Pero este no es el tema, si hay alguno de nuestros lectores que esté especialmente interesado en la historia de la Biblia, puede leer Historia de la Biblia, de Karen Armstrong. La explicaría yo mismo, pero es una historia muy compleja y no tenemos ni tiempo ni espacio para explicarla aquí. Empecemos a hablar de los Evangelios Gnósticos.


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Como todo el mundo sabe, solamente se puede hablar de Evangelios en el cristianismo, pues la palabra significa "buena nueva". Los Evangelios Gnósticos fueron escritos en los primeros siglos del cristianismo, pero quedaron fuera del Nuevo Testamento. ¿Por qué? En el 313 d.C., el emperador Constantino había proclamado el Edicto de Milán, según el cual permitía la libertad de culto (hasta ese momento los cristianos habían sido perseguidos por los paganos, y la madre del emperador era cristiana). A partir de entonces, los cristianos crecieron en número hasta tal punto que amenazaban con quebrar el Imperio. Y Constantino no iba a permitir eso. La mayoría de la gente cree que Constantino era cristiano, pero de ninguna manera. Fue un pagano toda su vida, al que bautizaron en el momento de su muerte. Eso sí, ante la amenaza de perder la unidad del Imperio, Constantino convocó en el 325 el Concilio de Nicea, donde se reunieron todas las sectas cristianas. Y es que en los primeros siglos del cristianismo no había un canon estipulado. Cada comunidad cristiana elegía sus libros sagrados, y todos eran igual de válidos. Hasta el año 325, en el que se discutió absolutamente todo. Y, entre otras cosas, qué evangelios entraban en el canon y cuáles no. Así, San Ireneo de Lyon y otros "sabios" de la Iglesia primitiva de Roma decidieron qué evangelios iban a ser los canónicos (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y cuáles no (los más de 50 restantes). Habría que esperar al 393, en el Concilio de Hipona, para que se decidiese la lista definitiva de textos bíblicos que quedarían integrados en la Biblia que todos conocemos hoy en día, conformada por 46 libros del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento. Se podría pensar que entonces los evangelios gnósticos son aquellos evangelios que no resultaron elegidos, pero eso no es del todo exacto. Los evangelios que se rechazaron, por una u otra razón, fueron denominados "apócrifos". Pero no todos los apócrifos son gnósticos. "Gnosis" significa "conocimiento", y los Evangelios Gnósticos fueron escritos por las sectas cristianas que se creían los herederos del cristianismo verdadero y mistérico, en contraposición con los ortodoxos de la Iglesia de Roma. Eso sí: todos los evangelios gnósticos son apócrifos, pero no todos los evangelios apócrifos son gnósticos. 


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Fresco en los Museos Vaticanos que representa el Concilio de Nicea

Bueno, excepto uno: el Apocalipsis. Pero ese sí está incluido en la Biblia. La única razón por la que un texto como el Apocalipsis se encuentra en la Biblia es porque los padres de la Iglesia creyeron que era una obra del apóstol Juan. Pero lo más fácil es que Juan el apóstol, Juan el evangelista y Juan el autor del Apocalipsis fueran personas distintas. El último libro de la Biblia se salvó porque creyeron que los tres Juanes eran uno sólo. Si no, el Apocalipsis habría acabado olvidado en algún papiro perdido en el desierto de Egipto. ¿Por qué de Egipto? Los evangelios gnósticos son textos escritos en copto que fueron encontrados por un campesino en 1945 cerca de Nag Hammandi, en el Alto Egipto. La vasija donde fueron encontrados contenía 13 libros de papiro, con 45 textos que, en su gran mayoría, no eran conocidos. Sin embargo hablaban, al igual que los evangelios canónicos, de la vida de Jesús, aunque de manera distinta a éstos. Por ejemplo, en uno de ellos se dice que Jesús estuvo casado con María Magdalena. A aquellos que sean seguidores de El Código Da Vinci de Dan Brown o que nos hayan leído ya en alguna ocasión, esto no les pilla por sorpresa. 

De acuerdo con los análisis realizados a dichos documentos se pudo demostrar que fueron escritos alrededor de los años 350 y 400 d.C.; sin embargo, como es muy probable que hayan sido traducidos del griego al copto (el dialecto de los cristianos egipcios), se ha especulado que los originales en griego quizá hayan sido escritos entre los años 120 y 150 d.C., y ahí es precisamente donde empieza la polémica, pues estarían muy cercanos a las fechas de los evangelios canónicos que componen el Nuevo Testamento (60 - 110 d.C.) y entonces surgiría la pregunta: ¿ya se tenía conocimiento de la existencia de estos documentos en el Concilio de Nicea? Y, si es así, ¿por qué no fueron incluidos como parte del Nuevo TestamentoNo tengo la respuesta, sólo conjeturas. Aunque se supiese que esos evangelios gnósticos existían (algo perfectamente plausible) no habrían sido incluidos en el canon por las enseñanzas que contienen, que iban en contra del dogma de la Iglesia de Roma y del Imperio. Eso sí, copias de algunos de estos textos llegaron a Europa en los siglos XIV y XV y muchos artistas se hicieron con ellos. Entre ellos, el maestro Leonardo da Vinci.


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El florentino, además de ser cátaro, era al menos lector gnóstico; y tuvo en su poder El Evangelio de Juan. Claro, podréis decirme que hay ya un Evangelio de Juan en la Biblia, pero me refiero a otro Evangelio de Juan. En la Italia del siglo XV se le conocía como El Libro Secreto de Juan, y fue escrito probablemente por la misma persona, o grupo de personas, que escribió/escribieron el ApocalipsisComo he comentado antes, los documentos encontrados en Nag Hammandi son 52; sin embargo, sólo 4 de ellos se encuentran en el rango de evangelios:

- Evangelio de Tomás: es uno de los más importantes, y quizá el más importante de entre los evangelios. Está formado por 114 dichos atribuidos a Jesús mientras hablaba con sus discípulos, y se asemeja mucho a los cuatro evangelios canónicos del Nuevo Testamento. Sin embargo, aquí hace especial hincapié en que el Reino de Dios está en nosotros.

- Evangelio de Felipe: al igual que el Evangelio de Tomás, se conforma de 143 dichos y fragmentos de conversaciones de Jesús con sus discípulos. La importancia de este evangelio radica en que aparece la noción de que María Magdalena era la compañera/esposa de Jesús; este evangelio habla además de la posibilidad de que Jesús no haya resucitado de la muerte y, por último, menciona que María no fue concebida por el Espíritu Santo. 

- Evangelio de la Verdad: más que estar escrito en forma de evangelio, este texto parece ser un sermón, consta de 53 sentencias y fue duramente criticado por Ireneo.

- Evangelio de los Egipcios: es uno de los textos que más se acercan a los evangelios canónicos; tienen una fuerte referencia esotérica y habla de Set como salvador en la figura de Jesús.

No todos los evangelios gnósticos se encontraron en Nag Hammandi, aunque muchos de ellos sí fueron hallados en Egipto y la zona de Palestina. Otros textos de fuerte contenido gnóstico y que datan de la misma época son:

- Evangelio de María Magdalena: este no forma parte de los encontrados en Nag Hammandi, fue escrito aproximadamente en el siglo II y hallado en 1896 y, aunque no existe un autor, los estudiosos lo atribuyen a María Magdalena, pues habla de una discípula de Jesús de nombre María, a la que revela como la gran iniciada en los misterios del cristianismo, mucho más importante que cualquiera de los apóstoles.

- Evangelio de Judas: data aproximadamente del siglo II d.C., en él se reivindica la figura de Judas Iscariote y se le ve como un discípulo que sólo siguió los designios de Dios, mientras que en el Nuevo Testamento se le trata como un traidor.

- Evangelio de Juan: al igual que el Evangelio de María Magdalena, forma parte de la colección de papiros coptos de Berlín, y en él se habla de una aparición de Jesús a Juan posterior a la resurrección y ascensión al cielo. Juan le pregunta sobre el Reino de Dios, el Demonio, la validez de los pecados... pero lo que hace realmente interesante este evangelio es que Jesús revela a Juan que lo dicho y escrito por Moisés en el Antiguo Testamento es falso. Que el dios del pueblo judío, Yahveh, no es un dios, sino una criatura malvada, celosa y cruel creada a partir de las potencias celestiales en un error de la Magna Mater. Y esa criatura tendría a sus órdenes todo un séquito de criaturas impuras (los ángeles) que serían los responsables de la creación del hombre y sus pecados.

Ahora entendemos por qué el Evangelio de Juan le gustó a Leonardo da Vinci. Considerar el Antiguo Testamento como los desvaríos de una criatura malvada es algo que le pega. Y llama poderosamente la atención el Evangelio de Judas. Si se suicidó, ¿cómo pudo escribir un evangelio? Bueno, ¿acaso se suicidó? Je... dejemos eso para nuestra próxima entrada. El caso es que no se sabe quiénes fueron los autores de estos evangelios, igual que pasa con los canónicos. Pero es perfectamente plausible que muchos de los discípulos de Jesús, y seguidores, hubiesen dejado escritos. Para la Iglesia Católica, los evangelios gnósticos son una red de mentiras que enmarañan el cristianismo. Para los gnósticos, los evangelios canónicos son sólo una pequeña parte del mensaje de Cristo. Que cada cual decida en qué desea creer.


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miércoles, 13 de abril de 2016

30. ¿Quo vadis, don Alonso?

¡Buenos días! Hoy estamos de celebración. No solamente hemos llegado a la publicación de 30 entradas (que hay que ser pesado) sino que además hemos registrado en este blog las 1.000 visitas. ¡Gracias! Muchas gracias a todos, lectores, porque sin vosotros es probable que esto nunca hubiese llegado más allá de la tercera o cuarta entrada. Al principio diseñé este blog para mí, para tener en un mismo sitio todas las ideas heterodoxas... pero la buena acogida que tuvo desde un comienzo hizo que quisiese seguir, y hasta hoy. De nuevo, os quedo muy agradecido por esas 1.000 visitas. Y hoy vamos a hablar de un personaje que forma parte de nuestra cultura colectiva: Don Quijote de la Mancha. Hemos pasado de Lucifer a Don Quijote, un cambio un tanto brusco... aunque ambos personajes tienen algo en común: los dos son unos locos soñadores. Lucifer es quien desea que toda la Humanidad alcance el estado de iluminación que le pertenece por naturaleza, que coloque a sus dioses en el lugar que merecen. Lucifer es quien inspira al apóstol Felipe cuando, en su evangelio, éste dice: "Dios creó al hombre (...) los hombres crean a Dios. Así ocurre también en el mundo: los hombres hacen dioses y adoran su creación. Sería conveniente que fueran los dioses los que venerasen a los hombres." Y sí, Felipe, el apóstol, escribió un evangelio. O al menos, es posible que lo hiciese. Sin embargo, dejaré el tema de los evangelios canónicos y apócrifos para otra ocasión. Porque es un tema fascinante, pero no el objeto de la entrada de hoy. He dicho que Lucifer es un loco soñador porque pretende que la Humanidad alcance su estado de iluminación natural y deje de ver a sus creaciones como los dioses a los que ha de rendirle pleitesía. Creo que la Humanidad alcanzará ese estado algún día. Precisamente por eso Lucifer es tan loco soñador como Don Quijote: ambos ven el mundo de una manera especial, pero en su propia época uno es tachado de diablo y el otro de loco. Tendrá que pasar el tiempo para que cada uno encuentre el lugar de honor que le corresponde en la historia cultural. Por suerte, Don Quijote ya lo ha encontrado. Uno de los mejores personajes de la literatura española, todo un símbolo de las Letras. Es todo un personaje, que se puede afrontar desde muchos puntos de vista. Como es lógico, nosotros vamos a hacerlo desde el punto de vista simbólico. ¿Qué significa la figura de Don Quijote y su sempiterno compañero Sancho Panza? Conviene hacerse esta pregunta visualizando el monumento que se levanta en la Plaza de España de Madrid.


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Recibe muchas visitas diarias. Y hay una ruta por Madrid, el Madrid Literario, que empieza aquí. En efecto, se puede ver casi todos los días a mucha gente haciéndose fotos en el monumento al inmortal Miguel de Cervantes. A nosotros nos interesan especialmente sus más famosas creaciones, pero vamos a analizar un poco el conjunto.

Don Quijote y Rocinante; seguidos de Sancho Panza y Rucio.
Tras ellos, su creador, Miguel de Cervantes

Antes de que algún literato nos cuelgue de los pulgares, quiero decir que somos plenamente conscientes de que Sancho Panza no llama "Rucio" a su burro en ningún momento. "Rucio" es el pelaje del animal. Ahora bien, Don Quijote es el loco soñador español por excelencia. Es EL héroe español. Muchos lectores pensarán que El Cid es más digno de ese título, pero Rodrigo Díaz de Vivar no es un héroe arquetipo español. Se asemeja mucho más a los grandes héroes homéricos, o a las figuras que aparecen en los Eddas nórdicos, pero no a los pobladores de leyendas hispanas. Aquí en España somos héroes a medio hacer, héroes incompletos, a veces derrotados, pero es ahí donde reside precisamente nuestra grandeza. Somos conscientes de la principal diferencia entre Don Quijote y Rodrigo Díaz de Vivar (uno es un personaje literario y el otro un personaje histórico), pero la mayoría de las historias que conocemos sobre El Cid tienen más que ver con la leyenda y la literatura que con los hechos puramente históricos. El Cid nos ha quedado como un Thor castellano, siempre victorioso, incluso muerto. No pega. Alonso Quijano es más tipical spanish.


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El Caballero de la Triste Figura es el iniciado que ve el mundo gris de sus contemporáneos, una Castilla medieval y lamentable, como una tierra plagada de desafíos, retos y magia. Es el loco cuerdo, el antihéroe más digno de la literatura. Se ha dicho siempre que El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha es una crítica y una burla a los libros de caballerías. ¡Falso! El Quijote es el mejor libro de caballerías que se pueda leer. Es una alabanza de los valores humanistas y de la caballería más noble. No es un Amadís de Gaula, pero tampoco tiene que serlo. Alonso Quijano se conoce a sí mismo y actúa en el mundo tal y como desea. No, no es que lo desee, es que lo cree así. Convierte al mundo en su propio mundo. Y en un mundo de caballería andante, donde los valores son tales, no puede faltar la dama:

 

Aldonza Lorenzo para los profanos, una campesina cualquiera de Castilla. Sin embargo, para nuestro caballero andante es la mujer imaginaria y perfecta, la delicada Dulcinea del Toboso. Nunca aparece "en persona" en la novela, y eso es una técnica genial del maestro Cervantes, pues cada lector la imagina a su manera. Esta primera escultura, que flanquea el lado derecho del escritor, representa a la campesina castellana. Sin embargo esta otra, ubicada a su izquierda, simboliza al gran amor de Don Quijote, ataviada casi como la emperatriz de la Mancha.

 

Dos caras de la misma moneda. El monumento fue una colaboración de los arquitectos Rafael Martínez Zapatero y Pedro Muguruza con el escultor Lorenzo Coullaut Valera. Estas dos figuras femeninas representan a la misma persona: Aldonza Lorenzo por un lado y Dulcinea del Toboso por otro. Sin embargo, para Don Quijote sólo existe ésta última. Porque, según dictan las leyes de la caballería andante medieval (de las que don Alonso es un experto), todo noble caballero ha de tener una dama en el corazón a quien dedicarle sus victorias. Nos dice Cervantes que:

"Se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora
de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque,
según se entiende, ella jamás lo supo ni se dio cuenta de ello."

"Llamábase Aldonza Lorenzo, y a ésta le pareció ser bien darle título de
señora de sus pensamientos; y buscándole nombre que no desdijese mucho
del suyo y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a
llamarlo 'Dulcinea del Toboso' porque era natural del Toboso: nombre, a su
parecer, músico, peregrino y significativo, como todos los demás que a él y
a sus cosas había puesto."

Es decir, que mientras que Aldonza Lorenzo es la mujer real, Don Quijote se crea una mujer imaginaria, casi casi como una noble de Castilla. Dulcinea del Toboso se convierte en el elemento indispensable del amor cortés de Don Quijote, un concepto literario de la Europa medieval que expresaba el amor en forma noble, sincera y caballeresca. La relación que se establece entre el caballero y la dama es comparable a la relación de vasallaje. Generalmente, el amor cortés era secreto y entre los miembros de la nobleza, dado que los matrimonios eran arreglados entre las familias y se realizaban por conveniencia, el amor cortés no era un amor bendecido por el sacramento del matrimonio. Era una experiencia intermedia entre el deseo erótico y el espiritual, que aunque pueda parecer contradictorio, era vivido como "un amor a la vez ilícito y moralmente elevador, apasionado y disciplinado, humillante y exaltante, humano y trascendente." Ésa es la relación entre Don Quijote y Dulcinea. Ahora bien, hay una figura que es tan importante o más que la propia Dulcinea: el fiel escudero, Sancho Panza.


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Que, por cierto, no estaba precisamente gordo. Sancho Panza es la voz de la razón. La tradición manda que todo caballero andante tenga un escudero, así que Don quijote convence a "un labrador vecino suyo, hombre de bien (...) pero con muy poca sal en la mollera" para tal cometido. Sancho Panza, a diferencia de su señor, es un hombre realista y práctico que lo seguirá fielmente en su juramento, a pesar de que no entiende sus idealismos. Mientras Don Quijote se dedica a deshacer entuertos imaginaros en su peregrinaje, Sancho, sencillo y bonachón, tratará de disuadirle para que no se meta en líos. Por supuesto, sin éxito.

 

Sancho Panza, el inseparable compañero, es un personaje capital, tanto como el propio Don Quijote. Son, otra vez, las dos caras de la misma moneda. Don Quijote es un loco (de acuerdo a la "cordura" de la época), pero también es un hombre muy cultivado. Sancho Panza, por su parte, es una persona sencilla y razonable, cuerda, pero ignorante. No obstante, compensa su ignorancia en muchos temas con todo un refranero popular, una capacidad de resumir toda la sabiduría en una frase. Don Quijote, por contra, se enredará muchas veces en sus propios pensamientos, haciéndoselos incomprensibles a Sancho.El refranero utilizado por el campesino representa el bagaje cultural popular acumulado a través de siglos, y Sancho hace gala de ello. Algunos ejemplos son:

-"Donde una puerta se abre, otra se cierra".
-"No con quien naces, sino con quien paces"
-"De noche todos los gatos son pardos"
-"Ándeme yo caliente, ríase la gente"
-"Cuando a Roma fueres, haz lo que vieres"

A tantos refranes recurría Sancho, que Don Quijote terminó por decirle:

- No más refranes, Sancho, pues cualquiera de los que has dicho basta para dar a entender tu pensamiento; y muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes y que te vayas a la mano en decirlos; pero paréceme que es predicar en desierto, y castígame mi madre, y yo trómpogelas.

-Paréceme - respondió Sancho - que vuesa merced es como lo que dicen: "Dijo la sartén a la caldera: Quítate allá ojinegra". Estáme reprehendiendo que no diga yo refranes, y ensártalos vuesa merced de dos en dos.

-Mira, Sancho - respondió Don Quijote -: yo traigo los refranes a propósito, y vienen cuando los digo como anillo en el dedo; pero tráeslos tan por los cabellos, que los arrastras, y no los guías; y si no me acuerdo mal, otra vez te he dicho que los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios; y el refrán que no viene a propósito, antes es disparate que sentencia. Pero dejémonos desto, y, pues ya viene la noche, retirémonos del camino real algún trecho, donde pasaremos esta noche, y Dios sabe lo que será mañana.

(Segunda parte, capítulo LXVII)


Leyendo ese pasaje una recuerda la moda que hay ahora de irse a la India, al Tíbet o a China en busca de experiencias místicas y trascendentes. Leyendo a Alonso Quijano y a Sancho Panza, no hace falta irse tan lejos. ¡Como si no hubiesen parido místicos sobresalientes los campos de Castilla! La sabiduría oculta en esta obra es inabarcable. Sin embargo, para terminar con Sancho, debemos hacer mención a un episodio importante: la Ínsula de Barataria. Al comenzar el segundo libro, la Ínsula de Barataria, que había sido prometida por Don Quijote a Sancho, es concedida por un duque, pero Sancho no tarda en desistir del oficio de gobernarla debido a que no sirve para ello. Las jugarretas que le proporcionan colaboraron a esto, ya que todo se trataba de una burla del duque y la duquesa. Ahora bien, ¿qué significa este episodio, simbólicamente hablando? Sancho Panza representa la razón, la cordura, y la Ínsula de Barataria no existe. Es una Utopía, un lugar que no existe más que en la mente de aquel que cree en ella. La razón no puede "gobernar" en el mundo de la fantasía y la magia. Pero eso no es malo. Sancho Panza descubre que necesita a Don Quijote, de igual manera que Don Quijote necesita a Sancho. Tanta sabiduría contiene este libro que los cinco continentes saben apreciar su valor, como muestra el monumento.

   



Un libro para recordar, desde luego. Obviamente, al ser un monumento dedicado a Cervantes y no sólo a Don Quijote, aparecen otros personajes del autor, como "La Gitanilla" o "Rinconete y Cortadillo".



Ya estamos acabando. Por el otro lado del monumento, detrás de Miguel de Cervantes, aparece su diosa personal: la "Alegoría de la Literatura". Y, flanqueándola, se encuentran una alegoría del Misticismo y otra del Valor Militar, sobre una fuente.



Alegoría del Valor Militar

Alegoría del Misticismo

¿Una alegoría del valor militar en un monumento a Cervantes? Pues claro, hay que recordar que Miguel de Cervantes participó en la Batalla de Lepanto en 1571 contra los turcos, donde perdió la movilidad de la mano izquierda, lo que le valió el sobrenombre de "el manco de Lepanto". Y para terminar, una última cosa: el final de Don Quijote. Seguramente nuestros lectores recuerden a los muchos personajes secundarios que aparecen en la obra. Los más cercanos a Alonso Quijano son el cura del pueblo, Pedro Pérez, licenciado en la Universidad de Sigüenza y gran amante de los libros de caballerías; el ama de llaves, que pasaba de los cuarenta años; la sobrina, Antonia Quijana, que no llegaba a los veinte; o Maese Nicolás, el barbero del pueblo. Sin embargo, quien nos interesa es un personaje del segundo libro: Sansón Carrasco. El bachiller. En aquella época, ser un bachiller era como tener un máster y un doctorado. El círculo cercano a Don Quijote, es decir, los personajes antes mencionados, están preocupados por la "locura" de don Alonso, y le piden ayuda a Carrasco. Éste pretende que Don Quijote vuelva a casa gracias a su propia medicina: de acuerdo a los libros de caballerías. Así, en su primer encuentro, Sansón Carrasco se disfraza como un caballero andante y sale al encuentro de Don Quijote con el único propósito de vencerle y así, obligado por las reglas de la caballería, obligarlo a retirarse para que pueda ser curado de su aparente locura. La primera vez que el bachiller se enfrenta a Don Quijote lo hace bajo el nombre de El Caballero de los Espejos. Allí es derrotado, y su móvil para vencer a Don Quijote pasa a ser el de la venganza. El segundo enfrentamiento entre ambos tiene lugar en Barcelona, donde Sansón Carrasco se hace llamar El Caballero de la Blanca Luna (quizá una referencia a los turcos). Esta vez consigue la victoria y le obliga a retirarse de sus actividades inspiradas en la caballería, lo que causa la decadencia y la posterior muerte de Alonso Quijano. ¿Y eso cómo se interpreta? ¿Cómo lo interpretáis vosotros?



P.D. Quiero dar las gracias en especial a María Victoria Curto, por la conversación tan fascinante que tuvimos sobre El Cid y Don Quijote.